Re: El futuro automatizado. Jubilación, renta basica y paro
Sobre todo en el futuro lo que va a haber es paro,mucho paro con tanta maquinita haciendo nuestra labor.
En nuestro amado pais habrá mucho pensionista de aquí y de fuera.
Sobre todo en el futuro lo que va a haber es paro,mucho paro con tanta maquinita haciendo nuestra labor.
En nuestro amado pais habrá mucho pensionista de aquí y de fuera.
Mas bien salario anti-revolucion, algo de dinero para que la masa no se alborote, solemos comparar hechos nuevos con otros acaecidos similares, la revolución industrial se produjo en comunidades reducidas, ni en África o Asia o zonas de Europa sabían de ella. Ahora es la globalización y esa es la palabreja maldita, porque voy a pagar mas impuestos aquí si en otras partes no los pago? y si no que se lo pregunten a Google y Cia, al final como todos los cambios será positivo, pero pueden pasar varias generaciones con penurias
Buenas, Enberto.
Parece claro que una parte importante de la población acabará sin trabajo o con ocupaciones eventuales y precarias, no sólo por el hecho de la masiva automatización de las tareas y asunción de muchas de ellas por la IA, machine learning,..., por lo que no parece asumible que ese elevado número de ciudadanos quede totalmente desprotegido y sin medios de subsistencia; para paliar este desarraigo aparece la RBU, pero el peligro de que las clases dirigentes se aprovechen de ello y quieran controlar a los subsidiados es más que evidente.
La globalización ha extendido a todos los territorios el peligro de la desaparición de gran parte de puestos de trabajo, no como en las anteriores revoluciones industriales como bien apuntas.
¿La 'Renta Mínima Universal' cómo respuesta a un mundo automático?
En el último Foro de Davos se planteó la creación de un salario mínimo garantizado para que la gente viva, porque el trabajo lo van a hacer las máquinas, y nosotros podremos dedicarnos a actividades creativas e innovadoras, o a viajar. José Luis Cordeiro, ingeniero mecánico por el MIT y profesor de la Singularity University de Silicon Valley asegura que ‘vamos a vivir un cambio mucho más trascendental que el que vivimos al transformarnos de simios en hombres, porque aquel salto fue de un 1% en nuestro genoma, y ahora va a ser muchísimo más grande. La relación entre los posthumanos y los humanos actuales será como la que nosotros tenemos con las hormigas’.
Muchas de las decisiones políticas provienen de la táctica, pocas con la estrategia. Es más fácil dar solución inmediata a problemas que se interpretan cercanos a procurar acciones que atiendan a problemas de un futuro aún lejano. Pero en muchas de esas predisposiciones de carácter táctico, casi sin saberlo, responden a algo mucho más sofisticado y complejo.
Como decía, a medida que esta década avance y nos adentremos en la siguiente, la fuerza laboral como la entendemos irá cambiando de manera rápida y radical. No habrá trabajo para todos, o por lo menos no lo habrá para ocupar tantas horas de tantas personas. Socialmente se irá instalando una necesidad de ocupar el tiempo y de compensar económicamente ese vacío. Algunas decisiones que de manera fugaz y anecdótica se van tomando y algunas ideas que se plantean en términos generales en organismos internacionales indican que, o bien por interpretación del futuro o bien por administración del problema que ya se vislumbra, se está abordando el asunto.
En Ontario, Canadá, se ha anunciado un plan de renta básica universal para todos sus ciudadanos. Se trata de un proyecto piloto en el que el gobierno de esta provincia canadiense ha implicado a sociólogos, investigadores, asociaciones, economistas y políticos. El objetivo es permitir que mientras que la economía de Ontario crece, las administraciones se comprometan a abordar un escenario donde la automatización y la tecnología va apartando a cada vez más personas de sus puestos laborales y, por derivación, de acceso a un salario. Uno de los planteamientos más interesantes del proyecto es el previsible aumento de impuestos directos y el crecimiento de servicios aportados por la administración. Esto mismo lo ha previsto Nueva Zelanda.
No es más que un primer esbozo de lo que pudiera ser el futuro. Un mundo donde trabajar sea un hecho puntual y creativo y dónde mucha gente no tendrá acceso a un trabajo remunerado por no ser eficiente o competitivo frente a la tecnología que le sustituyó. A cambio las empresas que utilicen estos mecanismos deberán pagar mucho más debido al ahorro en personal y esos réditos se derivarán a servicios que, con el tiempo, puedan convertirse en una especie de ‘derechos fundamentales’ de los humanos del futuro.
Otras ‘ideas’ que nuestros dirigentes han lanzado últimamente puede que respondan a la voluntad de ocupar titulares y columnas en los periódicos que van llenos de temas que no les agradan. Sin embargo muchas de ellas tienen el tono de una sociedad futura. Interpreto que ni lo saben, pero están hablando de soluciones a problemas que probablemente no tienen claro que vamos a tener. Hablan de propuestas que llegan del futuro aunque lo empaqueten con asuntos del presente.
La Generalitat de Catalunya prepara una reforma horaria. Se trata de imponer por ley que los trabajadores no salgan de su trabajo después de las seis de la tarde. Se busca una especie de jornada labora semi intensiva muy parecida a la que vivimos en países como Irlanda, Reino Unido u otros. Probablemente sea uno de los pasos invisibles para la reducción de la jornada laboral y la ampliación del tiempo ‘libre’. En los países escandinavos, especialmente Finlandia, se empezó así. El resultado técnico es una jornada que puede establecerse en menos de seis horas diarias. El modelo de la jornada intensiva se suele modificar por la jornada por resultados. Entras a la hora que quieres y sales cuando has finalizado lo que tenías que hacer ese día o adelantas el de otro. De facto, esta es la mayor revolución laboral que podemos esperar. Los más eficientes trabajarán menos horas pero serán más productivos. El resto dará paso a un software o a un robot.
En el caso de Catalunya ahora vendrán las discusiones entre agentes políticos, entre intereses de patronales y sindicatos. Si no lo hacen bien el tiempo les pasará por encima. Al final es cuestión de lógica. Las leyes pueden aprobarse en el momento que estimen sus señorías pero la historia y la sociedad que la va conformando tienen su propio ritmo que, en ocasiones, es mucho más rápido que el ‘tempo legislativo’.
Y por si fuera poco, se especula sobre la opción de que el BCE regale 1.300 euros a cada ciudadano de la UE a fin de reactivar la inflación. Obviamente esta es una idea que va directamente a la política económica y, en principio, no tiene nada que ver con lo que hemos comentado antes. Sin embargo tiene puntos de coincidencia: dar dinero por nada. Ofrecer una renta, una subvención, una ayuda, cash o lo que sea a todos los ciudadanos sin que por ello hayan hecho nada previamente. Sólo existir y vivir en una zona determinada.
Esta idea surge de los expertos del banco sueco Nordea Bank. No es casualidad que sea escandinavo. Ahora bien, esto se debe tomar con pinzas. El BCE ya dijo hace un par de semanas que esto de regalar dinero no va con ellos. ¡Faltaría más! No obstante Peter Praet, el economista jefe del Banco Central Europeo dijo que esta era una opción factible en política monetaria ya que, de hecho, ya se han gastado miles de millones en programas de compra y no han tenido efecto pues el dinero no ha llegado a las personas. Hay quien asegura que esto va a pasar. J an Von Gerich del Nordea Bank dijo que ‘si retrocedemos un par de años veremos que el programa de compra de bonos soberanos parecía imposible para el BCE y se hizo’.
Por calcular el dispendio hablamos de 444.000 millones de euros. Esa sería a la larga la capacidad económica de Europa para una ‘renta mínima universal puntual’. Un ejercicio que de momento está en las hojas de cálculo de algunos, que se empieza a debatir y que, con matices en cada caso, todas van en una dirección: un mundo sin empleo, con renta mínima y dependiente de Estados, servicios públicos, con altos impuestos y la automatización y robotización de todo.
No obstante no puedo dejar de pensar en el hecho de que cuando hablamos de todo esto nos olvidamos de medio planeta. No se debe olvidar que todavía coexisten dos mundos: uno que piensa en rentas mínimas y otro que celebra seguir vivo cada mañana a pesar de ser un infierno cotidiano su propia existencia.
Saludos automatizados, subvenciones y ¿manipulados?.
Buenas, Carlos2011.
Parece seguro (o no) que la cuarta revolución industrial va a eliminar muchos puestos de trabajo dejando a una parte importante de la población fuera del mercado laboral; por ello se está hablando cada vez más de una RBU, de crear impuestos para los robots,...
Evidentemente también se crearán muchos otros nuevos empleos que hoy ni siquiera imaginamos, por lo que hay que procurar que los trabajadores se formen en las nuevas tecnologías y reciclen sus habilidades y conocimientos.
Pero lo que sí está más claro que el agua es que si no cambiamos el modelo de enseñanza (primaria, universitaria, formación profesional, postgrados,...) para adaptarlo a los nuevos trabajos y conocimientos, si no adaptamos la industria, si no formamos a los trabajadores, si el estado y las empresas no innovan y no acometen cambios estructurales-sociales-organizativos-formativos, si no se fomenta la innovación e investigación, si cada uno de nosotros como icdivíduos no damos un paso al frente para adaptarnos también y exigir esos cambios,... España y sus ciudadanos acabarán en pocas décadas en el tercer mundo, con trabajos y salarios de mie..a,...
El obligatorio desafío de la economía española: la Industria 4.0
Leo que España va bien. Que irá razonablemente bien. Que cuando pase el asunto este que nos tiene ocupados, volveremos a la senda del crecimiento equilibrado. Que el empleo se crea sin descanso. Que las familias pueden afrontar el futuro con esperanza. Que ya podemos hipotecarnos otra vez. Que lo peor ya pasó y que vuelta a la casilla de salida. Muchos analistas económicos, ante la evolución de la economía, ya proclaman que por fin hemos entrado en un círculo virtuoso, superando las antiguas dinámicas basadas en ciclos de endeudamiento público y del holograma inmobiliario.
Lamento tocar la trompeta de madrugada. Si es cierto que crecemos en términos genéricos (recordemos que basarse en el PIB es muy arriesgado pues aunque es el indicador utilizado habitualmente de progreso no atiende a intercambios económicos, efectos de desigualdad o degradación medioambiental), hay que focalizar en la herida, el lugar exacto del que salen esas métricas y poco o nada tienen que ver con que estemos modelando un país innovador y de futuro. Por lo menos no de manera intensiva. Ese valor añadido que se le debe exigir a un país como el nuestro no se sitúa en las playas y terrazas. El turismo que no falte, que las obras no se detengan, pero ¿y si aprovechamos que la cosa parece desperezarse para dinamizar una economía vinculada a las nuevas tecnologías? ¿y si vamos preparando nuestra sociedad para un mundo automático y robotizado? Lo trato a diario en workshops, conferencias y consultorias. Y veo la preocupación de muchos empresarios, trabajadores y directivos.
