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Versos sueltos

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Versos sueltos
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#5017

Re: Versos sueltos

Deberíamos dar muchas más gracias a Dios por los sentidos...

 

 

 

     BORDADOS DE DIOS

“¿Qué quiere decir glauco?” 
                                            “Muy simplemente, verde.” 
“Y añil, ¿qué significa?” 
                                      “Azul; es bien sencillo.” 
“¿Y el escarlata, madre? Di, para que me acuerde, 
como siempre recuerdo que el gualdo es amarillo.”

“Del latín scarlatum deriva el carmesí, 
o más preciso el rojo, el de Caperucita, 
y ya más definidos, los tonos de rubí: 
encarnado, bermejo, sin que el punzó se omita.”

“Colores y colores, colores, madre mía, 
en variedad constante que todo lo renueva 
para dar a las cosas infantil alegría. 
Por eso Dios se afana derramando colores 
y, para que tengamos siempre alegría nueva, 
borda ese paraíso, prisma de resplandores.”

autógrafo

Marilina Rébora

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#5018

Re: Versos sueltos

-

 A LA MUERTE

                I

Muerte, 
fatal término, ausencia por siempre. 
Sólo el campo yermo que nos recibe, 
de su tierra, nuevo abono.

Nunca más la fragancia de la brizna de hierba 
ni el arder de encendidos leños; 
tampoco la fina llovizna de la ola rompiente 
en el rostro de frescura ávido.

                II

«Era nuestra madre», dirán después los hijos 
con ternura en los ojos. 
El dolor de la ausencia, olvidados objetos 
mañana joyas auténticas. 
«Ella decía...», repetirán las frases 
antes molestas 
a causa de desgano 
o ansias de silencio 
o sueños de libertad. 
Sílabas musicales enhebrarán palabras en recuerdos imperiosos, 
desesperación de volver a vivir en el tiempo... 
Tarda respuesta a un canto de amor.

«¿Recuerdas aquel gesto? 
»¿Y su sonrisa triste? 
»¿Y su pensamiento fijo en nosotros? 
»¿Sus manos, suavidad de alas rozando nuestros rostros? 
»¿El paso quedo junto a nuestro lecho en la alta noche 
y el murmullo de plegaria para encomendarnos a Dios?»

                III

Poco a poco el ausente 
más lejos cada vez en el recuerdo 
—que alguien siempre lo reemplaza—; 
sus cosas van perdiendo la fragancia que de él se desprendía, 
impregnándolas; 
la manera de inclinarlas no es la misma 
y en el tiempo 
va cambiándoselas de sitio. 
Cada día su nombre acude menos al labio. 
Las lágrimas en manantial ya no brotan; 
tan sólo de a una 
que se enjuga furtiva. 
Hasta que todas secan 
agotada la fuente de dolor. 
Un velo cubre entonces la imagen en la retina, 
la maleza oculta la antes nítida figura en todo paisaje, 
visten los ambientes colores de seres distintos 
que distraen, 
va el alma tras vivencias nuevas. 
Y un día 
se llora el olvido.

(Tú, Muerte tan temida, 
sólo eres un pretexto: 
el olvido es más cruel que tu guadaña).

autógrafo

Marilina Rébora

No me llames poeta (2001)   
VI. A LA MUERTE

 

 

Del 2001 tenía que ser, annus horribilis

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#5019

Re: Versos sueltos

Por su firma sería capaz hasta de decir en qué colegio estudió...

 

 

A MI HIJO

Alguien dijo que recuerdas 
un niñito de Murillo, 
y en verdad que lo pareces 
por tu gracia y por tus rizos. 
Tienes cabellos castaños, 
ensortijados y finos 
con algo de oro en las sienes, 
como si fuera rocío. 
La tez pálida y morena, 
negros ojos expresivos 
que miran llenos de asombro, 
como miran los del niño. 
Estabas con tus juguetes, 
de pie sobre el ancho piso, 
cuando te vi de repente 
junto al blanco corderillo; 
y al mismo tiempo la imagen 
que tuviera en el olvido 
apareció viva y fuerte, 
tan clara como un prodigio. 
Sin perder un solo instante, 
entré de un salto al recinto 
y trepando como pude 
saqué el Cristo de su sitio, 
colocándolo a tu lado 
según era mi designio. 
Y después, en un arranque 
de ternura y de cariño, 
orgullosa más que nunca 
de mi hijo y de mi niño, 
exclamé dándote un beso 
en ese rostro tan lindo: 
«¡Eres el San Juan Bautista 
más delicioso que he visto!»

autógrafo

Marilina Rébora

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

La M es tan parecida, tanto, que me impresiona...

