Pues deberías haberle preguntado tus dudas concretas o incluso haber usado el viejo truco de poner el móvil en modo avión, activar la grabadora de sonidos y ponerlo boca abajo en la mesa para que se grabe todo lo que habléis y así luego, ya en casa, puedas volver a escucharlo tranquilamente y recapacitar sobre las cosas habladas.
Todo lo más que puede ocurrir es que el funcionario te pida que guardes el móvil en el bolso, con lo que la grabación saldrá más inaudible, pero es un viejo truco y efectivo en cosas así en las que presientes "no te vas a enterar de la misa la mitad" como suele decirse.
Evidentemente, luego esa grabación la borras y ni pío a nadie de lo que has hecho, y ni se te ocurra compartirla por ahí ni nada porque te puedes meter en un lío, ya que ni le has pedido permiso al otro interlocutor para grabarle ni te lo ha concedido explícitamente.