Cuando las vacas estaban gordas no se invirtió en modernizar nuestra economía. Era absurdo, todo iba bien. Cuando las vacas se adelgazaron no se pudo invertir de manera destacable porque no había con qué. Ni con mucho ni con poco, la cuestión es que los trenes salen dirección al futuro y no hay manera de que tomemos ninguno. O mejor dicho, seamos justos, sí vamos camino al futuro y subidos en un tren, un tren de cercanías en el mejor de los casos. Y es que el futuro está ahí, esperando. Allí están millones de robots y automatismos. Sino vamos, vendrán. Cuando lleguen, que llegarán, los sustitutos de todo, robots y software inteligente capaz de hacer cualquier cosa que no tenga un valor añadido humano imprescindible, todo este crecimiento del que se vanaglorian muchos no servirá de nada. No estamos preparando esta balsa en el que vivimos. De momento es agua cristalina, pero cuando se seque solo será barro. Y se secará sino se toman decisiones complejas, estratégicas y políticamente valientes. Análisis desde las administraciones que siguen pendientes y serán imprescindibles tarde o temprano. Visto en lo que se ocupan nuestros gobernantes, tiene pinta que será más tarde que temprano.
Hablábamos de crear un Ministerio del Futuro. En algunos países hay cosas similares. Aquí, por decir algo, no tenemos ni Ministerio de la Innovación, Ministerio Digital o una Secretaria de Estado de la Sociedad 4.0. Y es que no vamos tan bien y algo, a nivel de previsión transversal, se tiene que hacer. Porque esa mejora económica tiene un dato que lo rebate claramente. Se trata de las cifras vinculadas al comercio internacional de productos de alta tecnología. El año pasado descendieron estas exportaciones a la vez que aumentaban las importaciones del mismo tipo. Obviamente no hay que ser Premio Princesa de Asturias para ver que esto es totalmente incompatible con la pretensión de cambiar el modelo productivo hacia uno de alto valor añadido, tecnológico, cognitivo y de futuro. No existe ningún elemento que pueda hacernos creer eso que nos cuentan. Lo peor es que en frente, a los que nos cuentan lo bien que vamos, no hay nada. Discursos que aun, probablemente, lo complicarían todo más. Subidas de impuestos, políticas aparentemente sociales que sólo empobrecerían las mecánicas de creación de riqueza y atraso definitivo de la modernización productiva del país.
Alguien tendrá que hacer algo. La estructura productiva española no está cambiando a la velocidad que exige el tiempo que vivimos. Digan lo que digan y escriban lo que escriban. Y escriben. Leo el Informe Sociedad Digital en España 2017 de la Fundación Telefónica que ‘nuestro país ha alcanzado la madurez digital’. Al parecer, este hecho se debe a que la cobertura de banda ancha es la tercera de mayor penetración en los países de la OCDE. Es cierto que esto ayuda, no lo dudo, pero el asunto en cuestión no es sólo si tenemos un cable más gordo o más largo que el de otros países. Es evidente que se necesita infraestructura para liderar la revolución industrial y tecnológica que vivimos. Por supuesto que la transformación digital constituye un reto en sí mismo para cualquier país que quiera conquistar su futuro. Un futuro que dependerá de la rapidez de adaptación a un nuevo modelo productivo que, no veo yo, se esté produciendo a la misma velocidad que instalamos la vanagloriada banda ancha. Se parece aquello de poner trenes de alta velocidad por todas partes antes de crear el escenario idóneo para que existan pasajeros que los tomen.
El futuro, en el que convergen robótica e inteligencia artificial, dependerá de la rapidez de adaptación al nuevo paradigma y de la digitalización como herramienta esencial para llegar a todos los ámbitos. En este sentido, en España siguen avanzando a una velocidad ciertamente preocupante las tecnologías que nos llevarán a la Sociedad Cognitiva (robótica, Inteligencia artificial y Big Data) y a la Industria 4.0 (Internet de las Cosas, sistemas ciberfísicos y tecnologías Self Organising Network). En la mayoría de los casos esa velocidad, más que revisable, depende más de un liderazgo político y estratégico que conceda facilidades para esas innovaciones que a la falta de propuestas privadas. En países de nuestro entorno los estímulos para cambiar el modelo del pasado son determinantes, mientras que aquí no dejan de ser de aurora boreal.
En España la innovación sigue siendo una asignatura pendiente en muchos tejidos productivos. Hay muchas cosas en las que gastar antes que en innovar. Sólo el 12,8% de esos esfuerzos corresponden a innovaciones de producto o proceso productivo, siendo el resto cambios organizativos y de comercialización, es decir, innovaciones no tecnológicas. Innovación en muchos casos que provienen de la compra de software, maquinaria o hardware. Por lo que, a fin de cuentas, no cabe duda de que la innovación en España no está en su mejor momento. Hay un declive en las solicitudes de patentes desde hace años y un recorte público en I+D que sitúa al sector público por debajo de lo invertido en 2006. Así ya podemos ir vanagloriándonos de creación de empleo y de crecimiento al 2 coma lo que quieras. Sin innovación no hay futuro.
La lista de países que están modificando su modelo productivo y de crecimiento económico cada vez es mayor. Si escuchas las soflamas sobre las bondades del turismo parece que aquí solo interesa competir con Túnez y Croacia en lugar de hacerlo contra Alemania y Reino Unido. De sus señorías solo escucharás política de juguete y debates endogámicos. Poco liderazgo y menos luces largas. No hay luces largas. Esperan que el sector privado resuelva constantemente aquello que ellos no plantean. Y por supuesto que son las empresas, todas, las que tienen que innovar, aplicarse el cuento de modificar procesos e invertir, pero, al igual que los países que se están distanciando del pelotón, se precisa de dinámicas públicas que lo estimulen y lo defiendan donde haga falta.
Sin transformación digital no habrá competitividad en un mundo global.España se está quedando descolgada de esa enorme olimpiada económica. Estamos ante una nueva oleada de cambio tecnológico y nuestra estructura económica, de la que nos alegramos por su crecimiento, no se está adaptando. Nuestro nicho de mercado se afianza precisamente en la que menos interesa para ese futuro y seguimos pensando que la inercia nos sacará de esta, que los ciclos económicos nos ayudan a, tras pasarlo mal, vivir a lo grande. Esta vez no va a ser así. Esto ya no trata de una crisis. Ni financiera, ni de la economía real, ni de nada que se le parezca. Seguimos en plena ‘ deflación del capital’.
Para que se entienda. Cuando subes a un avión para saltar en paracaídas a 4.000 metros, en un momento determinado, cuando te ves allí arriba, te cuesta dar el paso de lanzarte al ‘vacío’. Pero lo haces porque te dicen que lo hagas. Saltas. La sensación es brutal. Sin embargo pasa algo tremendo. Durante unos segundos notas viento, mucho viento, pero no percibes que estés cayendo. Eso sólo lo sientes cuando te acercas al suelo. Es cuando abres el paracaídas. Así estamos, bajando sin notarlo. ¿Cómo prevén nuestros gobernantes que vamos a enfrentarnos a un mundo en el que el incremento de automatizaciones, robots, procesos reducidos o sustitución de personas en los servicios? ¿Qué han pensado? ¿Cuál es el plan para afrontarlo?
La Federación Internacional de Robótica espera que las instalaciones de robots continuarán creciendo a tasas anuales de dos dígitos por el momento. Ello debido a que el costo para producir estas máquinas sigue bajando, mientras sus capacidades siguen aumentando, y la densidad de robots es todavía relativamente baja en la mayoría de las industrias. Los robots no van a quitarte el empleo, siempre y cuando ese empleo lo cambies. Es muy sencillo. ¿Estamos cambiando nuestra estructura productiva para que cuando eso pase no sea un drama? No hablo de dos décadas, esto va a empezar en los siguientes minutos. De hecho, ya ha empezado. Fijémonos donde se crea empleo, a que sectores se deben esos números. Preocupante. Nada nuevo.
Excelente artículo también el siguiente:
La digitalización requiere una reforma de la educación, las relaciones laborales y los procesos de trabajo
https://www.nobbot.com/firmas/digitalizacion-juan-m-zafra/
Saludos adaptándose, mejorando, esforzándose, aprendiendo.
Buenas a todos.
Seguimos con artículos interesantes sobre el tema.
España pierde más de una década de convergencia con Europa en I+D
Según los últimos datos publicados por Eurostat, España constituye, junto con Portugal y Finlandia, una excepción en Europa al tratarse de los tres únicos países que todavía no han recuperado los niveles de inversión previos a la crisis económica. A día de hoy, España invierte un 9,1% menos en I+D que, en 2009, mientras que la UE en su conjunto invierte un 27,4% más. Su evolución contrasta con la de las otras cuatro grandes economías del continente: Reino Unido (+39%) Alemania (+37%), Francia (+13%, dato de 2015) e Italia (+12%), que acumulan crecimientos de doble dígito en este periodo.
En términos relativos, España se sitúa en 2016 en el 58,6% de inversión que realiza el promedio de países de la Unión Europea(venía del 60,1% en 2015), volviendo a la situación relativa que presentaba en 2003. Desde 2009, España pierde 13 de los 21 puntos porcentuales de convergencia que había recortado a Europa entre 2000 y 2008.
LA I+D PIERDE PESO SOBRE EL PIB UN AÑO MÁS
En concreto, según ha publicado este martes el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inversión total de la economía española en I+D creció un 0,7% interanual en 2016. Este incremento, que se traduce en una inversión agregada de 13.260 millones de euros (87 millones de euros más que en 2015), supone, sin embargo, una clara desaceleración si se compara con el dato del ejercicio anterior (+2,7%). Por otra parte, se confirma que la I+D sigue perdiendo peso en la estructura productiva del país, continuando, por sexto año consecutivo, con una evolución por debajo del PIB (+3,3%). De esta manera, la ratio de inversión I+D sobre PIB retrocede del 1,22 observado en 2015 al 1,19 registrado en 2016, tal como ha indicado Cotec a través de un comunicado.
El crecimiento se produce únicamente en el sector privado que, aunque sigue creciendo por debajo del PIB, se acelera pasando del 2% en 2015 al 3% en 2016. Por el contrario, la inversión realizada por el sector público cae un 2%.
LA POSICIÓN DE ESPAÑA EN I+D NO SE CORRESPONDE CON SU POTENCIAL ECONÓMICO
En el ranking europeo de inversión en I+D, España ocupa la posición 17 entre los 28 Estados Miembros. En los últimos años ha sido adelantada por Hungría, Italia y la República Checa. A día de hoy, un total de 5 países europeos con menor potencia económica que España presentan niveles de inversión en I+D superiores. Se trata de Estonia, Eslovenia, Hungría, República Checa, y Portugal.