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#5020

Re: Versos sueltos

NO he podido evitar la tentanción de buscar su biografía. No podría fallarme la intución. Me alegra estar tan despierta, durmiendo...

 

 

Marilina Rébora Aguirre nació en enero de 1919 en Buenos Aires, (Argentina) en el seno de una familia acomodada; hija de Juan Carlos Rébora y de María Celina Aguirre.
Su padre, además de haber sido uno de los jurisconsultos más sobresalientes que ha tenido el país, desempeñó, con dignidad y talento, importantes funciones públicas. Fue, en efecto, Presidente de la Universidad de La Plata, entre 1938 y 1941, Vicepresidente del Consejo Nacional de Educación, entre 1942 y 1943, y Embajador de la República Argentina en Francia, entre 1955 y 1958.

Marilina estudió dibujo y pintura junto a Ernesto Riccio, Vicente Puig, Susana Aguirre y Horacio Butler. Expuso sus obras en diversos salones y se halla representada en dos museos provinciales. Paralelamente desarrolló su carrera literaria. Sus primeros poemas datan de 1936, 1937 —algunos en idioma francés como Les étoiles que j’aimeMadame la lune y Mon petit reve— y 1938.

Marilina rápidamente se compenetraría desde pequeña de los efluvios de la cultura, cuando frecuentaban su casa los amigos de su padre y de su infancia: Alfonsina Storni —que la sentaba en su regazo–, Arturo Capdevila, Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte), Leopoldo Lugones, Rafael Alberto Arrieta, Rafael de Diego, Norah Borges –que le hiciera un retrato en 1927 titulado 'Marilina con una naranja en la mano'–, Horacio Quiroga y sus hijos Darío y Eglé, Ricardo Rojas, entre otros, y al decir de sus palabras:

“En Alfonsina Storni y en las de Capdevila,
Rafael Alberto Arrieta, o Rojas y de Diego,
Yo hubiera abandonado tiernamente mi mano;
pero Horacio Quiroga me contenía luego
con su barba cuadrada. Y yo, algo intranquila,
quedaba en la escalera, vuelta desde el rellano”.

(De “Los Amigos”, LOS DÍAS DE LOS DÍAS)

Quizá fue ese contacto de privilegio el que la llevó a la poesía, llegando a publicar nueve libros y a dejar más de veinte inéditos. A Los Días de los Días (1969) siguieron Libro de Estampas (1972), El Río Azul (1975), Tiempos de la Vida (1975), Las Confidencias (1978), Animalerías (1980), El Lagarto estaba harto (1986), No me llames poeta (2001).

Colaboró en el diario “La Prensa” de Buenos Aires, donde fueron publicados varios de sus poemas. Su primer libro LOS DÍAS DE LOS DÍAS (1969) tuvo gran acogida y elogiosos comentarios por parte de críticos y gente de letras. A él siguieron LIBRO DE ESTAMPAS (1972); EL RÍO AZUL (1975), TIEMPOS DE LA VIDA (1975); LAS CONFIDENCIAS (1977); ANIMALERÍAS (1980); EL LAGARTO ESTABA HARTO (1986); NO ME LLAMES POETA (2001)  y CALEIDOSCOPIO ARTÍSTICO (2003) –estas dos últimas, obras póstumas–.
Ha dejado más de veinte obras inéditas.

LOS DÍAS DE LOS DÍAS, si es la primera obra que Marilina Rébora publica, no es la inicial de su labor, aunque ésta así comience para el público. Ya encontramos poemas inéditos que datan de 1936 y en idioma francés, como más arriba indicamos.

Marilina Rébora falleció en Buenos Aires el 19 de septiembre de 1999 a la edad de 80 años.

  

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#5021

Re: Versos sueltos

Siempre me ha emocionado mucho, así que sólo pondré uno...

 

 

  IFIGENIA CRUEL

 

Personas:

Ifigenia,
sacerdotisa y sacrificadora
Orestes, náufrago
Pílades, su amigo
Toas, rey de los tauros
Pastor, mensajero de noticias.
Coro de mujeres de Táuride.
Gente marinera y pastores,
adornados con curnecillos.

