Buenos días, semana nueva, tendencia igual, sigue la fiesta en el Ibex y el resto, enhorabuena a los premiados!!! Seguiremos mirando y trabajando al tiempo. Saludos.
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Re: Pulso de Mercado: Intradía
El superciclo sigue su camino vertical alcista y va todo bien, por lo que el apetito inversor sigue en máximos y nadie quiere quedarse fuera de la fiesta ...
Los que compran a tocateja son jubilados con una buena paga, con mas de un piso y extranjeros donde su sueldo es mucho mayor al español. El resultado es que los jovenes no pueden comprar vivienda. Ademas de esto hay 4 o 5 grandes promotoras en el pais que estan comprando todo el suelo ellas mismas y pactando el mismo precio en sus construcciones como si fueran un 'oligopolio'..
inversores extranjeros se hacen con 15 empresas punteras españolas en tres meses
Las operaciones para controlar Talgo y Ercros sacan del primer plano la intensificación de los procesos de absorción de empresas con elevadas cuotas de mercado que se producen al margen de la bolsa y que superan las 250 desde la pandemia
Hasta 15 empresas españolas punteras y/o con amplias cuotas de mercado en distintos sectores han pasado en lo que va de año a estar bajo el control de otras de matriz extranjera o controladas por fondos de inversión, según se desprende de los expedientes de autorización de operaciones de concentración aprobados por la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia).
Entre esas operaciones de toma de control que han recibido la autorización, cuando menos preliminar, del órgano de supervisión de la competencia se encuentran las de EGI, especializada en la conservación de carreteras, por la portuguesa Ascendi, que se dedica a equipar autopistas; la de Enganches Aragón, líder estatal y del sur de Europa en accesorios para remolques y caravanas, por la alemana Rameder, o la de Parkia, que suma 40.000 plazas de aparcamiento en 44 ciudades, por la francesa Indigo.
También se encuentran en el listado la adquisición de la papelera Artemis Ood por la irlandesa Smurfit; la de la cadena de tiendas de cosmética Clarel, antiguamente filial de DIA, por el grupo colombiano Trinity o la del negocio local de Clear Channel por la filial española de JCDecaux, el gigante francés que lidera el mercado mundial de los soportes publicitarios urbanos.
Se trata de empresas poco conocidas para el público en general pero cuyas absorciones suponen en todos los casos notables grados de concentración de cuotas de mercado en manos del comprador, lo que hace que las operaciones requieran el visto bueno previo, en ocasiones con condiciones, de la CNMC.
Esas tomas de control, que resultan ser más de 250 desde la pandemia y se acercan a las 900 en la última década, se han producido al margen de OPA (Oferta Pública de Adquisición de acciones) como las que en los últimos meses han lanzado fondos y compañías extranjeras como la húngara Ganz-Magav Europe ZRT sobre la ferroviaria Talgo, la portuguesa Bondalti Ibérica sobre la química Ercros o, sucesivamente, el londinense Amber Equityco y el neoyorquino Apollo sobre la certificadora Applus, aunque el uso de vías diferentes responde a una cuestión de procedimiento.
Las OPA son, básicamente, ofertas de compra de acciones de empresas que cotizan en la bolsa, mientras que las operaciones que supervisa la CNMC se llevan a cabo sobre participaciones ajenas al vaivén de los mercados bursátiles, es decir, que se trata de compraventas, absorciones y fusiones de toda la vida.
No obstante, el objetivo, de igual forma a lo que ocurre en conflictos como el desatado en torno a Telefónica, es el mismo: la toma del control de la compañía a la que se dirige la operación para, normalmente, ampliar mercado.
"Se mantiene una lógica de oligopolización a nivel transnacional que continúa imparable y que va a seguir en los próximos tiempos", analiza Pedro Ramiro, economista de OMAL (Observatorio de las Multinacionales de América Latina), que disecciona la operativa.
Las opa formalizadas este año. — FUENTE: CNMV
"Ante una situación de pérdida de valor bursátil o de necesidad de entrada de capital para sostener la empresa o para pagar deudas se reproduce esa lógica en la que se produce una quiebra o una operación corporativa que lleva a una mayor concentración" en ese sector, explica, al quedar bajo el control de un antiguo competidor que "aprovecha su excedente de dinero para ir ganando cuota de mercado absorbiendo otras empresas".
La amplitud del paquete de OPA, que también incluye el movimiento de la española Gubel para ganar peso en Prosegur y la puja de la francesa GCE por la energética Opdenergy, las cinco por un montante conjunto de 3.200 millones de euros, contrasta con la baja actividad de los años anteriores: una autorizada en 2023, en este caso de FCC sobre sus propios accionistas, cuatro en todo 2022, cinco en 2021 y dos en 2020 tras las siete de 2019.