PERCEPCIÓN SOCIAL DE LA INNOVACIÓN EN ESPAÑA
El estudio demoscópico sobre la Percepción Social de la Innovación en España, realizado por la Fundación Cotec y Sigma 2, presentado en julio de 2017, ponía de manifiesto el elevado grado de consenso que existe entre la ciudadanía sobre la necesidad de aumentar la inversión pública en I+D+i. El 80% de la población cree que la inversión pública de España en este ámbito es insuficiente. Además, el 67% de los ciudadanos opina que la legislación no favorece la innovación.
https://www.nobbot.com/general/espana-id-cotec-2016/
Seguimos perdiendo el tiempo en tonterias, miengras nos vamos humdiendo poco a poco en un pozo del que nos puede costar décadas salir... o no lo volvamos a hacer en varias generaciones.
Saludos invirtiendo en el futuro... ¡¡¡hoy!!!.
Buenas a todos.
Tu pensión, los servicios públicos y el empleo de tus hijos dependerán de un robot.
Digan lo que digan, la historia demuestra que la automatización aumenta la productividad y, en algunos casos, la demanda de los consumidores también, lo cual, de alguna manera, crea más trabajos. Es un mito revisable que la automatización destruya el crecimiento neto del empleo. Lo destruye cuando no hay una estrategia de transformación social y laboral prevista. Si seguimos alimentando un modelo productivo y de crecimiento basado en la improvisación política y en la espera de acontecimientos, nos vamos a dar una hostia bíblica y de esta no saldremos por acompañamiento, pues nadie nos va a acompañar. La gasa fina entre el tercer mundo y el mundo automático se va a estrechar. Tengamos cuidado, pidamos que lo tengan quienes fueron elegidos para garantizar que el futuro sería mejor. De momento, me da la impresión, en España y muchos países de nuestro entorno, nadie está pensando ni haciendo nada al respecto. No, por lo menos, de manera eficiente.
El acojone es general. La idea de que los robots van a arruinarnos la vida tal y como la entendemos está generalizada. Los trabajadores de medio mundo ven con inquietud la amenaza que supone la automatización. Sin embargo, ese temor tiene mucho que ver con el como nos explican las cosas y, sobretodo, con el modelo socioeconómico que impulse el poder público de turno. Los hay que hablan de limitarlo y volver a llenar las fábricas de humanos para dar trabajo a más gente. Otros sencillamente no dicen nada. Los primeros se olvidan que el proteccionismo laboral en contra de la eficiencia lleva al cierre a medio plazo y los segundos son, en el mejor de los casos, unos irresponsables.
Existe una tercera vía. En Suecia pocos se preocupan por la previsible ola de de desempleo que nos acecha y que la automatización va a provocar. De hecho, ellos lo comparan al momento en el que, por la globalización, los países del ‘primer’ mundo tuvieron que competir con los trabajadores más baratos ubicados en Asia y Latinoamérica. Y bajo esa comparación consideran que el trabajo de los sindicatos, el apoyo gubernamental y la alta confianza que existe entre empleadores y empleados rige todo el planteamiento de enfrentarse a un futuro robótico.
La ministra sueca de Empleo Ylva Johansson dijo que ‘en Suecia, si le preguntas a un líder sindical si le tiene miedo a la nueva tecnología, la respuesta será: ‘No, me da miedo la vieja tecnología’’. La idea no es proteger el puesto de trabajo sino a los trabajadores, para lo que hay que capacitar a la gente para trabajos nuevos que aparecen justo cuando los que hacían desaparecen. Parece sencillo de entender. Lo que no es comprensible es que ni nos lo planteemos, ni se analice desde un punto de riesgo laboral inmenso y que, encima, cuando dices que los robots no son el riesgo sino los propios humanos gestionando su llegada, te traten de iluso.
Según los escandinavos, esto se replica de un modo parecido en Noruega, Finlandia e incluso en Dinamarca, la clave está en garantizar la innovación privada pero sujeta al liderazgo público. ¿Qué hacen en Suecia para garantizar la innovación entonces? Sencillamente, garantizarla. Al contrario de lo que sucede en Silicon Valley, donde el riesgo es consustancial a la innovación, en Europa no estamos ni cultural ni estructuralmente preparados para ello. Aquí te la das y lo arrastras toda la vida. Por eso, tal vez, hay que buscar método distinto. No vamos a crear un siliconvalei en ningún lugar por mucho que insistamos en ello.
Suecia presenta la posibilidad de que, en una era de automatización, la innovación avance manteniendo suficiente colchón ante el fracaso. Una buena red de seguridad es positiva para las iniciativas empresariales que pretenden encontrar un vínculo realista y acertado entre robots y personas. En Suecia, si un proyecto no tuvo éxito tras proponer un arriesgado modelo innovador vinculado a ese empleo del futuro, no se debe ir a la bancarrota directamente o, por lo menos, no se estigmatiza a quien no lo logró.
Lo curioso es que en Estados Unidos y la mayoría de países del sur de Europa y algunos latinoamericanos entre el 72% y el 88% de las personas consideran que los robots serán un problema, mientras que en Suecia el 80% considera que los robots y la inteligencia artificial será algo positivo necesariamente. Curiosamente, los suecos tienen claro que la renta mínima universal o básica es algo que llegará en los próximos años y en gran medida dependerá de la buena implantación de los modelos automáticos en la producción del país. Los otros, consideran que la renta básica acabará con el mundo tal y como lo conocemos porque generará un planeta de vagos esperando su subsidio. Un buen debate.
En Suecia y el resto de Escandinavia, los gobiernos proveen atención médica además de educación gratuita. Pagan generosos beneficios a los desempleados, mientras los empleadores financian vastos programas de capacitación laboral. Por lo general, los sindicatos aceptan la automatización como una ventaja competitiva que vuelve más seguros los trabajos. Y curiosamente, los pocos discursos políticos que se abren al respecto en países como el nuestro vienen de la vertiente de la izquerda representada por Podemos y algún sindicato y poco más. Lo que deja el debate en tierra yerta.
El error lo vamos a pagar caro. No pensar en ello, no analizarlo, no discutirlo y no ejercer no saldrá gratis. La idea que defiende esa izquierda que considera el ejemplo escandinavo un buen modelo se olvidan de un detalle importante: no somos como ellos. Pero ni por asomo. Su modelo educativo, su estructura económica y productiva, sujeta un magnífico sistema de bienestar social. Esa socialdemocracia no es equiparable porque su conformación parte de premisas muy distintas. No vale quedarte con lo que quieres ser sin modificar lo que te lo permitirá ser en todo caso.
La ola viene, se acerca, y la mayoría siguen mirando al horizonte con una miopía desesperante. Nadie sabe cuántos trabajos están bajo la amenaza robótica y de otras formas de automatización, pero las proyecciones sugieren una sacudida descomunal. En un estudio de 2016 realizado por el Foro Económico Mundial, se hicieron encuestas en quince economías importantes que en conjunto representan dos terceras partes de la fuerza laboral del mundo y se concluyó que el ascenso de los robots y la inteligencia artificial destruirá una red de 5,1 millones de empleos para 2020. En apenas un par de años, más de cinco millones de personas van a tener serios problemas y nadie está previendo nada más que en poner vendas cuando llegue la herida.
Pero veamos el caso de Amazon. Tal vez no haya una empresa que personifique mejor las ansiedades alrededor de la automatización que el monstruo fundado por Jeff Bezos. A pesar de que se culpa a esta empresa de destruir empleo a la vez que lo automatiza todo, la verdad es que la fuerza laboral a nivel mundial de Amazon es tres veces mayor a la de Microsoft y dieciocho veces más grande que la de Facebook.
En 2014, la empresa comenzó a introducir robots en sus bodegas. Amazon tiene más de 100.000 robots en acción por todo el mundo y planea añadir más. Hacen que el trabajo en el almacén sea menos físico, al mismo tiempo que hacen posible el tipo de eficiencia que permite que el cliente pida algo por la mañana y lo tenga en unas horas. Eso sería imposible en costos y rendimiento sin esa incorporación del poder robótico. La empresa ha logrado, según ellos, que las máquinas realicen la mayoría de las tareas monótonas y que las personas tengan trabajos que los ocupen mentalmente analizando de un modo humano la cadena de distribución por ejemplo.
A la vez, la empresa tiene más de 125.000 empleados solo en sus almacenes. Cuando Amazon instaló los robots, algunas personas que antes apilaban los contenedores tomaron cursos para convertirse en operadores de robots. Muchos otros se cambiaron a las estaciones receptoras, donde clasifican de forma manual cajas grandes con mercancía y las meten en los contenedores. No se despidió a nadie cuando se instalaron esos robots y Amazon encontró nuevas funciones para los trabajadores desplazados. La pregunta es qué sucederá cuando lleguen las generaciones más sofisticadas de robots.
En mi opinión tiene más riesgo la perdida de competitividad que puede tener una economía nacional como la española por no afrontar con valentía el reto de automatizar, robotizar e incorporar la inteligencia artificial a la estructura productiva del país, que seguir pensando que hay que proteger el sistema económico en contra de ese progreso. El paro se generará de manera masiva, las pensiones serán insostenibles y el equilibrio entre servicios públicos y aportaciones sociales será insostenible sino se entiende que el mundo que viene es otro y hay que afrontarlo con estrategia y no con táctica. La estrategia es prever un mundo robótico, táctica es esperar a ver que pasa.
El paro se generará de manera masiva, las pensiones serán insostenibles y el equilibrio entre servicios públicos y aportaciones sociales será insostenible sino se entiende que el mundo que viene es otro y hay que afrontarlo con estrategia y no con táctica. La estrategia es prever un mundo robótico, táctica es esperar a ver que pasa
Entretanto, seguimos discutiendo del sexo de los ángeles.
No hay ningún político que tenga la suficiente visión de futuro, sólo del presente del dinerito que se van a llevar hoy.
Sin saludos a los que no ven más allá de sí mismos.
Buenas a todos.
Regreso de un viaje de trabajo realmente interesante y productivo, tanto profesional como personalmente observando, aprendiendo e integrando en la empresa los nuevos avances en transformación digital-AI-blockchain... aplicados a la medicina.
Podéis comprobar por mis post y comentarios que soy un ferviente defensor de la adaptación de las empresas, trabajadores, ciudadanos, sociedad... a la transformación digital (no sólo en el ambito de la salud, sino en todos y cada uno de los campos profesionales, económicos y productivos) para aprovecharla lo máximo posible y mejorar nuestra calidad de vida; pero como insisto hasta el hartazgo, dicha adaptación requiere un esfuerzo e interés por parte de todos.