TARDE, COSTA DE TÁURIDE, CIELO, MAR, PLAYA,
BOSQUE, TEMPLO, PLAZA: EMPIEZA LA CIUDAD

                                        I

IFIGENIA

que ha perdido la memoria de su vida anterior:

Ay de mí, que nazco sin madre
y ando recelosa, de mí,
acechando el ruido de mis plantas
por si adivino a dónde voy.

Otros, como senda animada,
caminan de la madre hasta el hijo,
y yo no —suspensa del aire—,
grito que nadie lanzó.

Porque un día, al despegar los párpados,
me eché a llorar, sintiendo que vivía;
y comenzó este miedo largo,
este alentar de un animal ajeno
entre un bosque, un templo y el mar.

Yo estaba por los pies de la Diosa,
a quien era fuerza adorar
con adoración que sube sola
como una respiración.

—Y pusiste en mi garganta un temblor,
hinchiendo mis orejas con mis propios clamores,
me llenabas toda poco a poco
jarro ebrio del propio vino,
si ya no me hacías llorar
a los empellones de mi sangre.

De tus anchos ojos de piedra
comenzó a bajar el mandato,
que articulaba en mí los goznes rotos,
haciendo del muñeco con amenaza viva.

Tu voluntad hormigueaba
desde mi cabeza hasta el seno,
y colmándome todo el pecho,
se derramaba por mis brazos.

Nacía entre mi mano el cuchillo,
y ya soy tu carnicera, oh Diosa.

CORO

Respetemos el terror
de la que se salió de la muerte
y brotó como un hongo en las roscas del templo.

A osadas pretendía hablar
como no hablan viento y mar,
sacudiendo ansiosa los árboles
que respondían a gritos de pájaros,
o arrancando caricias rotas
en el reventar de las olas.

—Hija salvaje de palabras:
¿Quién te hizo sabia en destazar la víctima?
¿Quién te enseñó el costado donde esconde
su corazón el náufrago extranjero?

Íbamos a envolverte compasivas,
a ti, montón de cólera desnuda,
cuando nos traspasaste con los ojos,
hecha ya nuestra ama.

IFIGENIA

Otros se juntan en fáciles corros
apurando mieles del trato:
yo no, que si intento acercarme,
huyo, de mí misma asustada,
como si otro por mi voz hablara.

Otros prenden labios a labios
y promesas se ofrecen con los ojos,
gozando en conciliarse voluntades:
yo no, amanezco cada día
al tronco de mí misma atada.

Otros, en figuras de baile
alternan amigos y familias,
contrastando los suyos con los pasos de otro:
y yo no, que caigo cada noche
en mi regazo propio.

CORO

¿Te dio Artemisa su leche de piedra,
mujer más fuerte que todos los guerreros?
¡Qué cosa es verte retorcer los brazos
en el afán de ahogar a un hombre!

Prefieres la víctima iracunda,
vencida primero y luego abierta,
para que Artemisa respire
la exhalación de sus entrañas.

¡Oh cosa sagrada y feroz!
Una fuerza que desconoces
está anudada en tu entrecejo.

Y con todo, entre temor y antojo,
te amamos como a fiera joven,
y mil veces, señora, vamos a acariciarte,
cuando he aquí que de pronto nace el rayo
por la sobrehaz de tu piel.

¡Oh cabellera híspida que no puedo peinar!
¡Oh frente y nuca broncas de besar!
¡Brazos redondos, piernas ágiles,
pies elásticos y perfectos!

¡Vaso precioso de mujer arisca:
dinos, dinos al menos
si no puedes ser dulce un solo instante;
dime si al fin podré besarte
las leves puntas de las manos!

IFIGENIA

Y, sin embargo, siento que circula
una fluida vida por mis venas:
algo blando que, a solas, necesita
lástimas y piedades.

Quiero, a veces, salir a donde haya
tentación y caricia.
Pero yo sólo suelto de mí espanto y cólera.

Y cuando henchida de dulces pecados,
me prometo una aurora de sonrisas,
algo se seca dentro de mi misma;
redes me tiendo en que yo misma caigo;
siendo yo, soy la otra...

Y me estremezco al peso de la Diosa,
cimbrándome de impulso ajeno;
y apretando brazos y piernas,
siento sed de domar algún cuerpo enemigo.

