El sistema de pensiones, insostenible en el largo plazo
No es la primera vez –ni será la última– que quiebra el sistema, si por quiebra se entiende la modificación unilateral de las condiciones vigentes.
El problema de fondo es que los ingresos del sistema dependen, exclusivamente, del número de trabajadores obligados por ley a sufragar las pensiones de los actuales jubilados, y, dado el declive demográfico que sufren los países desarrollados, precisa de constantes parches para continuar en pie.
Para 2052 se estima que el 37% de los españoles tendrá más de 65 años, frente al 17% actual, de modo que el número de jubilados pasará de 9 a 15 millones y el coste del sistema se triplicará, hasta situarse en el 18% del PIB. Además, para entonces la esperanza de vida, muy posiblemente, superará los 90 años de media. Si a ello se suma una baja tasa de natalidad, es evidente que sin reformas el sistema sería inviable financieramente a medio plazo.