Os dejo un artículo interesante de un informe del ITIF (Information Technology & Innovation Foundation),un think thank de EEUU:
Robots, automatización y trabajos: una cartilla para formuladores de políticas
Existe un considerable interés, si no consternación, por los efectos potenciales de las tecnologías emergentes como la robótica y la inteligencia artificial en el empleo.También existe una confusión considerable acerca de la interacción entre la automatización, la tecnología y los trabajos. Aquí hay 13 puntos clave que son importantes para que los legisladores entiendan acerca de esa interacción:
https://www.itif.org/publications/2017/05/08/robots-automation-and-jobs-primer-policymakers
Saludos adaptarlos.
Buenas a rtodos.
Seguimos con artículos interesantes que reflexionan sobre el tema del hilo.
Os dejo un artículo del profesor Enrique Dans:
El trabajo robótico y la sociedad del futuro
Consultes las previsiones que consultes, pueden resultar espeluznantes según para quién las lea: se prevé que la llegada de los robots y la automatización inteligente elimine entre un 38% y un 50% de las tareas que hoy definimos como trabajos. Hablamos de trabajos de todo tipo: existen evidencias crecientes que apuntan a una sustitución a todos los niveles, no simplemente a las llamadas 4D (tareas aburridas, peligrosas, degradantes o sucias), y de un impacto que provocaría una redefinición en su conjunto de la sociedad que conocemos. A medida que los algoritmos aprenden a hacer cada vez más cosas y a hacerlas, además, con más eficiencia que los humanos en todos los sentidos (menor coste, más velocidad y menos errores), al tiempo que dejan de limitarse a tareas meramente repetitivas, parece claro que las sociedades del futuro tendrán que repensar y replantear completamente el concepto de trabajo si pretenden generar un panorama mínimamente sostenible en el tiempo.
La idea de diseñar impuestos especiales para los robots no parece, igualmente, demasiado sostenible: tasar la innovación puede provocar un desincentivo que posiblemente dilate algo en el tiempo su adopción, pero dista mucho de ser una tarea sencilla: calcular la función o el ratio de sustitución de robots a trabajadores no resulta en absoluto claro en cuanto la tecnología sigue avanzando, y rápidamente deja de tener sentido. Las evidencias históricas sugieren que tratar de detener el progreso de la tecnología nunca ha tenido ningún sentido ni ha resultado positivo para quienes lo intentan, y en un mundo fragmentado, sin acuerdos en este sentido y con grandes incentivos para quienes siguen desarrollando más allá de donde otros países se detienen, menos aún.
Pero ¿y si la respuesta estuviese, de nuevo, en la proyección de fenómenos de sustitución comparables que tuvieron lugar en períodos históricos anteriores? La rueda, el telar, el tractor o las neveras dejaron sin trabajo a muchas personas, pero posibilitaron nuevos modelos económicos que terminaron dando trabajo a muchas más. ¿Y si el desarrollo de la inteligencia artificial, en realidad, terminase creando muchos más puestos de trabajo de los que elimina, como postulan algunos estudios llevados a cabo por Gartner o permitiese que los trabajos existentes añadiesen más valor? Hace pocos días, comentaba lo que me gustarían que los algoritmos fuesen capaces de llevar a cabo no la totalidad mi trabajo, pero sí las partes del mismo que menos me enriquecen, que son más pesadas y me aportan menos. Desde hace mucho tiempo, hay partes de mi trabajo que sigo llevando a cabo yo porque no me veo subcontratándoselas a nadie, pero que me llevan a situaciones en las que siento que “muero por dentro” por tener que dedicar tiempo a ellas. La idea de que esas tareas desapareciesen y fuesen llevadas a cabo por un algoritmo que, además, las pudiese hacer de manera más rápida, más eficiente y con menos errores me resulta enormemente atractiva, y mucho más teniendo en cuenta que no tengo ningún problema a la hora de “llenar de sentido” esas horas liberadas: es más, durante toda mi vida profesional, mi problema nunca ha sido cómo llenar mis horas de trabajo, sino más bien cómo encontrar tiempo para hacer lo que realmente tenía ganas de hacer. El mayor problema a la hora de innovar no es la falta de ideas, sino la falta de tiempo para ponerlas en práctica: es difícil innovar cuando todas las horas que dedicas al trabajo están repletas de tareas que una máquina podría hacer de manera más eficiente que tú.
En ese sentido, me ha gustado el artículo de Per Bylund, pensador anarcocapitalista y profesor de Oklahoma State University, en Quartz: la automatización de los trabajos es la forma que la sociedad tiene de progresar, e intentar detenerla o dificultarla resulta, además, de imposible, completamente irresponsable. Según el artículo, si todo el mundo hubiese estado permanentemente agotado de trabajar en los campos, nadie habría tenido el tiempo necesario como para inventar el tractor. Por supuesto, la eliminación de determinados trabajos es susceptible de generar tensiones sociales: a nadie le gusta, por más que su trabajo no sea en realidad digno de ser realizado por una persona, o por mucho que sea aburrido, peligroso, degradante o sucio, que la posibilidad que tenía de obtener un sueldo todos los meses desaparezca, y si esa sustitución se lleva a cabo sin las adecuadas medidas, podemos estar hablando de una importante fuente de conflictividad social – a la que, además, resultaría muy sencillo encontrarle justificación.
El factor esencial, por tanto, para que la sociedad transite por una sustitución de personas por robots que parece completamente inevitable en un gran número de tareas y a la que negarse sería simplemente absurdo y anacrónico, podría estar en la cualificación y la reeducación de los trabajadores que sufren procesos de sustitución. En lugar de intentar, seguramente sin resultado, frenar la disrupción tecnológica para proteger a un pequeño número de trabajadores a expensas de beneficios para la gran mayoría, los legisladores deberían enfocarse en plantear más acciones para ayudar a aquellos que son desplazados a transitar exitosamente hacia nuevos empleos y ocupaciones que tengan sentido y sean susceptibles de seguir generando valor. ¿Es posible llevar a cabo estos procesos de una manera mínimamente realista, o hablamos de algo tan complejo e idealizado como la posibilidad de reconvertir a mineros o a taxistas, por citar dos profesiones en riesgo de inminente sustitución, en esos desarrolladores de software que todos prevén que van a ser necesarios? Según un documento de la Information Technology & Innovation Foundation (ITIF), los gobiernos deberían comprometerse activamente a abrazar la revolución tecnológica y la digitalización en lugar de intentar retrasar o contener sus efectos, y tratar de enfocarse en ayudar a los trabajadores desplazados a encontrar empleos en lugar de optar por soluciones como la creación de planes de subsidio o ayuda, o por el desarrollo de rentas básicas incondicionales.
La discusión en torno a la renta básica incondicional es ya un clásico en estos temas: mientras algunos afirman que su instauración reduciría el incentivo de los trabajadores para formarse o buscar nuevos empleos, ralentizaría el crecimiento económico y terminaría perjudicando a los trabajadores que pretendía ayudar, sus defensores afirman que además de ser necesaria para un futuro en el que nuestra relación con el trabajo se redefine completamente, permite que las personas planteen sus objetivos vitales en un entorno de libertad para elegir, sin verse presionados por la necesidad inmediata de obtener un salario. Al tiempo, redefinir el sistema educativo para posibilitar nuevos objetivos formativos relevantes para los mercados de trabajo y obtenidos de manera rápida y eficiente.
Las necesidades de la sociedad del futuro solo serán evidentes cuando lleguemos a ella. Mientras tanto, habrá que intentar que los emprendedores dispongan tanto de los medios de producción automatizados que la tecnología permita, como del capital humano necesario para ello, al tiempo que se facilitan posibilidades a los trabajadores de los puestos eliminados. Sin duda, la transición no será rápida, cómoda o fácil para nadie, pero los resultados podrían llevarnos a una nueva etapa, con planteamientos posiblemente más equilibrados que la actual.
https://www.enriquedans.com/2018/02/el-trabajo-robotico-y-la-sociedad-del-futuro.html
Os dejo también uno de los artículos a los que hace referencia Enrique Dans; es de Gartner, la compañía de investigación y asesoría líder del mundo y miembro del S & P 500.
Gartner dice que para 2020, la inteligencia artificial creará más empleos de los que elimina
AI creará 2,3 millones de empleos en 2020, mientras elimina 1,8 millones.
2020 será un año clave en la dinámica del empleo relacionado con la inteligencia artificial , según Gartner, Inc., ya que la inteligencia artificial (IA) se convertirá en un motivador laboral positivo.
El número de trabajos afectados por IA variará según la industria; hasta el año 2019, la atención de la salud, el sector público y la educación tendrán una demanda de trabajo en continuo aumento, mientras que la fabricación será la más afectada. A partir de 2020, la creación de puestos de trabajo relacionados con la inteligencia artificial se convertirá en territorio positivo, llegando a dos millones de empleos nuevos en 2025.
"Muchas innovaciones significativas en el pasado se han asociado con un período de transición de pérdida temporal de empleo, seguido de recuperación, luego la transformación del negocio y AI probablemente seguirán esta ruta", dijo Svetlana Sicular , vicepresidente de investigación de Gartner. AI mejorará la productividad de muchos puestos de trabajo, eliminando millones de puestos de nivel medio y bajo, pero también creará millones de nuevos puestos de personal altamente calificado, de gestión e incluso de nivel inicial y de baja cualificación.
"Desafortunadamente, la mayoría de las advertencias calamitosas de pérdida de empleos confunden la inteligencia artificial con la automatización, que eclipsa el mayor beneficio de la inteligencia artificial, el aumento de la inteligencia artificial, una combinación de inteligencia artificial y humana, donde ambas se complementan entre sí".
Los líderes de TI no solo deben enfocarse en el aumento neto de empleos previsto. Con cada inversión en tecnologías habilitadas para IA , deben tener en cuenta qué trabajos se perderán, qué trabajos se crearán y cómo se transformará la manera en que los trabajadores colaboran con los demás, toman decisiones y realizan el trabajo.
"Ahora es el momento de realmente afectar su dirección de IA a largo plazo", dijo la Sra. Sicular. "Para obtener el mayor valor, concéntrese en aumentar las personas con IA . Enriquezca los trabajos de las personas, vuelva a imaginar las tareas anteriores y cree nuevas industrias. Transforme su cultura para que se adapte rápidamente a las amenazas o las oportunidades relacionadas con la IA".
Gartner identificó predicciones adicionales relacionadas con el impacto de AI en el lugar de trabajo:
La IA ya se ha aplicado a tareas altamente repetibles en las que se pueden analizar grandes cantidades de observaciones y decisiones en busca de patrones. Sin embargo, la aplicación de AI a un trabajo menos rutinario que es más variado debido a una menor repetibilidad pronto comenzará a producir beneficios superiores. La IA aplicada al trabajo no rutinario es más probable que ayude a los humanos que reemplazarlos, ya que las combinaciones de humanos y las máquinas tendrán un rendimiento más eficaz de lo que lo harán tanto los expertos humanos como las máquinas impulsadas por IA.