Sin embargo, los expertos consultados rechazan que esos procesos apunten a un proceso generalizado de cambio de manos de empresas punteras españolas como el que se dio en las décadas de los 80 y los 90, aunque sí los enmarcan en una tendencia de ámbito global hacia la concentración de los negocios.
"A partir de la anterior crisis se produce una entrada enorme de capital extranjero en las grandes empresa españolas. No es que antes no lo hubiera, pero la crisis de la deuda y de los productos financieros y la caída de sus cotizaciones en la bolsa fueron el momento idóneo para que los fondos de inversión y los grandes inversores transnacionales entraran en ellas", señala Ramiro.
Para Julio Rodríguez, de Economistas Frente a la Crisis, "lo único que puede detectarse ahora como nuevo en relación con épocas anteriores es que no se hace ascos como en otros tiempos a las empresas públicas. Hay menos rechazo a que existan, no como línea de actuación pero sí a favor de conservarlas por desempeñar un papel importante".
Eso ocurre con Telefónica, de la que dependen las comunicaciones de las operaciones del ejército español en el exterior, y también, aunque nunca fueron públicas, con Ercros y Talgo, ya que todas ellas operan en sectores estratégicos.
"Parece que da miedo que algunas empresas puedan estar en manos de otras extranjeras, y más si hay un Gobierno detrás como puede ocurrir con Telefónica y con Talgo", anota Rodríguez, quien llama la atención sobre la necesidad de mantener determinadas compañías cuando el país se encuentra en pleno proceso de cambio de modelo productivo y cuando está reciente el bofetón de realidad que supuso la dependencia del exterior durante la pandemia.
"Lo que se ve es que Telefónica nunca debería haber sido privatizada por completo", añade el economista, quien observa la oleada de OPA como "una serie de operaciones aisladas de las que no puede sacarse una regla general".
Dos semanas a la baja en los índices norteamericanos tras cuatro meses y medio de fuertes alzas desde el pasado octubre pueden parecer, con razón, una mera parada técnica en el imparable camino alcista de las Bolsas. Pero, más allá del hecho cierto de que, por ahora, los recortes son irrelevantes en comparación con las subidas previas, hay algunos elementos en las dos últimas semanas que merece la pena analizar. Es particularmente interesante, a nuestro juicio, analizar lo que subyace tras la resistencia de las Bolsas a caer ante las malas noticias o ante los datos adversos, tal y como se ha visto una vez más esta última semana.
Parece claro que losdos argumentos básicos que soportan esa resistencia son relativamente simples, la inminente bajada de los tipos de interés por parte de la Fed y del BCE, y la nueva revolución de la inteligencia artificial generativa. Puede resultar asombroso, pero sobre esos dos argumentos se ha construido la espectacular subida del 25% o más quelos principales índices han tenido en los últimos cuatro meses. Por citar los dos índices de referencia en Estados Unidos y en Europa, el S&P ha subido desde los 4.100 puntos de fin de octubre a los 5.100 puntos actuales y el Eurostoxx ha subido desde los 4.000 puntos del 22 de octubre a los 5.000 puntos del pasado miércoles.
Pero ese relato simple de un nuevo y potente despegue de la economía global impulsado por la bajada de tipos y por la fuerza transformadora de la nueva inteligencia artificial generativa se ha ido encontrando con algunos problemas a lo largo del camino, algunos de ellos en las dos últimas semanas. El primero, los mensajes de la Fed y del BCE. Tanto Jerome Powell como Christine Lagarde dejaron claro, en sus comparecencias del miércoles 6 y jueves 7 de marzo, que las bajadas de tipos se retrasan a junio y que se irán graduando en función de los datos. Es verdad que ambos quisieron ser complacientes, pero guardaron las formas.
El segundo, el repunte de la inflación. La semana pasada la inflación americana de febrero era el dato clave, y tanto la inflación general, como la subyacente, como la industrial experimentaron en febrero subidas más o menos grandes. El IPC americano de febrero publicado el martes subió una décima, al 3,2% frente al 3,1% de enero, y la subyacente se moderó menos de lo esperado, al 3,8% desde el 3,9% de enero, siendo así que se esperaba una caída al 3,7%. El jueves se publicó el índice de precios a la producción (PPI), que también subió en términos anuales al 1,6% en su mayor alza desde septiembre.
Fue muy curiosa la reacción de la Bolsa americana el martes ya que, pese al mal dato de inflación, el S&P subió y marcó un nuevo máximo histórico. La explicación estuvo, de nuevo, en las tecnológicas. Oracle, que había publicado sus resultados trimestrales el lunes fuera de hora mostrando un fuerte crecimiento en el negocio en la nube y en el área de inteligencia artificial, subió un 11,75% en la sesión alcanzando su récord histórico al cierre e impulsando a todas las tecnológicas y en particular a Nvidia, que subió más de un 7% en la sesión.
