Lo dicho, la mentalidad (y la picaresca) española hace que seamos diferentes.
Me gustaría que les propusiéramos a nuestros amigos los franceses, alemanes o nórdicos (a esos a los que queremos copiar) que hagan una ayuda (como el PER andaluz) para que miles de personas, trabajando 18 días (dieciocho) tengan derecho a una ayuda de 420€ durante 10 (diez) meses. Esto es jauja señores.
O que tengamos funcionarios gestionando el desempleo en oficinas del INEM, pero en comunidades autonómicas también tienen sus oficinas paralelas (como Langai en el País Vasco) e incluso a nivel municipal si el municipio es grande (creo que Lan-ekintza en Bilbao, por ejemplo), llegando a TRIPLICAR infraestructura humana y material para un mismo objetivo.
Algo falla.
Os contaré una anécdota. En uno de mis anteriores trabajos, hace unos años, gestionaba grupos de servicio técnico a nivel nacional. Gracias a mi buen hacer conseguí el visto bueno de la dirección de la empresa para flexibilizar el horario de los técnicos de reparaciones. Era la primera vez que se probaba un cambio de horario en más de 30 años de funcionamiento de la empresa. Un logro.
El fundamento era simple. Durante 30 años las rutas se habían planificado en la oficina, pero siempre había disputas porque (evidentemente) la carga de trabajo no se puede planificar exactamente y (evidentemente) si una persona sale de viaje a efectuar reparaciones es preferible que lleve más trabajo del que puede realizar antes de que se quede de brazos cruzados sin nada que hacer. Eso hacía que la gente metiera horas extras y nadie (ni empresa -por tener que pagar horas extras- ni trabajadores -por tener que trabajarlas-) estaba satisfecho con ello.
En lugar de planificarles a ellos la ruta, serían más proactivos y se autogestionarían la carga de trabajo, incluso permitiendo flexibilidad de horario y viernes por la tarde libres. Todos salían ganando; si había que meter hoy una hora más, la metían pero mañana se podían ir una hora antes a casa -o cobrar la hora extra-. Lo que quisieran.
Fue un mes de despiporre. Muchos de los técnicos aprovecharon para escaquearse del trabajo falsificando partes de horas (hay que ser estúpido cuando sabes que llevas un sistema de seguimiento GPS en el vehículo, y que cada vez que pagas peajes en autopista o echas gasolina queda grabada la hora).
Al final hice el ridículo, me gané un rapapolvo, y quedó claro que lo único que entienden algunos trabajadores es la ley del palo. Yo pienso que esos pobres pardillos fueron unos estúpidos porque se creían más listos, pero allá cada cual.
Conclusión: yo creo que esto no habría pasado en otros países pero SPAIN IS DIFFERENT...