Para el año 2022, uno de cada cinco trabajadores que se dediquen principalmente a tareas no rutinarias dependerá de la IA para hacer un trabajo.
"Usar AI para generar automáticamente un informe de estado semanal o elegir los cinco correos electrónicos principales en su bandeja de entrada no tiene el mismo factor sorpresa que, por ejemplo, curar una enfermedad, por lo que estos usos prácticos a corto plazo pasan desapercibidos, ", dijo
Craig Roth , vicepresidente de investigación de Gartner. "Las empresas recién están comenzando a aprovechar la oportunidad de mejorar el trabajo no rutinario a través de la IA aplicándolas a herramientas de propósito general. Una vez que los trabajadores del conocimiento incorporen AI en sus procesos de trabajo como secretaria virtual o pasante, los empleados robo se convertirán en una necesidad competitiva".
Aprovechando tecnologías como la inteligencia artificial y la robótica , los minoristas utilizarán la automatización inteligente de procesos para identificar, optimizar y automatizar las actividades repetitivas y de mano de obra intensiva que actualmente realizan los humanos, reduciendo los costos laborales a través de la eficiencia desde la sede hasta los centros de distribución y tiendas. Muchos minoristas ya están expandiendo el uso de la tecnología para mejorar el proceso de compra en la tienda.
Hasta el año 2022, los esfuerzos del minorista multicanal para reemplazar a los asociados de ventas a través de AI no tendrán éxito, aunque se interrumpirán los trabajos operativos y de caja.
Sin embargo, la investigación sugiere que muchos consumidores aún prefieren interactuar con un asociado de ventas bien informado cuando visitan una tienda, particularmente en áreas especializadas como mejoras para el hogar, farmacias y cosméticos, donde los empleados informados pueden tener un impacto significativo en la satisfacción del cliente. Aunque reducirán la mano de obra utilizada para el check-out y otras actividades operacionales, a los minoristas les resultará difícil eliminar a los asesores de ventas tradicionales.
"Los minoristas podrán ahorrar mano de obra al eliminar trabajos altamente repetitivos y transaccionales, pero tendrán que reinvertir algunos de esos ahorros en formar asociados que puedan mejorar la experiencia del cliente", dijo Robert Hetu , director de investigación de Gartner. "Como tal, la mayoría de los minoristas Veremos a la inteligencia artificial como una forma de aumentar las experiencias de los clientes en lugar de simplemente eliminar a los humanos de todos los procesos ".Si bien muchas industrias recibirán un creciente valor comercial de la inteligencia artificial, la industria manufacturera recibirá una parte masiva de la oportunidad de valor comercial. La automatización conducirá a un ahorro de costos, mientras que la eliminación de la fricción en las cadenas de valor aumentará aún más los ingresos, por ejemplo, en la optimización de las cadenas de suministro y las actividades de lanzamiento al mercado.
En 2021, el aumento de la IA generará $ 2.9 trillones en valor comercial y recuperará 6.2 mil millones de horas de productividad del trabajador.
Sin embargo, algunas industrias, como la tercerización, están experimentando un cambio fundamental en sus modelos comerciales, por lo que la reducción de costos de AI y la mejora de la productividad resultante deben reinvertirse para permitir la reinvención y la exploración de nuevas oportunidades de modelos de negocios.
"AI puede asumir tareas repetitivas y mundanas, liberando humanos para otras actividades, pero la simbiosis de los humanos con IA tendrá más matices y requerirá reinversión y reinvención en lugar de simplemente automatizar prácticas existentes", dijo Mike Rollings , vicepresidente de investigación de Gartner. "En lugar de tener una máquina replicando los pasos que un humano realiza para llegar a un juicio particular, todo el proceso de decisión puede refactorizarse para usar las fortalezas y debilidades relativas de la máquina y el ser humano para maximizar la generación de valor y redistribuir la toma de decisiones para aumentar la agilidad. "
https://www.gartner.com/newsroom/id/3837763
Saludos automatizados y con trabajo para todos.
Buenas a todos.
Os dejo un nuevo artículo.
La automatización del empleo es la forma en que la sociedad avanza
Los analistas discuten sobre la automatización de los trabajos como si los robots se elevaran desde el mar como Godzilla, arrasando con el Tokio de empleo estable y dejando solo el caos a su paso.
Según los datos de PWC , el 38% de los empleos en los EE. UU. Podrían automatizarse a principios de la década de 2030. Mientras tanto, un informe del Centro de Negocios e Investigación Económica de Ball State University advirtió que la mitad de todos los empleos en Estados Unidos podrían ser reemplazados por la automatización.
Estas profecías de la perdición no reconocen que la automatización y el aumento de la productividad no son nada nuevo. Desde la desmotadora de algodón hasta la computadora, la automatización ha estado sucediendo durante siglos.
Considere la forma en que la automatización ha mejorado la industria minera en los últimos 100 años. Sin máquinas, los humanos se vieron obligados a arrastrarse por pasillos inestables y destruir rocas con herramientas primitivas, al tiempo que evitaban los peligros siempre presentes de intoxicación por gas y derrumbes. Este enfoque no solo era terrible para la salud, sino que también era un uso altamente ineficiente de trabajadores humanos capacitados. Con las máquinas haciendo el trabajo pesado, la sociedad pudo dedicar recursos para la construcción, el mantenimiento y el funcionamiento de la maquinaria.
Menos personas ahora hacen el trabajo físico tradicional, pero este avance se celebra en lugar de lamentarse. Al dejar que las máquinas manejen las tareas más tediosas y, en algunos casos, peligrosas, las personas se liberaron para usar su trabajo de forma más eficiente, efectiva y satisfactoria.
Los críticos de la automatización pierden el sentido. Nadie trabaja por el bien del trabajo: las personas se esfuerzan por crear valor, lo que ayuda a pagar nuestros salarios y alimentar a nuestras familias. La automatización efectivamente abre la puerta a más esfuerzos nuevos que elevarán a nuestra especie a mayores alturas. Así como las generaciones pasadas rechazaron las minas para obtener mejores carreras, los trabajadores modernos cuyos trabajos son modificados por la automatización verán que sus roles en la sociedad evolucionan en lugar de desaparecer.
Dolores de crecimiento
Durante cualquier período de transición, las personas pierden sus trabajos y luchan por encontrar otros nuevos. Tal vez se niegan a aprender nuevas habilidades, no quieren mudarse a un área nueva o carecen de las habilidades necesarias para prosperar en el nuevo entorno. Desde una perspectiva de alto nivel, estos problemas, aunque significativos para los afectados, son solo temporales.
Como la automatización ha cambiado el mundo una y otra vez, la sociedad ha seguido encontrando usos para la mano de obra recientemente disponible. La invención de la rueda probablemente dejó sin trabajo a algunos hombres y caballos que transportaban carga, pero esos trabajadores finalmente condujeron vagones repletos de bienes hacia ciudades que prosperaron gracias a la mejora de las cadenas de suministro.Alguien en el siglo XVIII nunca hubiera creído que solo el 2% de la población de los EE. UU. Vive en una granja o rancho, pero esa es la realidad de 2017. No solo el 98% restante de la población no muere de hambre, sino que está prosperando, lo que lo hace más feliz. vive, trabaja trabajos más cómodos y lucha contra la obesidad en algunos casos.
La gente expresó las mismas preocupaciones sobre la máquina de vapor que comparten sobre las computadoras y la inteligencia artificial en la actualidad: "¡Esto es diferente! Hemos logrado transiciones antes, pero nunca ha sido así ".
Pero lo único único sobre el aumento de la automatización moderna es nuestro uso del software para lograr el cambio. En el pasado, solo el hardware nos liberaba de las tareas menores. De repente, el software puede aumentar el hardware y producir resultados exponencialmente mayores. Este nuevo componente no agrega nada fundamentalmente diferente a la ecuación: todos los avances son creados por humanos y servirán las necesidades de los humanos.
El recurso más valioso
El ingenio humano siempre es escaso y de gran demanda. Combinado con el hecho de que las necesidades de la humanidad son insaciables, siempre es fácil imaginar alguna forma en que nuestras vidas podrían ser mejores. Mientras esa visión permanezca, los trabajadores son necesarios para impulsar las cosas.
Los empresarios no pueden innovar en el vacío. Necesitan recursos (incluido un equipo de otros humanos) para crear cosas nuevas. Ya se trate de una tienda de software o un restaurante, cada nuevo esfuerzo requiere una instalación, insumos y empleados. Si esos empleados están ocupados trabajando en otras profesiones, las nuevas empresas no pueden despegar.
Ese recurso más valioso, el ingenio humano (trabajo) debe distribuirse de manera óptima hacia las causas que ofrecen el mejor retorno de la inversión. A medida que la automatización aumenta la productividad, aumenta el nivel de vida común y, con ello, las oportunidades de los trabajadores para asumir roles más productivos.Las empresas prosperan cuando los líderes pueden alejarse de las operaciones cotidianas para tener una visión general, y los trabajadores producen más valor cuando pueden usar sus habilidades de maneras más eficientes. Si todos hubiéramos estado agotados de trabajar en los campos, nadie habría tenido el tiempo necesario para inventar el tractor.
Como es la naturaleza del cambio revolucionario, es casi imposible predecir los trabajos que creará la nueva tecnología. Las personas perderán sus trabajos ya que la automatización hace que algunas posiciones sean redundantes, pero esas mismas personas estarán disponibles para ayudar a crear los puestos de trabajo del futuro. Los operadores de caballos y carruajes que observaban la potencia de la máquina de vapor podrían haber pensado que estaban destinados al asilo, pero nunca podrían haber imaginado que se convertirían en conductores de ferrocarriles, ingenieros de estaciones y planificadores de rutas. Las necesidades del futuro solo se vuelven aparentes una vez que se completa un cambio, pero parecen obvias una vez que estamos allí.
Los empresarios siempre estarán ansiosos por comenzar nuevos negocios. Si tienen el capital humano necesario para perseguir esos sueños realmente depende de la automatización para liberar a los trabajadores de los puestos sin salida. Si bien la transición no será rápida, cómoda o fácil para los trabajadores, los resultados serán beneficiosos más allá de nuestra imaginación.
Per Bylund es Profesor Asistente de Entrepreneurship and Records-Johnston Profesor de Free Enterprise en la Escuela de Emprendimiento de la Universidad Estatal de Oklahoma.
https://work.qz.com/1212722/automating-jobs-is-how-society-makes-progress/
Saludos innovando, avanzando, adaptándose, formándose.
Bjenas a todos.
Nuevo interesante informe del ITIF (Information Technology & Innovation Foundation).
Cómo reformar las políticas de capacitación y ajuste de los trabajadores para una era de cambio tecnológico
20 de febrero de 2018
En lugar de frenar la disrupción tecnológica para proteger a un pequeño número de trabajadores a expensas de la gran mayoría que se está beneficiando, los legisladores deben enfocarse en hacer mucho más para ayudar a aquellos que son desplazados a transitar exitosamente hacia nuevos empleos y ocupaciones.
