Educación vs. Formación.
Cada vez que hablo con alguien del tema, ayer lo hice con una amiga de la más tierna infancia, quisiera diferenciar dos aspectos que suelen confundirse con demasiada frecuencia.
Parecen sinónimos y no lo son. Que tengan aspectos parecidos, no es suficiente motivo para equivocarlos:
Algo que se está olvidando, probablemente por la tendencia a cambiar el concepto familiar, es que la educación empieza -y así debe ser- en la familia -entendida como el núcleo familiar dónde naces- y acaba en el colectivo sociocultural al que se pertenece.
Está regida por unas pautas de conducta basadas en la lógica, porque hay normativas que se caen por su propio peso, el respeto y la disciplina que conlleva y la solidaridad, tolerancia y caridad como sinónimo de amor al prójimo, y consiste en aplicar estas pautas, fundamentos de la misma.
Otra cosa muy distinta es la formación, ya sea religiosa, cultural, profesional, artística, económica... que es la introducción de diversas materias útiles para el desarrollo del ser humano y, por ende, de la sociedad.
Se puede ser exquisitamente educado pero analfabeto y por el contrario, también se puede poseer una eminente formación académica y ser un maleducado. Esto se está promulgando en demasía en nuestros días. Aquello de la absurda comparativa entre bien educado, bien formado, burgués definido.
También se puede ser educadísimo y estar muy bien formado académicamente hablando o ser un maleducado de tomo y lomo y para colmo, también analfabeto. De estos últimos hay ejemplos clarísimos entre los trolls de foros y redes sociales, por ejemplo. Será porque son lo sitios dónde más topo con ellos. Es la gran pega o desventaja del mundo virtual, aquí no puedes elegir a los interlocutores. Cualquiera entra y se dirige a ti, sin conocerte de nada, sin previa presentación, sin referencias. Luego pasa lo que pasa, que lo semejante disuelve a lo semejante y que agua y aceite, se emulsionan hasta el punto en que vuelven a separarse...
La adecuada y no siempre fácil combinación de ambas cuestiones resulta factible en sociedades altamente evolucionadas, capaces de regir su devenir y de solucionar, y mejor evitar problemas, como las terribles consecuencias de la estafa global llamada "crisis" que nos ha tocado vivir durante esta larga década, (aprox. 2007-20017). Conste que la sigo sin ver terminada. Recuérdese aquéllo que dejé escrito en una ocasión, hablando con "el hombre de carne" en Lisboa: "Compañero, no sueñes, la crisis terminará el 22 del 2 de 2022... "
Una cosa es que la Bolsa nos dé un tirón del 11% en un trimestre precioso... y otra muy diferente que estos saltos de alegría y alborozo hayan llegado a todas las familias. Me consta que no es así. "La Fundación FOESSA constata que el 70% de los hogares no están notando los efectos de la recuperación"
Así mismo, creo que el comportamiento de nuestra juventud y temprana edad madura da como resultado nuestro presente. Esto ocurre, ha ocurrido y ocurrirá. Así vemos como a nuestros jóvenes no les gusta lo que ven y viven a diario, y menos aún el futuro que intuyen. Lo ven negro, fuera (en el extranjero); ya solo con su idioma no les sirve (como a nuestros abuelos).
Sus progenitores -nuestra generación- están más preocupados por encontrar trabajo, pensar cómo van a pagar sus numerosas facturas, las deudas se acumulan, no se llega ni a cubrir la hipoteca o se pretende pasar a la siguiente generación tan ricamente... o en ganar dinero a espuertas, a poder ser rápido, sin preparación, sin lecturas ad hoc, sin aprender de los demás, esos que sí saben. Todo ello les preocupa mucho más que compartir su tiempo con los hijos, los jóvenes, el futuro del país. Una vez aborregados, fue muy fácil instar a cambiar el concepto de familia, los padres ya no tienen como primera obligación la educación de sus hijos, sino el ganar dinero sin saber muy bien para qué, ya que pocas veces lo disfrutan, yéndose rápido a otras manos, bancos, facturas, caprichos, viajes, tecnólogía...
