Os voy a contar una historia breve:
Había una vez un mercado en que unos teníamos unas hojitas de papel pongamos con una oliva pintada, y otros venían a comprárnoslas. Cada vez más baratas.
Tus hojitas de papel no valen nada!, decían. Hoy valen aun menos que ayer!.
Y yo, que soy impresionable, pero firme cuando hago números, no vendía las hojitas, sino que compraba algunas más si podía permitirmelo.
Había oído hablar del señor mercado, de sus problemas emocionales y que algunos ganan cuando los precios de las hojitas bajan. Así que no les vendía mis hojitas, sino que se las compraba, cada vez más baratas. Después, las guardaba a buen recaudo, con la tranquilidad de que esas hojitas no saldrían al mercado antes de cinco o seis años, como poco. Como era del campo, sabía que los árboles no crecen en un día, y es necio quien así lo espera.
Los otros, seguían viniendo a mi casa, a decirme que mis hojitas de papel con la oliva pintada no valían nada, que las vendiera o perdería hasta mi camisa. Pero yo compraba otras poquillas, y las retiraba del mercado, como una hormiguita.
Así, acabé viendo con ternura fraternal a quien cada mañana venía a mi casa, a mi correo, a mi foro, a decirme que todo estaba peor que ayer. Con toda la educación que podía, le compraba otras pocas, y las guardaba.
Espero que sigan así mucho tiempo, y pueda comprar muchas más, y guardarlas en custodia segura, acaso por muchos años.
Mientras, tanto, a todos los que cada mañana vienen a asustarme, y a decirme que estoy loco, soy un iluso, y que ya veré ya……. Muchas gracias. De corazón.
Naturalmente puedo equivocarme. Como soy del campo, sé que algunos árboles no echan frutos, y por eso planto varios cada vez que puedo e intento no implicarme emocionalmente en su crecimiento.
Sé que no debería, pero a este, por ser tan enclenque, le estoy cogiendo cariño, oye!