Ha habido una creciente especulación de que una nueva ola de innovación -de hecho, un tsunami- impulsado por la inteligencia artificial (IA) y la robótica, interrumpirá los mercados laborales, generará un desempleo masivo y desplazará los pocos empleos que quedan en la insegura economía. Las "soluciones Kneejerk" de dicha tecnología Cassandras incluyen ideas como imponer impuestos a los "robots" e implementar el ingreso básico universal para todos, empleados o no. El primero ralentizaría el crecimiento de la productividad necesario, empleado o no; el segundo reduciría la oportunidad del trabajador.
La verdad es que estas tecnologías proporcionarán un impulso desesperadamente necesario para la productividad y los salarios, pero eso no significa que nadie resultará herido. Siempre hay ganadores y perdedores en las principales transiciones económicas. Pero en lugar de frenar el cambio para proteger a un número modesto de trabajadores a expensas de la gran mayoría, los legisladores deberían centrarse en hacer mucho más para ayudar a aquellos que están dislocados a pasar fácilmente a nuevos empleos y nuevas ocupaciones. Mejorar las políticas para ayudar a los trabajadores a navegar lo que probablemente sea un mercado laboral más turbulento no es algo que deba hacerse solo por equidad, aunque es justo ayudar a los trabajadores afectados por el cambio o que corren el riesgo de ser lastimados. Pero a falta de mejores políticas de transición del mercado laboral, existe un riesgo real de que el sentimiento público y elitista se vuelvan firmes contra el cambio tecnológico, ya que es fundamentalmente destructivo e injusto.Si esto sucede, socavará el soporte para las políticas que son necesarias para acelerar la automatización, e incluso podría generar apoyo para las políticas que "lanzan una llave inglesa" en la máquina de la innovación. Mejores políticas de transición tendrán el efecto opuesto: impulsarán el PIB y ayudarán a los empleadores a enfrentar la escasez de trabajadores.
Cuando se trata de políticas de ajuste del mercado laboral, la mayoría de las naciones, incluido Estados Unidos, pueden y deben hacerlo mejor. Este informe primero analiza los puntos de vista recientes y actuales sobre el cambio tecnológico y el empleo. Luego examina seis cuestiones relacionadas con la innovación tecnológica y las implicaciones para el mercado laboral (número total de empleos, relaciones laborales, desigualdad de ingresos, calidad del empleo, tenencia laboral y dislocación y transición de los trabajadores). Por último, establece una agenda de políticas procesables para garantizar que los trabajadores estén mejor posicionados para navegar en un mercado laboral potencialmente más turbulento, pero en última instancia beneficioso. Hay cuatro factores clave que son importantes para reducir los costos de la dislocación de los trabajadores: 1) apoyar el pleno empleo, a nivel nacional y regional, no solo con las políticas de estabilización macroeconómica, pero también con políticas robustas de desarrollo económico regional; 2) asegurar que tantos trabajadores como sea posible hayan necesitado educación y habilidades antes de ser despedidos; 3) reducir el riesgo de pérdida de ingresos y otras dificultades financieras cuando los trabajadores son despedidos; y 4) proporcionar una mejor asistencia de transición para ayudar a los trabajadores despedidos a encontrar un nuevo empleo. Cada uno es un área donde el gobierno federal debería hacer más. Antes de pasar a la discusión, es importante articular varios principios clave que deberían guiar a los responsables de las políticas a medida que consideran este tema. y 4) proporcionar una mejor asistencia de transición para ayudar a los trabajadores despedidos a encontrar un nuevo empleo. Cada uno es un área donde el gobierno federal debería hacer más. Antes de pasar a la discusión, es importante articular varios principios clave que deberían guiar a los responsables de las políticas a medida que consideran este tema. y 4) proporcionar una mejor asistencia de transición para ayudar a los trabajadores despedidos a encontrar un nuevo empleo. Cada uno es un área donde el gobierno federal debería hacer más. Antes de pasar a la discusión, es importante articular varios principios clave que deberían guiar a los responsables de las políticas a medida que consideran este tema.
Principio 1: Abrace la próxima ola tecnológica.La innovación impulsada por la tecnología es fundamental para el proceso de aumento del nivel de vida. Eso es porque mejores "herramientas" nos permiten producir mejores productos y servicios de manera más eficiente. Solo al aumentar la productividad los trabajadores pueden ganar más y las compañías pueden bajar los precios, lo que aumenta los niveles de vida. Garantizar un sólido crecimiento de la productividad en el futuro será fundamental para las economías desarrolladas, ya que enfrentan un envejecimiento de la población y una disminución de la proporción de trabajadores a los no trabajadores. Sin embargo, algunos, como Bill Gates y el economista Robert Schiller, han pedido a los gobiernos que reduzcan el ritmo de la innovación tecnológica, ya sea con prohibiciones absolutas, regulaciones restrictivas o impuestos sobre "robots".
Principio 2: Apoyar una economía de pleno empleo. Es muy probable que el ritmo de la interrupción del empleo impulsada por la tecnología aumentará un poco en las próximas décadas. Los trabajadores afectados tendrán tiempos mucho más fáciles para hacer transiciones exitosas si la tasa de desempleo es baja, no solo a nivel nacional sino también en los mercados laborales geográficos donde viven. Esto significa que las naciones deben asegurarse de que la política monetaria nacional se incline hacia el pleno empleo; que las naciones tienen estrategias efectivas de competitividad económica nacional; y que las políticas para apoyar el desarrollo económico en las regiones rezagadas están bien financiadas y se implementan efectivamente.
Principio 3: Concéntrese en ayudar a los trabajadores desplazados a realizar transiciones rápidas y exitosas. En un impulso natural para aliviar las dificultades, algunos quieren proporcionar a los trabajadores despedidos beneficios muy generosos que se extienden mientras estén desempleados. Otros quieren limitar las capacidades de las organizaciones para despedir trabajadores en respuesta al cambio tecnológico. Aún otros piden un ingreso básico universal para todos los trabajadores. Abrazar estas ideas ralentizaría el crecimiento económico y perjudicaría a los mismos trabajadores a los que se pretende ayudar.
Más bien, Estados Unidos necesita un sistema de reempleo integral, de alta calidad y flexible, en la misma línea que los líderes mundiales, como las naciones escandinavas y Singapur, han puesto en marcha. Los legisladores deberían adoptar el concepto de "flexiguridad", como lo hacen las naciones escandinavas, que se compromete a no garantizar que los trabajadores nunca sean despedidos ni a pagarles durante largos períodos a los desempleados, sino a minimizar el número de trabajadores en riesgo; y luego, para aquellos que son despedidos, brindar apoyo para que puedan realizar transiciones exitosas y expeditas. Los formuladores de políticas también deberían adoptar los modelos operativos de algunos de los mejores programas del mundo, en particular el programa Skills Future de Singapur. Las lecciones de Singapur son cuádruples. En primer lugar, la política federal debe hacer un gran compromiso con el desarrollo de habilidades y la transición de la fuerza de trabajo. Segundo, tales esfuerzos deben estar estrechamente vinculados a los empleadores y los mercados (por ejemplo, a través de bonos y créditos). En tercer lugar, dichos esfuerzos deben ser mucho más flexibles y menos burocráticos que los esfuerzos existentes y aprovechar al máximo las herramientas avanzadas de tecnología de la información. Finalmente, los cambios incrementales en los arreglos institucionales existentes no son suficientes. Para que los responsables políticos respondan de manera efectiva a los desafíos de un mercado laboral más turbulento, deberán impulsar una reforma institucional significativa.Por ejemplo, los gobiernos federales y estatales de los EE. UU. Deberían trabajar para reutilizar algunas universidades públicas de cuatro años, alejándolas de las amplias instituciones de artes liberales, para que se centren más en la misión y estimulen el desarrollo de habilidades basadas en el empleador.Igualmente,
Para respaldar estos principios, este informe ofrece las siguientes recomendaciones de políticas en cuatro áreas principales:
Asegurar el pleno empleo, a nivel nacional y regional
Asegurar que los trabajadores tengan las competencias necesarias antes de ser puestos en libertad
Reducir las dificultades financieras para los trabajadores despedidos
Proporcione una mejor asistencia de transición para ayudar a los trabajadores despedidos a encontrar un nuevo empleo
Saludos a la adaptación tecnológica y laboral.
Buenas a todos.
Una visión negativa de la evolución de los puestos de trabajo frente al al avance de la digitalización, la IA, ... por parte de Kai-Fu Lee que es el fundador y CEO de Sinovation Ventures y presidente del Instituto de Inteligencia Artificial Sinovation Ventures.
El artículo es del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts):
Las empresas tecnológicas deberían dejar de pretender que la inteligencia artificial no destruirá puestos de trabajo
No importa lo que le digan, no estamos preparados para los trastornos sociales masivos en el camino.
Llevé un Uber a una conferencia de inteligencia artificial en el MIT una mañana reciente, y el conductor me preguntó cuánto tardarían los vehículos autónomos en quitarle su trabajo. Le dije que sucedería en unos 15 a 20 años. Soltó un suspiro de alivio. "Bueno, me retiraré para entonces", dijo.
Menos mal que no estuvimos en China. Si un conductor allí hubiera preguntado, habría tenido que decirle que perdería su trabajo en unos 10 años, tal vez 15 si tenía suerte.
Eso puede sonar sorprendente, dado que los Estados Unidos son, y han sido, los primeros en la investigación de la IA. Pero China se está poniendo al día, si es que aún no lo ha hecho, y esa rivalidad, con un país jugando en contra del otro, garantiza que la IA está por llegar.
Pronto será obvio que la mitad de nuestras tareas se puede hacer mejor sin casi ningún costo por parte de AI. Esta será la transición más rápida que la humanidad ha experimentado, y no estamos preparados para eso.
China tendrá al menos una posibilidad de 50/50 de ganar la carrera, y hay varias razones para eso.
En primer lugar, China tiene un enorme ejército de jóvenes que ingresan a la inteligencia artificial. En la última década, el número de publicaciones de AI de autores chinos se ha duplicado. Los jóvenes ingenieros de IA de Face ++, una empresa china de reconocimiento de rostros, recientemente ganó el primer lugar en tres desafíos de visión por computadora, por delante de los equipos de Google, Microsoft, Facebook y la Universidad Carnegie Mellon.