¡Oh amor mejor que vuestro amor, mujeres!
Os corre un vigor frío por la espalda:
ya son las manos dos tenazas,
y toda yo como pulpo que se agarra.

Y en la gozosa angustia
de apretar a la bestia que me aprieta,
entramos en el mundo
hasta pisar con todo el cuerpo el suelo,

Libro un brazo, y descargo
la maza sorda de la mano.
Hinco una rodilla, y chasquean
debajo los quebrados huesos.

¡Ya es mío! ¡Ya es tuyo, Artemisa!
Y subo, con un grito, hasta la eterna oreja.

Pero al furor sucede un éxtasis severo.
Mis brazos quieren tajos rectos de hacha,
y los ojos se me inundan la luz.
Alguien se asoma al mundo por mi alma;
alguien husmea el triunfo por mis poros;
alguien me alarga el brazo hasta el cuchillo;
alguien me exprime el corazón.

CORO

Respetemos el dolor
de la que se salió de la muerte
y brotó como un hongo en las rocas del templo.

Sacerdotisa pura en traza de mujer,
nunca divagaré por sus dos senos
de virgen atleta.
Ni gozaré tejiendo sus cabellos.

Nunca disfrutarán su piel mis manos,
ni ha de tocarle sino el aire,
o el agua donde suele romper con el contento
del cabello sediento.

—Y te envidio, señora,
el agrio gusto de ignorar tu historia.

IFIGENIA

Es que reclamo mi embriaguez,
mi patrimonio de alegría y dolor mortales.
¡Me son extrañas tantas fiestas humanas
que recorréis vosotros con el mirar del alma!

Cuando, en las tardes, dejáis andar la rueca,
y cantáis solas, a fuerza de costumbre,
unas tonadas en que yo sorprendo
como el sabor de algún recuerdo hueco;
canciones hechas en el hilo lento,
canciones confidentes y cómplices
que, siempre con iguales palabras,
esconden cada vez hurtos distintos
y mordiscos secretos en la pulpa de la vida;
que, mientras manan sin esfuerzo de la boca,
dan libertad para otros pensamientos—,
entonces yo adivino que andáis errando lejos
de la labor que ocupa vuestras manos,
dueñas de lo que sólo es vuestro
y que en vano atisban los maridos
en la joya robada de los ojos.

Ninguna costumbre os sujeta
y en lícita infidelidad,
abrís con la llave que lleváis al cinto
una cerradura sin chirridos.

Y os envidio, mujeres de Táuride,
alargando mis manos la canción perdida.
(¿Veis? Magníficamente nace del mar la sombra
cuando en las colinas violetas,
asoman, de regreso, los pastores de toros...)

CORO

Canta, con aire monótono.

          Cantemos, dando al tiempo
alma y copo, rueca y voz.

          Horas inútiles tejen
tierra y cielo, tarde y mar.

          Arañita de la casa,
no me dan oficio mejor.

          Consejos me da la rueca,
sintiéndome a solas reír.

          Hay quien de noche duerme,
y hay quien de día trabaja.

          Hay quien aún se acuerda,
y secreta y calla.

          Hay quien perdió sus recuerdos
y se han consolado ya.

Calla un instante. Dice luego:

¿Callas, señora? ¡Solamente callas!
Y, como a aquel que canta contra el aire,
nuestra canción parece caernos en la cara,
queriéndose volver de nuevo al pecho.

¡Oh mujer de rodillas duras!
No acertamos a compadecerte.
fuerza será llorar a cuenta tuya,
a ver, si, de piedad, echas del seno
ese reacio aborto de memoria
que te tiene hinchada y monstruosa.

No hay de nosotras quien no ceda a la canción,
poniendo en ella lo que cada una sabe a solas,
si no eres, tú, pregunta sin respuesta,
a quien vivimos parteando el alma con afán.

No hay de nosotras quien a las lágrimas no acuda
con esa gula íntima de probar un secreto,
donde comienza el juntarse de las almas
en un temblor de miedo y amistad.

¡Pero tú, que ni nos engañas siquiera!
tú que nos das la nada que te llena,
¿no harás, al menos, por forjar un sueño,
una memoria hechiza que nos pague
la sed de consolarte que tenemos?

