Sí, Hacienda te dice que tienes la obligación de regularizar esos atrasos (de declararlos y pagar impuestos por ellos) y que, para hacerlo sin generar recargos ni intereses de demora, debes presentar la complementaria antes del final del plazo voluntario de declaración de 2023 y marcando que la presentas porque has recibido atrasos.
Pero resulta que, además de los atrasos, que es lo que le interesa a Hacienda que regularices, porque son ingresos por los que aún no has tributado, tú has recibido un derecho (el reconocimiento de una discapacidad a efectos del IRPF) que genera la activación de un gasto que, ahora, puedes aplicar. Y, haciéndolo, regularizas igualmente los ingresos percibidos pero, además, solicitas la devolución de unos impuestos que, ahora, ya no te corresponde pagar.
Y eso se hace con una declaración rectificativa.
Es como si un amigo te presta 50 euros porque estáis en un sitio en el que hay que pagar en metálico y tú no llevas dinero, pero, luego, vais a otro sitio en el que hay que pagar con tarjeta y lo haces tú, pagando 100 de tu amigo. Cuando "regulariceis", no vas a darle tú 50 para que él te de 100; te da 50 y en paz.