En segundo lugar, China tiene más datos que Estados Unidos en mayor medida. Los datos son lo que hace funcionar a la IA Un científico muy bueno con una tonelada de datos vencerá a un súper científico con una cantidad modesta de datos. China tiene la mayoría de los teléfonos móviles y usuarios de Internet en el mundo, el triple en Estados Unidos. Pero la brecha es aún mayor debido a la forma en que las personas en China utilizan sus dispositivos. La gente de allí no lleva efectivo. Pagan todas sus cuentas de servicios públicos con sus teléfonos. Pueden hacer todas sus compras en sus teléfonos. Sales del trabajo y abres una aplicación para pedir comida. En el momento en que llegas a casa, la comida está allí, caliente de la moto eléctrica. En China, las bicicletas compartidas generan 30 terabytes de datos de sensores en sus 50 millones de viajes pagos por día , es decir aproximadamente 300 veces más que los datos generados en los EE. UU.
En tercer lugar, las compañías chinas de IA han pasado la fase de imitación. Hace quince años, casi todas las empresas decentes de China simplemente copiaban la funcionalidad, la apariencia y la sensación de los productos que se ofrecen en los EE. UU. Pero toda esa copia le enseñó a los emprendedores chinos ansiosos cómo convertirse en buenos gerentes de producto, y ahora están en la siguiente etapa: exceder a sus contrapartes en el extranjero. Incluso hoy, Weibo es mejor que Twitter. WeChat ofrece una experiencia mucho mejor que Facebook Messenger.
Y cuarto, las políticas gubernamentales están acelerando la inteligencia artificial en China. El plan declarado del gobierno chino es ponerse al día con los EE. UU. Sobre tecnología y aplicaciones de IA para 2020 y convertirse en un centro global de innovación de AI para 2030. En un discurso en octubre, el presidente Xi Jinping alentó una mayor integración de Internet, big data y inteligencia artificial con la economía del mundo real. Y en caso de que se lo pregunte, estas cosas tienden a no ser solo palabras en China, como se demostró con sus políticas pasadas promoviendo el tren de alta velocidad y el movimiento empresarial y de innovación masivo. En comparación, las cosas se atascan en los Estados Unidos. Considere la forma en que el préstamo del presidente Barack Obama garantiza al fabricante de paneles solares Solyndra fue martillado como capitalismo de compinches. Los camioneros ahora están apelando al presidente Donald Trump y al Congreso para que detengan las pruebas de camiones autónomos.
El ascenso de China como superpotencia de la IA no es un gran problema solo para China. La competencia entre EE. UU. Y China ha provocado intensos avances en la IA que serán imposibles de detener en cualquier lugar. El cambio será masivo, y no todo será bueno. La desigualdad se ampliará. Como mi controlador de Uber en Cambridge ya ha intuido, AI desplazará una gran cantidad de puestos de trabajo, lo que causará descontento social. Considere el progreso del software AlphaGo de Google DeepMind, que venció a los mejores jugadores humanos del juego de tablero Go a principios de 2016. Posteriormente fue superado por AlphaGo Zero, presentado en 2017, que aprendió jugando juegos contra sí mismo y en 40 días fue superior a todas las versiones anteriores. Ahora imagine las mejoras que se transfieren a áreas como servicio al cliente, telemercadeo, líneas de ensamblaje, mostradores de recepción, manejo de camiones, y otros trabajos rutinarios de cuello azul y de oficina. Pronto será obvio que la IA y los robots pueden hacer casi mejor la mitad de nuestras tareas laborales sin casi ningún costo. Esta será la transición más rápida que la humanidad ha experimentado, y no estamos preparados para eso.
No todos están de acuerdo con mi punto de vista. Algunas personas argumentan que tomará más tiempo de lo que creemos antes de que desaparezcan los empleos, ya que muchos trabajos serán reemplazados solo parcialmente, y las empresas intentarán redistribuir a los desplazados internamente. Pero incluso si es cierto, eso no detendrá lo inevitable. Otros nos recuerdan que cada revolución tecnológica ha creado nuevos empleos al desplazar a los viejos. Pero es peligroso asumir que este será el caso nuevamente.
Luego están los optimistas simbióticos, que piensan que la IA combinada con humanos debería ser mejor que cualquiera de los dos. Esto será cierto para ciertas profesiones-médicos, abogados-pero la mayoría de los trabajos no caerán en esa categoría. En cambio, son trabajos rutinarios de dominio único en los que la inteligencia artificial supera a la humana por un amplio margen.
Otros piensan que seremos salvados por un ingreso básico universal. "Toma el dinero extra hecho por AI y distribúyelo a las personas que perdieron sus trabajos", dicen. "Este ingreso adicional ayudará a las personas a encontrar su nuevo camino y reemplazar otros tipos de bienestar social". Pero UBI no aborda la pérdida de dignidad de las personas ni satisface su necesidad de sentirse útiles. Es solo una manera conveniente para que un beneficiario de la revolución de AI se recueste y no haga nada.
Y, por último, están aquellos que niegan que la inteligencia artificial tenga alguna desventaja, que es la posición adoptada por muchas de las mayores compañías de inteligencia artificial. Es lamentable que los expertos en inteligencia artificial no intenten resolver el problema. Lo que es peor, e increíblemente egoísta, es que en realidad se niegan a reconocer que el problema existe en primer lugar.
Estos cambios están por venir, y debemos decir la verdad y toda la verdad. Necesitamos encontrar los trabajos que AI no puede hacer y capacitar a las personas para que los hagan. Necesitamos reinventar la educación. Estos serán los mejores tiempos y los peores de los tiempos. Si actuamos de forma racional y rápida, podemos disfrutar de lo mejor en lugar de revolcarnos en lo peor.
También aborda Kai-Fu Lee la RBU como "pérdida de dignidad de las personas ni satisface su necesidad de sentirse útiles. Es solo una manera conveniente para que un beneficiario de la revolución de AI se recueste y no haga nada".
Saludos adaptándose ¡¡ya!! al futuro presente
El futuro es una renta de mierda y macrogeriatricos con hacinamiento para atendernos.
Buenas a todos.
Artículo breve de Caixabank Research sobre la renta mínima.
LA RENTA MÍNIMA A DEBATE EN UN MERCADO LABORAL EN TRANSFORMACIÓN
Uno de los principios establecidos en el pilar de derechos sociales que la Comisión Europea aprobó en noviembre de 2017 es el derecho a una renta mínima. En general, las prestaciones sociales existentes deberían facilitar la consecución de este objetivo, pero la transformación que están experimentando los mercados laborales en las economías avanzadas lo complican. Fruto de esta transformación, están ganando peso las relaciones laborales en las que suele haber una menor cobertura social, como los trabajadores autónomos, los contratos a tiempo parcial, los contratos temporales y otras relaciones laborales atípicas que se producen en la denominada economía gig.1 Ello, junto con una tasa de paro de larga duración que se ha mantenido en cotas anormalmente elevadas en los últimos años, pone de manifiesto la necesidad de llevar a cabo un rediseño de la forma en que se vehiculan dichas prestaciones.
En los países europeos, los programas de renta mínima están concebidos como una red de seguridad de última instancia una vez agotados los programas de reemplazo de ingresos, como las prestaciones contributivas por desempleo. Los programas de renta mínima tienen como objetivo proveer un nivel aceptable de ingresos a aquellos individuos que no los pueden obtener, reduciendo la desigualdad de renta entre hogares y ayudando a nivelar la renta de los individuos a lo largo de la vida en caso de múltiples contingencias, como una incapacidad temporal. El acceso a una prestación suele depender del nivel de renta y está condicionada a la búsqueda activa de empleo y/o a la formación. Las prestaciones de renta mínima engloban múltiples programas, como prestaciones no contributivas por desempleo, transferencias a familias monoparentales, ayudas a la vivienda y otros programas con elegibilidades y condicionalidades distintas.
Ante esta heterogeneidad de programas de renta mínima y la creciente proporción de empleos con menor cobertura social, una propuesta alternativa que ha cobrado relevancia recientemente es la renta básica. Aunque persigan objetivos similares, las propuestas de renta básica son conceptualmente muy distintas. Una renta básica sería universal, percibida por todos los individuos independientemente de sus ingresos, e incondicional, no exigiría ninguna contraprestación como la búsqueda de empleo. Asimismo, las propuestas de renta básica a menudo buscan reemplazar el resto de programas de redistribución social y no solo complementarlos. Dos obstáculos importantes a los que se enfrentan las propuestas de renta básica son los desincentivos por participar en el mercado laboral y sus elevados costes de financiación.2
Los programas de renta mínima también tienen varios retos por delante, tanto en su diseño como en su implementación. En cuanto al diseño, la condicionalidad de cada programa puede excluir a individuos de bajos ingresos pero que no cumplen las condiciones exigidas (por ejemplo, de tipología de familia). O, al revés, incluir a receptores de ingresos elevados, algo que ocurre en países mediterráneos (véase el segundo gráfico). Asimismo, la pérdida de la prestación en caso de aceptar una oferta de trabajo puede generar un efecto desincentivador a trabajar que debe tenerse en cuenta. Para reducirlo, se podría retirar la prestación de forma gradual al aumentar los ingresos del trabajo (algo similar a la introducción de un impuesto negativo).3
En cuanto a la implementación, uno de los problemas existentes es el acceso a la prestación, puesto que una proporción significativa de individuos que tienen derecho no la reclaman (superior al 50% en algunos países europeos)4 y otros la perciben sin tener derecho. Por otro lado, no se sabe a ciencia cierta si muchos de los programas actuales están consiguiendo su objetivo. Evaluar de manera rigurosa la efectividad de los programas de renta mínima es el primer paso para poder mejorarlos.
http://www.caixabankresearch.com/la-renta-minima-debate-ante-un-mercado-laboral-en-transformacion
Saludos mínimos.
Buenas a todos.
Como siempre, excelente artículo del profesor Enrique Dans.
LA INDUSTRIA TEXTIL Y LA MECANIZACIÓN
La industria textil es, sin duda, una de las que más ha crecido y evolucionado a lo largo de los años, fundamentalmente debido a la disponibilidad de mano de obra barata para unos procesos fundamentalmente manuales. El fenómeno del fast fashion, apoyado en costes de producción unitarios muy bajos, redujo los ciclos de producción y cambió la industria como la conocemos: a lo largo del tiempo, hemos visto cómo las marcas europeas y norteamericanas desplazaban su producción a Asia y desarrollaban la economía de países con abundancia de mano de obra barata, que a su vez iban elevando progresivamente sus costes de producción.
Desde países como Taiwán y Corea del Sur, pasamos a Tailandia y China, y finalmente, cuando esos países también vieron elevarse sus costes, a Bangladesh, una enorme economía de 165 millones de habitantes con rentas per capita medias muy bajas. Entre los años 2000 y 2010, la exportaciones de productos textiles terminados de Bangladesh se triplicaron, y la industria contribuyó a una fuerte disminución del número de personas viviendo en condiciones de pobreza extrema. Hoy, la industria supone, solo en Bangladesh, más de tres millones de puestos de trabajo y un 81% de las exportaciones del país.