No; rechina entre tus dientes la voz:
ni recordar ni soñar sabes,
ni mereces los senos en el pecho,
ni el vientre, donde sólo crías la noche.

IFIGENIA

Os amo así: sentimentales para mí,
haciendo, a coro, para mí uso, un alma
donde vaya labrada la historia que me falta,
con estambre de todos los colores
que cada una ponga de su trama.

Tal vez me apunta un resabio de memoria
hechas de vuestras ansias naturales,
y en el imán de vuestras voluntades,
parece que la estatua que soy arriesga un pálpito.

Pero soy como me hiciste, Diosa,
entre las líneas iguales de tus flancos:
como plomada de albañil segura,
y como tú: como una llama fría.

Sobre el eje de tu nariz recta,
nadie vio doblarse tus cejas,
ni plegarse los rinconcillos
inexorables de tu boca,
por donde huye un grito inacabable,
penetrado ya de silencio.

¿Quién acariciaría tu cuello,
demasiado robusto para asido en las manos;
superior a ese hueco mezquino de la palma
que es la medida del humano apetito?

¿Y para quién habías de desatar la equis
de tus brazos cintos y untados
como atroces ligas al tronco,
por entre los cuales puntean
los cuernecillos numerosos
de tus bustos de hembra de cría?

¿Quién vio temblar nunca en tu vientre
el lucero azul de tu ombligo?

¿Quién vislumbró la boca hermética
de tus dos piernas verticales?

En torno a ti danzan los astros.
¡Ay del mundo si flaquearas, Diosa!

Y al cabo, lo que en ti más venero:
los pies, donde recibes la ofrenda
y donde tuve yo cuna y regazo;
los haces de dedos en compás
donde puede ampararse un hombre adulto;
las raíces por donde sorbes
las cubas del sacrificio, a cada luna.

autógrafo
Alfonso Reyes

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

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#5022

Re: Versos sueltos

.

COSAS QUE ME DAN PENA

Las cajeras del Día
los viejos y las viejas.
La asistenta y su hija
aprendiendo en la Celsa
que un chinito no engancha
y a los veinte la entierran.

Los amores que tuve
el milagro que dejan.
El amor recibido
el amor que aún me tiembla.
Me da pena mi casa,
la mesita de Ikea,
el frío, la estufita,
mi madre y sus tarteras.

Me da pena que acabe.
Me da pena si empieza. 
Los balcones del centro
sus visillos gris perla.
La espalda del polaco
con su bombona a cuestas.
Me da pena ir al Rastro,
el negro sin licencia.

Me da pena internet
navegando a dos velas,
autistas afectivos...
sin una boca cerca,
manoseando un ratón
pornográfica técnica.

Las pelis  de la dos.
Tragarse la tristeza.
Me da pena los lunes
peinaditos de fiesta.
Los ojos de mi perro
el paque y la cadena.
Me da pena el atasco
la casita en la sierra.
Los carros de Alcampo
los créditos vivienda.

Me da pena quererte
y que tu no me quieras
seguir sin ti viviendo
o hacer que me lo crea.
Me da pena escribir
estos versos que enredan
mi pecho con su lana
y la sed de tejerla.
No escribo para mí
esto es del que lo lea.

autógrafo
Belén Reyes

 

Jajajaa, muy actual, esto escrito en castellano del XIV o XV y te mueres, jajajaaa

 

 

 

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#5023

Re: Versos sueltos

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CULTURA | Documentos en Valpuesta

La RAE avala que Burgos acoge las primeras palabras escritas en castellano

Imagen del monasterio burgalés de Santa María de Valpuesta, donde aparecieron los códices con las primeras palabras en castellano. | Ical

Imagen del monasterio burgalés de Santa María de Valpuesta, donde aparecieron los códices con las primeras palabras en castellano. | Ical

  • El Instituto Castellano y Leonés de la Lengua presenta legajos del siglo IX
  • Éstos resitúan el origen del nacimiento del idioma

Miguel A. Vergaz | Valladolid

Actualizado domingo 07/11/2010  10:57 horas

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Comentarios 72

Uno de los códices de lectura más compleja.

Uno de los códices de lectura más compleja.

El  primer testimonio escrito del castellano retrocede dos siglos atrás en el tiempo, del XI al  IX, y viaja de La Rioja a  Castilla y León.