Sin embargo, el jueves la reacción de los inversores ante el mal PPI de febrero fue mucho más negativa, y lo que prometía ser una nueva sesión alcista, al calor de las buenas ventas minoristas americanas de febrero, terminó con caídas en los tres grandes índices americanos y también con una ligera caída en el Eurostoxx, que le llevó a perder los 5.000 puntos a los que había cerrado el miércoles, un nivel que el selectivo europeo no había visto nada más y nada menos que desde hace veinticuatro años, en verano del año 2000.
Un tercer problema es el que asomó el pasado viernes, la posible desaceleración del crecimiento económico, muy basado en el consumo. El informe de la Universidad de Michigan sobre el sentimiento del consumidor americano fue un pequeño jarro de agua fría, al registrar en marzo su peor nivel de los tres últimos meses, cayendo a 76,5 puntos desde los 76,9 de febrero. Si falla el consumo, el crecimiento se viene abajo y tal vez por ello Jamie Dimon, presidente de JP Morgan, advertía la semana pasada que la recesión no es ni mucho menos descartable en la economía norteamericana.
Hasta aquí los datos. Unos datos que muestran que junto a la expectativa positiva y la fascinación provocada por la nueva revolución de la inteligencia artificial (esta vez el catalizador ha sido Oracle) están los viejos problemas de una inflación que no acaba de caer y de un crecimiento que no acaba de despegar. Pero vamos a ver cómo esos datos son interpretados por las diversas visiones que conviven en el mercado y que son las que realmente explican la resistencia de las Bolsas a caer.
Hay una primera visión, que podríamos llamar “oficial”, la del “soft landing” o “no landing”, que ve una inflación a la baja, un recorte de los tipos de interés por la Fed a partir de junio y un posterior despegue del crecimiento que convive con inflación baja. Según esa visión, las Bolsas tienen recorrido al alza, aunque pueda haber un alto en el camino, que sería breve y no muy intenso.
Una segunda visión es la de quienes ven una inflación persistente alrededor del 3% y un crecimiento que sigue a la baja y que obligará a la Fed a ser algo más laxa de lo que desearía, moldeando su política de endurecimiento monetario, pero sin alterarla básicamente. Esta tesis no ve un despegue sino un largo periodo de convalecencia y ajuste de la economía, con asistencia permanente de la Fed, pero sin entrar de nuevo en la expansión monetaria de balance (QE). Según esta visión, las Bolsas podrían tener una corrección algo más intensa, de hasta un 10% o incluso un 20%. Esta corrección no altera el ciclo alcista largo, pero desde luego es algo que las Bolsas no esperan ahora mismo.
La tercera visión es la de quienes piensan que la Fed se va a ver obligada a volver a la expansión monetaria de balance (QE quantitative easing) a pesar de que la inflación repunte, porque creen que la economía camina hacia una fuerte desaceleración, incluso recesión. Quienes así piensan creen que esa recesión puede convivir con una inflación del entorno del 3%, pero a pesar de ello creen que la Fed actuará de forma muy expansiva porque los ciudadanos no soportan volver a una recesión.
i tenemos que elegir, nos quedaríamos con la segunda tesis, la de un largo periodo de ajuste tras el aterrizaje suave. Pero parece obvio que las Bolsas no apuestan por esta segunda tesis sino más bien por la primera o por la tercera. Por el ‘soft landing’ y despegue o por una nueva inundación de liquidez. En ambos casos lo que se prevé es una fuerte subida de las Bolsas. La subida del oro a máximos y la del bitcoin a 73.000 dólares el pasado miércoles nos podrían estar anunciando el escenario de una nueva expansión monetaria cuantitativa (QE). Pero al finalizar la semana el bitcoin ha corregido hasta 68.000 dólares y el oro también ha caído desde sus máximos. Además, el tipo de interés del bono del Tesoro americano a diez años ha subido hasta el 4,30% al que cerró el viernes nos puede indicar que la Fed va a proseguir su política ortodoxa, aunque la module algo si hay caída fuerte del crecimiento.
Esta semana todas las miradas van a estar puestas en la reunión de la Fed, y en su comunicado y mensaje el miércoles tras la reunión. Habrá que ver por cuál de las visiones se decanta la Fed. Asimismo, Nvidia celebra a partir del lunes su reunión sobre inteligencia artificial, que se conoce como el Woodstock de la inteligencia artificial, y se publican algunos resultados interesantes como los de Nike o Micron Technologies.
Apostaríamos por Bolsas tranquilas, aunque perdiendo algo de “momentum” y tal vez ligeramente a la baja tras el vencimiento de marzo de opciones y futuros.
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AENA: perspectivas mixtas para 2024 tras decisión de Jefferies de ajustar recomendación