La reforma laboral primará el despido más barato y el descuelgue de los convenios
Tanto el presidente del Gobierno como el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, coincidieron ayer en el Congreso en el avance que ha supuesto el pacto de moderación salarial a tres años que han firmado patronal y sindicatos. El crecimiento máximo de los salarios será del 0,5% en 2012 y de un 0,6% en 2013. Para 2014, la subida será del 0,6% siempre que el PIB aumente menos del 1%. Será una alza en las retribuciones del 1% si la economía avanza entre un 1% y un 2%, mientras que la mejora será del 1,5% si el PIB sube más del 2%. Rajoy resaltó que se produce una "importante desindexación", ya que si la inflación aumenta más del 2% se establece una cláusula de salvaguarda de las rentas por la parte que exceda ese porcentaje.
La reforma que aprobará el Consejo de Ministros este viernes será "amplia y profunda, a la vez que equilibrada y, sobre todo, útil para la consecución de un clima que favorezca la competitividad, la contratación de puestos de trabajo y el empleo estable", dijo Rajoy. La nueva regulación, según fuentes de la administración, pondrá el acento en reducir el coste del despido, primando el contrato con una indemnización a 33 días, y en una nueva estructura para los convenios colectivos, que pasa por dar más facilidades de descuelgue a las empresas en crisis.
El Ministerio de Economía abunda en esta línea, ya que considera que la reforma laboral es más importante que el ajuste fiscal, ya que la primera está en el punto de mira de las instituciones europeas y los mercados. El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, dijo ayer que ha de ser "profunda, valiente y decidida".
Rubalcaba no quiso adentrarse en la reforma laboral hasta que el Gobierno no la apruebe pero le emplazó a "aprovechar" toda la potencialidad de la que se aprobó en junio de 2010. "Aproveche la reforma laboral que ya hay. El empleo no depende de las reglas laborales. Va a hacer la reforma laboral por lo que la va a hacer. El empleo se crea con inversión, crédito y cambiando la regla de déficit", espetó.
Rajoy lamentó que los agentes sociales. Con la reforma laboral, el Gobierno quiere poner medios para que las empresas canalicen sus ajustes por vías alternativas al despido. El desempleo ha subido de media en la UE 2,8 puntos desde que estalló la crisis, mientras que en España ha escalado 14,6 puntos, hasta el 22,8% de la población activa. La culpa, según Rajoy, no es solo de la regulación, "pero no es menos cierto" que el mercado laboral necesita de una profunda reforma que lo haga más favorecedor para la creación y estabilidad del empleo".
Rajoy lamentó que los agentes sociales solo hayan alcanzado un acuerdo en materia salarial para orientar a los convenios colectivos, como es la intermediación, los tipos de contratos, la flexibilidad interna en la empresa, la estructura de la negociación colectiva. Sobre estos aspectos "hay que hacer profundas mejoras" para evitar que España siga siendo el país "con el peor comportamiento de toda Europa".
Una de las figuras que está en estudio por el Ministerio de Empleo es la implantación del fondo de capitalización individualizado para cada empleado, lo que se conoce como fondo austriaco. Esta figura se creó en la reforma de las pensiones de agosto pasado, pero su puesta en marcha obligaba a un incremento de las cotizaciones, lo que el Gobierno no consideró entonces oportuno. Quedó entonces para un desarrollo legislativo posterior. El PP apuesta por esta solución para abaratar el despido, pero falta conocer cómo se alimentaría dicho fondo. Rajoy describió con crudeza la situación del empleo en España. En 2011 se han destruido 600.000 puestos de trabajo y la tasa de paro es la más elevada desde marzo de 1996. "Las cifras no van a mejorar, y en 2012 empeorarán", vaticinó Rajoy, que se mostró preocupado por la gran cantidad de licenciados que están teniendo que emigrar el extranjero ante la falta de oportunidades.
Ante las críticas de casi todos los grupos por la falta de medidas específicas de estímulo, Rajoy manifestó que "lo primero es asegurar la sostenibilidad de las cuentas públicas, para dar confianza". Pero aclaró que la disciplina fiscal no es un objetivo en sí mismo sino un elemento "instrumental" porque el objetivo principal para la legislatura es el empleo. Y Rubalcaba advirtió que anteponer los ajustes a todo lo demás "deprime la economía".