Así lo demuestra un estudio sobre los manuscritos de Santa María de Valpuesta (Burgos), que cuenta con la  bendición de la Real Academia Española (RAE) y que, en la práctica,  dinamita el ya cuestionado mito de las Glosas Emilianenses como primer texto y  San Millán de la Cogolla (Rioja) como cuna del castellano.

La investigación acredita que en este  monasterio de Valpuesta, a 90 kilómetros de la capital burgalesa, se encontraron los  documentos más antiguos (del siglo IX) que incluyen términos en castellano, en oraciones en las que el latín iba desapareciendo y se apreciaba el orden lógico del nuevo idioma.

Estos escritos eran conocidos como  Cartulario de Valpuesta y el historiador clásico y de referencia de la lengua,  Ramón Menéndez Pidal, ya los mencionaba en su estudio Orígenes del Español.

Sin embargo, la  presencia de falsificaciones entre los más antiguos, con las que los monjes simulaban tener privilegios reales que, en verdad, nunca les habían sido dados, hicieron que los  estudiosos miraran con desconfianza todo el conjunto de legajos.

Ahora filólogos y paleógrafos del  Instituto Castellano y Leonés de la Lengua han apartado las falsificaciones –tres en total– y han  acreditado la validez de los 184 documentos restantes.

La RAE ha coeditado en dos lujosos volúmenes, Los becerros góticos Galicano de Valpuesta, que recoge el estudio, con una tirada de 2.500 ejemplares. La presentación tendrá lugar el próximo  12 de noviembre en la sede de la Academia en Madrid.

Su vicedirector,  José A. Pascual, da por seguro en el prólogo "el consenso entre filólogos e historiadores, en cuanto a que acerca mucho el trabajo a lo que se entiende por definitivo".

Los fondos de Valpuesta constan de  ocho documentos del siglo IX, 39 del X, 49 fechados en el XI, 90 en el XII y uno del XIII, y consisten, sobre todo, en escritos que registran  donaciones de bienes materiales (ganado, tierras o enseres) de particulares al monasterio a cambio de bienes espirituales como un entierro en su suelo o misas en su memoria. Los escribientes de aquella época intentaban plasmar los acuerdos en latín.

Pero  Gonzalo Santonja, director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y filólogo, señala que ese  latín "estaba tan alejado de la rectitud,presentaba un estado tan evolucionado o corrompido" que, asegura, "se puede concluir que la lengua de los becerros de Valpuesta es  una lengua latina asaltada por una lengua viva, de la calle y que se cuela en estos escritos".

Repercusiones

El hallazgo tiene  repercusiones políticas y académicas. Valpuesta adquiere una nueva dimensión legitimadora para Castilla y León, comunidad invitada este año en la prestigiosa Feria del Libro de Guadalajara y a ella asiste como lugar de origen de la lengua común. Un título que todavía ostenta La Rioja gracias a las anotaciones manuscritas de San Millán de la Cogolla en las que se halló el considerado hasta hoy como primer testimonio del romance hispánico.

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

De El Mundo digital...

 

elmundo.es

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#5024

Re: Versos sueltos

A los trolls...

 

 

DESNATADA

Estoy al borde de ser borde,
me lo noto.
El precipicio crece,
estoy cansada.
Estoy al borde de ser borde,
estoy a punto
de nieve
mucha nieve. Estoy helada.

Estoy al borde de ser borde
y duele mucho.
¡Dios mío, hazme mediocre!
Estoy cansada
de apostarme la vida a cada instante,
de ir desnuda y verter en todo el alma.

Déjame que me quede aquí
en el medio,
envuelta en celofán,
bien razonada.

Dame mesura, Dios,
dame mesura,
mesura chapucera y cotidiana.


Hazme mediocre, Dios,
hazme mediocre.
En vez de corazón
una ensaimada.

Y el alma en tetra-brik
para que dure....

Ten compasión
y hazme desnatada.

autógrafo
Belén Reyes

 

 

 

Jajjaaa, hacía tiempo que no me reía tanto... Me gustas mucho Belén Reyes, pero que muy mucho!!!

 

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

M a g n í f i c o

 

 

Porque el que no se siente inferior, no da tanto la lata... Sólo la envidia mueve el alma semanas, meses, años, toda una vida...

 

 

Magnífico, no me sale otra palabra., ¡¡Belén Reyes, eres magnífica!!

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

 

 

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