El momento actual, sin embargo, está viendo la aparición de dos tendencias: por un lado, compañías como Crystal Group, que fabrica para marcas como H&M, Gap, Uniqlo o Victoria’s Secret, que afirma no apostar por la automatización, y seguir optando por la mano de obra barata en lugar de la robotización. Por otro, empresas como Mohammadi Group, un gigante que ha ido diversificando su actividad y adquiriendo maquinaria cada vez más sofisticada, y que progresivamente está incorporando robotización y automatización. Los nuevos robots de producción textil son cada vez más capaces de hacerse cargo de tareas que, hasta hace muy poco, eran consideradas intrínsecamente humanas. Compañías como Softwear afirman ser capaces de fabricar una camiseta en 2.5 minutos, eliminando el trabajo humano en un 90% y obteniendo el doble de productividad por turno, con tecnologías cada vez más optimizadas.
¿Cuáles son las consecuencias de la progresiva automatización de un trabajo como la producción textil? A medida que la tecnología mejora e incrementa sus posibilidades, nos disponemos a ver un desplazamiento en los hábitos de la industria, habitualmente criticada de manera ampliamente demagógica por su recurso a la mano de obra barata, pero que, por otro lado, ha contribuido de manera fundamental y sustantiva al desarrollo económico y la generación de riqueza en los países en los que tenía lugar. Los analistas estiman que la economía de Bangladesh precisa de la creación de unos dos millones de puestos de trabajo si quiere mantener su ritmo, y que la industria textil es, desde hace tiempo, el principal motor económico susceptible de generar esos empleos. Sin embargo, según datos del Banco Mundial, el ritmo de creación de puestos de trabajo ha caído desde los aproximadamente 300,000 al año que se creaban entre 2003 y 2010, hasta situarse en torno a los 60,000. El desfase, sin duda, es fruto del crecimiento de la automatización: entre 2013 y 2016, las exportaciones se incrementaron en casi un 20%, pero el crecimiento del empleo no fue lineal, sino que creció tan solo en un 4.5% en ese mismo período. Al tiempo, esos procesos de automatización sirvieron para que los trabajadores viesen disminuidas sus posibilidades de reclamar mejoras en sus condiciones: cuando la conflictividad se ve incrementada, los fabricantes simplemente optan por automatizar. Según algunos analistas, si la economía del país no es capaz de ofrecer posibilidades laborales a los jóvenes, la presión social podría crecer notablemente y convertirse en insostenible.
Por otro lado, al disminuir la necesidad de mano de obra barata, las marcas textiles podrían evolucionar hacia modelos de repatriación de la producción en países desarrollados, posiblemente e sus propios países de origen, haciendo frente así a demandas sociales que posiblemente verían con buenos ojos una creación de valor más sofisticada y más centrada en la proximidad, al tiempo que podrían plantearse modelos logísticos más optimizados. La reciente adquisición de Body Labs por parte de Amazon podría marcar la posibilidad de que, cada vez más, los sistemas de tallaje evolucionasen para reflejar las dimensiones reales del cuerpo de los usuarios, y llegásemos a un momento en que prendas de ropa con un precio relativamente barato pudiesen ser fabricadas completamente a medida y con un nivel de dependencia de procesos manuales cada vez más reducido.
La industria textil podría estar convirtiéndose en un laboratorio de tendencias de cara a un futuro cada vez más dominado por máquinas que se hacen cargo de la producción en procesos que, hasta hace muy poco, nadie parecía querer invertir en automatizar. Pronto, empezaremos a ver marcas incorporando este tipo de estrategias en sus planes de producción, en su comunicación o en sus prácticas de responsabilidad social corporativa, con todo lo que ello conlleva: un espacio que no ha estado en absoluto exento de cambios a lo largo de las últimas décadas, que ha visto surgir enormes imperios económicos, y que podría experimentar una enorme evolución en el futuro, con consecuencias que llegarían al ámbito de la geopolítica y la economía global. ¿Cuánto van a cambiar las etiquetas de las prendas que adquirimos? ¿Será eso bueno o malo, y para quién? No cabe duda: nos queda mucho por ver.
https://www.enriquedans.com/2018/03/la-industria-textil-y-la-mecanizacion.html
Por un lado la automatización de los trabajos manuales permite minimizar gastos al máximo y aumentar la producción, aunque a costa de reducir drásticamente la mano de obra y abaratar su coste; por otro lado se puede optar por producir con mano de obra barata y en condiciones laborales de esclavitud, pero la automatización les acaba superando en capacidad productiva y reducción de costes.
Saludos cada vez más automatizados.
Buenas a todos.
La innovación, la adaptación a los cambios, la evolucion, el reciclaje laboral y profesional, la formación en nuevas tecnologías,... requieren de esfuerzo, de capacidad de superación, de sacrificio, de dedicación, de actitud y aptitud,...
Todo lo anterior podría resumirse en un paradigma que deberíamos grabarnos a sangre y fuego en nuestra mente:
-HUIR DE LA MEDIOCRIDAD
José Ingenieros, médico, ensayista, sociólogo, filósofo... y socialista revolucionario (nacido en Palermo y que vivió y desarrolló su vida profesional en Argentina (1877-1925) escribió un genial libro titulado "El hombre mediocre" (1913) del que podemos extraer estos párrafos:
El hombre mediocre es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar. De ahí que se vuelva sumiso a toda rutina, a los prejuicios, a las domesticidades y así se vuelva parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente. El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social. Vive según las conveniencias y no logra aprender a amar. En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde. Los mediocres no son genios, ni héroes ni santos.
Un hombre mediocre no acepta ideas distintas a las que ya ha recibido por tradición (aquí se ve en parte la idea positivista de la época, el hombre como receptor y continuador de la herencia biológica), sin darse cuenta de que justamente las creencias son relativas a quien las cree, pudiendo existir hombres con ideas totalmente contrarias al mismo tiempo. A su vez, el hombre mediocre entra en una lucha contra el idealismo por envidia, intenta opacar desesperadamente toda acción noble, porque sabe que su existencia depende de que el idealista nunca sea reconocido y de que no se ponga por encima de sí.
Siguiendo con la huida de la mediocridad, os dejo un artículo de Xavier Marcet (aquí podéis ver su perfil profesional): http://www.xaviermarcet.com/p/perfil.html sobre la mediocridad:
El riesgo de la mediocridad
El principal rasgo de la empresa mediocre es su falta autenticidad. Falta autenticidad en el trato a los clientes. Falta de liderazgos auténticos. Jerarquías que pesan más que los argumentos y jefes de los que ya nadie aprende por qué optaron antes por la arrogancia que por la necesidad de reaprender. Organizaciones en las que pensar en grande molesta por qué pone en evidencia. Consejos de administración que ya solamente saben leer números. Empresas en las que hay más gente procrastinando que creando. Empresas en las que la inercia acaba en indolencia y en las que las ortodoxias derrotan siempre a las dudas. Estas son empresas mediocres, envueltas en su bucle, en las que el talento cada vez quiere estar menos. Las empresas mediocres creen que a la gente de talento solamente le interesa el dinero y no entienden que lo que les interesa sobretodo son espacios dónde continuar desarrollando su talento. La mediocridad es un la anteposición de los límites, la definición perfecta de los imposibles, la entronización del presente como todo horizonte. Una empresa es mediocre cuando la media de sus profesionales son mediocres, son poco generosos, son críticos solo con los demás, les importan poco los proyectos, les importan relativamente los clientes, se importan básicamente a sí mismos.
Como dice el gran Jorge Wagensberg, la mediocridad es una decisión personal ( http://cultura.elpais.com/cultura/2014/12/30/babelia/1419955867_296087.html ). En las empresas, en las instituciones, en las universidades, pasa lo mismo. La mediocridad es una decisión, tomada por sus líderes o aprobada clamorosamente en asambleas, pero es una decisión. La omisión es una forma habitual de decisión sobre la militancia en la mediocridad.
Y ¿cómo huir de la mediocridad? ¿Cómo romper esa regla por la que talento atrae talento y mediocridad atrae mediocridad? Pues empezando por uno mismo. Buscar nuestra autenticidad en nuestro entorno personal y en nuestro entorno corporativo. No hay nada más mediocre que esperar que le rescaten a uno de su propia mediocridad. Salir de la mediocridad requiere actitud, esfuerzo y fomentar una espiral infinita de aprender – desaprender – reaprender. Salir de la mediocridad empieza por no abonarse a las quejas fáciles ni la autocomplacencia. Lo que marca la línea de flotación de la mediocridad es la actitud ante el aprender, tanto personalmente como corporativamente.
La búsqueda de la excelencia (todavía es útil leer a Peters y a Waterman) , la cultura innovadora, la preocupación por el desarrollo de las personas, una concepción del liderazgo basado en visión y servicio, una misión que abrace a la vez a la empresa y a la sociedad, y sobretodo un compromiso por la autenticidad, son factores que nos previenen de la mediocridad. En un mundo VUCA como el nuestro, huir de la mediocridad no es huir de la complejidad sino ensayar ágilmente nuevas síntesis que nos permitan explorar sin parar. Las empresas mediocres solamente saben explotar, las empresas de talento saben explotar sus negocios y explorar el futuro a la vez.
Todo el mundo que sostiene una empresa merece mi máximo respeto, puesto que no tiene nada de fácil. Pero a partir de ahí, hay empresas que nos inspiran, que nos interpelan, que nos hacer ser mejores y otras simplemente que no, que aunque sepan ganar dinero, seguirlas nos hundirá en la mediocridad.
La mediocridad esta hecha de elecciones. De escoger cómo aprendo, a qué empresa aspiro a trabajar o cómo quiero que sea la empresa que quiero impulsar. También de la visión que elijo para mi mismo y qué pienso que debe ser mi empresa. El manejo de la mediocridad está siempre en nuestro tejado y depende de nuestras decisiones y de nuestros resultados ( más que de nuestras palabras). Que sepamos ahuyentarla o que, cómodamente, nos instalemos en ella, depende de nosotros. Y esto es lo que duele.
http://www.xaviermarcet.com/2015/05/el-riesgo-de-la-mediocridad.html
Ser mediocre no es una imposición sino una elección.
Nuestros políticos son mediocres a sabiendas porque anhelan votantes y ciudadanos mediocres pata poder manipularlos con facilidad; si nos sentimos a gusto en la mediocridad, pues adelante, pero después no protestemos.
Innovar y/o adaptarse a los cambios es huir de la mediocridad, formarse-reciclarse profesionalmente-estudiar y aprender constantemente es huir de la mediocridad.
Una sociedad mediocre es una sociedad sin esperanza, un ciudadano mediocre es un ciudadano fácilmente manipulable, una empresa mediocre no aspira más que a sobrevivir sin futuro.
"La rutina es el habito de renunciar a pensar".
(José Ingenieros)
Saludos eligiendo huir de la mediocridad.