La verdad es que no tengo idea de qué figuras está dibujando el mercado. Creo que tenemos un problema cortoplacista que nos impide ver la realidad.
¿Alguien se preocupa, por ejemplo, de la variación diaria del precio del aceite de oliva, o de los coches, o del alquiler de viviendas, a alguien le importan las figuras que esa variación lleva "dibujando" desde hace meses, para intentar saber cuál será la evolución de los siguientes?
No, claro. Diríamos que están chalados si lo hicieran.
En el caso del aceite de oliva, por ejemplo, los expertos se preocupan de si está lloviendo o no en las superficies de cultivo, de si hay mucho o poco stock de aceite en los almacenes, de si se están incorporando o no nuevos países productores que aumenten o disminuyan la oferta, de si los dietistas recomiendan más o menos que hace unos años el consumo de este aceite, and so on... Son estos factores los que marcarán la evolución del precio en el futuro a corto y a largo, porque son los que influyen en la demanda y la oferta. El movimiento de los meses pasados, los dobles techos invertidos con tirabuzón y vuelta atrás y todo eso... son... son... pasado y dependían, cuando se produjeron, de la evolución de las expectativas reales por factores como los que citaba antes. No dependieron en absoluto de cómo se comportó el precio a lo largo de... 2023. Nadie te dirá nunca que el precio del aceite en diciembre de 2024 dependa de cómo evolucionaron las figuras que dibujó su precio en abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre de 2024. Todos, partiendo del precio actual, no del de hace 3 meses, intentarán aventurar el precio futuro en función de los factores de fondo que prevean.
En cambio, en los mercados de valores casi todo el mundo hace lo contrario.
El problema de los mercados de valores es que se ha creado todo un ecosistema que vive de la profusión de operaciones. La clave es que el pequeño inversor, que directa o indirectamente es quien alimenta al broker, al gestor de fondos de inversión, etc, apoye que se hagan 500 operaciones de compra/venta al año en lugar de 5. Porque el ecosistema vive de esas operaciones, vive de las comisiones.
Se vive del pequeño inversor pegado todo el día a la pantalla intentando adivinar qué pasará mañana mirándola a ella y no a los factores de fondo. Para eso el ecosistema alimenta al pequeño inversor a base de publicar variaciones diarias (que son ruido, meramente ruido al 90%) en lugar de anuales, a base de análisis de tendencias sobre el papel en lugar de tendencias sobre el mercado. Es una religión, y como tal se explica a sí misma y le dan igual las pruebas en su contra: siempre encuentra explicaciones a posteriori que explican los éxitos y los fracasos de la predicción salvando a la religión misma.
La única verdad, hoy, 6 de diciembre de 2024, es que los mercados de valores están en máximos. Debería preocuparnos indagar si este nivel es excesivo o no, en lugar de escudriñar por qué vericuetos hemos llegado hasta él, como si esos vericuetos fueran a explicar el futuro.
El futuro lo explicará el cambio de circunstancias futuras, no las variaciones de cotización pasadas.