. La Unión Europea impondrá definitivamente desde finales de mes los aranceles al coche eléctrico chino que introdujo provisionalmente el pasado julio y que los gobiernos europeos reticentes no han logrado bloquear este viernes en una votación en la que apenas cinco países, entre ellos Alemania, han votado en contra, pero una docena, incluido España, se han abstenido.
Bruselas dio el primer paso en verano para aplicar un gravamen de hasta el 35,3% sobre los vehículos chinos de batería eléctrica para compensar las ayudas ilegales de Pekín que permitían a los fabricantes del gigante asiático producir a precios muchos más bajos que sus rivales europeos.
El Ejecutivo comunitario, que tiene la competencia de la política comercial de la UE, presentó a primera hora de este viernes a los expertos de los Veintisiete su decisión de hacer definitivos los aranceles a partir del 30 de octubre próximo (y su entrada en vigor un día después) para someterlo a votación.
Pero para bloquear esta decisión, los países reticentes necesitaban sumar una mayoría de al menos 15 delegaciones que representen al menos al 65% de la población. Al no lograrlo, la pelota ha vuelto a manos de Bruselas que, en un comunicado, ha defendido que el voto muestra que cuenta con los apoyos necesarios para seguir adelante.
Según han informado a Europa Press diversas fuentes diplomáticas, junto a Alemania han votado en contra Hungría, Malta, Eslovaquia y Eslovenia; y doce se han abstenido: España, Bélgica, República Checa, Grecia, Croacia, Chipre, Luxemburgo, Austria, Portugal, Rumanía, Suecia y Finlandia.
Una vez se cumpla el proceso formal, las nuevas tarifas que se suman al 10% que ya aplica la UE a las importaciones de coches y, por tanto, elevarán los aranceles hasta a un 45,3% para algunos de los fabricantes, entrarán en vigor el 31 de octubre, tras la publicación la víspera en el Diario Oficial de la UE (DOUE).
En todo caso, Bruselas insiste en que el diálogo sigue abierto con las autoridades chinas para buscar una solución "alternativa" y fuentes comunitarias explican que si se llega a un acuerdo los aranceles se podrán suspender con aquellos productores que asuman las condiciones acordadas. De manera general, el gravamen tiene aplicación de cinco años aunque podrá suspenderse en caso de acuerdo.
En concreto, la propuesta definitiva revisa ligeramente algunos de los porcentajes que se impondrán con SAIC -el mayor fabricante del país- y los productores que no han cooperado afrontando un gravamen del 35,3% (frente al 36,6% inicial).
Le siguen Geely con un 18,8%, BYD con un 17% y Tesla con un 7,8% (frente al 9% inicialmente estimado); además se impondrá un 20,7% al resto de empresas que hayan cooperado en la investigación.
Abiertos al diálogo
La Comisión también ha querido dejar claro que "paralelamente" Bruselas y Pekín "continúan trabajando arduamente" para buscar soluciones "alternativas" y compatibles con las reglas de competencia justa de la Organización Mundial del Comercio (OMC), esto es, poner fin a los subsidios ilegales de Pekín a los fabricantes chinos y ello con una decisión "supervisada y factible".
El vicepresidente económico del Ejecutivo comunitario, Valdis Dombrovskis, que habla en nombre de la UE en materia comercial, ha insistido en mantener el diálogo abierto con las autoridades chinas en busca de una solución, incluido la semana pasada en una reunión en Bruselas con el ministro de Comercio del gigante asiático, Wang Wentao.
En el encuentro, Dombrovskis defendió que los servicios comunitarios llevaron a cabo una investigación sustentada "estrictamente en hechos y pruebas" que ha permitido imponer aranceles temporales para compensar subsidios ilegales y garantizar la "competencia justa" en el mercado interior y que todos los productores compiten en pie de igualdad.
También reclamó que Pekín cierre las investigaciones "injustificadas" que ha iniciado contra productos de la Unión Europea como el brandy, el porcino y lácteos en represalia por la tasa al coche eléctrico exportado por este país.
El portavoz de Comercio en Bruselas, Olof Gill, ha insistido este mismo viernes tras la votación a Veintisiete que las negociaciones "están en marcha" y que la Comisión "sigue abierta a encontrar una solución" con Pekín en paralelo al procedimiento para que los aranceles sean formalmente adoptados de aquí al 30 de octubre. Los gravámenes aún siendo definitivos, recuerdan fuentes comunitarias, pueden ser suspendidos o retirados en cualquier momento si hay un acuerdo que resuelva las irregularidades.