Cosas, muchas, total y absolutamente innecesarias para vivir, para ser feliz, para llevar un vida plena. Pero a quienes no les importa un comino, ni un rábano, ni un pimiento cómo vivamos, lo han hecho muy bien todos estos años, fingiendo que necesitamos lo que luego nos ahoga a deudas; aparentando que el valor de la familia no es tal; representando que cualquier unión interpersonal forma "familia", otra mentira más. Seamos realistas: Solo quieren de nosotros un voto, que consiguen con sus iterativas mentiras cada cuatro años, luego si no cumplen sus promesas, -increíble pero cierto- ¡¡nos da igual!!, a veces incluso volvemos a votar a los mismos... Supongo que, desde sus tribunas, se reirán de nosotros...
Al sistema, me he declarado abiertamente antisistema, si por sistema se define esta estúpida forma de maleducarnos, malformarnos y maltratarnos, mintiéndonos con fruición. A este sistema, como decía, tristemente, le interesa que prevalezca la mediocridad sobre la excelencia, la insulsez frente a la cordura, la mala educación frente a la exquisitez y una formación mínima (nula sería aún mejor) frente a un conocimiento, basado en el esfuerzo, trabajo, fundamentado en la lectura y el aprendizaje diario... Y cómo se esfuerzan estos hijitos de cabra para que así sea, contando con nuestra generosa y ciega colaboración.
Señores: abran los ojos: Una sociedad mediocre, sin preparación ni educación en valores desde la cuna, hasta que damos el salto a la emancipación, resulta fácilmente manipulable, mientras que los colectivos educados en la positividad, cultivados y poseedores de una sólida formación pueden ser capaces de generar sus ideologías personales, sus propios objetivos vitales, de pensar positivamente, de encontrar medios para llegar a su fin, de tener amplias capacidades de elección, en todos los ámbitos.
Ahora ni se duda. Quien no duda de algo, NO SABE NADA.
Nos han convertido en marionetas, en juguetes desvalidos a su antojo, nos han obligado a aceptar de una forma cuasi natural conceptos anti-Natura, han tildado de tolerancia la falta de justicia, han disfrazado de políticamente correcto a la carencia de ideología propia, de derecho a la libertad de expresión. ¿Hasta cuándo vamos a permitirles que nos vapuleen de esta manera inmunda?
Un autor, lo siento, ahora no recuerdo el nombre, decía que "nos han transformado en peligrosos trombos que pueden amenazar muy seriamente el sistema circulatorio del organismo capitalista." Ahora se pretenden tildar al capitalismo de peligroso, es más, el capitalísta parece un monstruo sin empatía.
¿Haber dado vuelta a la sociedad 180º ha servido para algo bueno? Recapacitemos. Reflexionemos. Lo tengo tan claro....
Los que no tienen dinero viven axfisiados, sin casa, sin comida, sin medicamentos (tijeretazos a las pensiones, los ancianos pagan parte de lo que tienen que tomar ya de forma crónica)... Los que tienen dinero, poco les dura en las manos, como decía, para cubrir gastos necesarios e innecesarios. Los que tienen más, se ven obligados a callar para no levantar sospechas de inhumanidad. Y los que ya tienen muchísimo, ni se les ve, ni se les espera... Lo entiendo, aunque no me parezca solidario. ¿Quién quiere pagar los platos rotos de fina porcelana que se compraron a plazos, hipotecando hasta el moño de la abuela?
Nos han timado. Lo sabemos y no lo queremos reconocer para no sentirnos tan tontos.
Si te atreves, habla. No calles como los borregos. Grita las injusticias sociales, las diferencias económicas no tiene por qué ser injustas como te cuentan los interesados de siempre, para hacerse ellos con los billetes y marcar aún más la diferencia.
Hay tantos países, ejemplos de lo que digo, que rebatir la opinión contraria es tan simple como agarrar el mapamundi.
La conversación de ayer radicaba en los puntos a tener en cuenta para comenzar una relación de pareja. Una cosa llevó a la otra. Me dijo: "¿Tú me dirías la verdad, lo que piensas, aunque no coincida con mi opinión, verdad amiga?" Le dije lo que pensaba. Una vez más. Siempre desde el corazón. Las verdades solo duelen a quien no te aprecia.
Un saludo cordial
¡Sed muy felices!