China advierte a Bruselas de que "tomará medidas"
No obstante, el Ministerio de Comercio de China ha expresado este viernes su desacuerdo con los aranceles a la importación de vehículos eléctricos que mantendrá la Unión Europea, tras no haber sumado una mayoría suficiente ni a favor ni en contra de estas trabas comerciales en la votación que han auspiciado este viernes los Estados miembro.
El portavoz del departamento del Gobierno de Xi Jinping ha asegurado ante los periodistas que Pekín "tomará las medidas que sean necesarias para salvaguardar los intereses" de las empresas chinas y ha llamado a mantener las negociaciones con el bloque comunitario a fin de encontrar una solución favorable al conflicto.
"China se opone firmemente a las prácticas proteccionistas injustas, incompatibles e irrazonables de la UE en este caso, y se opone firmemente a las medidas compensatorias de la UE contra los vehículos eléctricos de China. Se aplicarán derechos a los automóviles", ha justificado el gigante asiático.
Los fabricantes europeos se revuelven contra los aranceles
Ante esto, los fabricantes europeos de automóviles han solicitado a la Comisión Europea que establezca una política industrial "integral" tras la decisión de los Estados miembro de mantener vigentes los aranceles al coche eléctrico chino a expensas de las negociaciones entre los bloques, que se sucederán a lo largo de las próximas semanas.
"Los aranceles son el enfoque equivocado y no mejorarían la competitividad de la industria automovilística europea", han asegurado fuentes del grupo Volkswagen, el mayor fabricante del continente, a Europa Press nada más conocerse la decisión de Bruselas.
Desde la compañía germana confían en que el bloque comunitario y el Gobierno chino sigan negociando "de manera constructiva" para encontrar una solución "política", al considerar que el objetivo común "debe ser evitar cualquier derecho compensatorio" y un conflicto comercial a largo plazo".
En una línea similar se pronuncian desde BMW, donde remiten a las declaraciones de hace unos días del consejero delegado de la empresa, Oliver Zipse, quien pidió a Alemania oponerse -como ha hecho- en la votación sobre los aranceles en aras de la "prosperidad" económica del país.
Consideraba el directivo de la automovilística que los aranceles suplementarios al actual del 10% a las importaciones podría perjudicar a las empresas germanas a nivel mundial y "provocar un conflicto comercial que, en última instancia, solo conoce perdedores".
Además, desde Mercedes-Benz ponen el foco en las repercusiones "negativas" que pueden tener estras trabas comerciales. El fabricante de Stuttgart aboga por un cambio en la solución adoptada en defensa del libre comercio y la competencia leal entre marcas. "Estamos convencidos de que los aranceles punitivos empeorarán la competitividad de una industria a largo plazo", puntualizan desde la compañía.
Patronal cárnica espera que arancel no afecte al porcino
Asimismo, la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice) no ve como una buena noticia que la Comisión Europea siga aplicando aranceles a la importación de vehículos eléctricos de China, pero confía en que esta decisión no repercuta negativamente al sector del cerdo blanco.
El director general de Anice, Giuseppe Aloisio, ha asegurado que "tampoco es la mejor forma de abordar las tensiones comerciales", en un comunicado remitido a Efeagro tras conocer la decisión de la Comisión.
Aloisio confía en que exista la posibilidad de explorar "otras medidas, pero el resultado es el que es: ahora sólo queda aguardar las consecuencias, que esperamos no sean graves para el sector del porcino". De hecho, quieren que "no se materialice" la "amenaza de posibles aranceles a los productos de cerdo español".
Por su parte, la asociación empresarial cárnica Anafric ha mostrado su preocupación "por las posibles repercusiones que este conflicto comercial podría tener en el sector porcino". Desde Anafric han insistido en que la "única vía" para abordar el conflicto es la negociación entre la Unión Europea y China.
"Nuestro sector no puede pagar las consecuencias de una batalla comercial entre la UE y China por el control de los mercados. Es esencial que se encuentren soluciones diplomáticas que eviten que la industria cárnica europea y, en particular, la española, sea afectada negativamente", ha afirmado en un comunicado el presidente de Anafric, José Friguls.