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NUEVA YORK (New York Times)— Ante la debilidad de los mercados petroleros, los dos mayores exportadores de petróleo del mundo acordaron el lunes 15 de mayo prolongar por varios meses sus recortes a la producción.
Eso provocó un repunte inicial en los precios del petróleo.
Los principales países productores de petróleo han batallado recientemente para consolidar los precios, ya que con mayores suministros es difícil hacer crecer la demanda. Los precios cayeron por debajo de 44 dólares por barril este mayo, el nivel más bajo que han tenido en más de un año.
Una estrategia que utilizan países como Rusia y Arabia Saudita —que en gran medida dependen de las ventas de recursos energéticos para financiar su presupuesto nacional— para tratar manejar los mercados es anunciar que reducirán sus niveles de producción. El lunes, gracias a esta estrategia, los precios del petróleo se recuperaron casi un 3,8 por ciento, hasta casi 50 dólares por barril, su nivel más alto en casi tres semanas.
Sin embargo, puede que la decisión de los sauditas y los rusos no sea suficiente. Durante años, esos y otros países productores que pertenecen a la Organización de países exportadores de petróleo (OPEP) lograron con facilidad impulsar al alza los precios petroleros. Pero su influencia ha decaído con la incursión en el mercado de nuevos participantes como los productores estadounidenses de gas esquisto, lo que desaceleró el crecimiento en la demanda de petróleo.
Ante la caída de los precios a finales del año pasado, los países de la OPEP y Rusia convinieron en reducir su producción conjunta en cerca de 1,7 millones de barriles. La medida funcionó por algún tiempo mientras se recuperaban los mercados.
Pero los precios más altos también permitieron entrar al mercado a los rivales de la OPEP, incluidos los productores de esquisto.
Así que Arabia Saudita y Rusia se ven obligados de nuevo a tomar cartas en el asunto. Ambos países acordaron el lunes reducir sus niveles de producción por nueve meses más de lo que habían acordado originalmente, hasta marzo de 2018. Es probable que la OPEP, cuyo líder de facto es Arabia Saudita, haga lo propio cuando sus 13 miembros se reúnan en Viena el 25 de mayo.
“Desde que colapsaron los precios en 2014, lo que han hecho la OPEP y los demás países, y hasta cierto punto también Rusia, es simular que manejan el mercado”, explicó Robert McNally, un antiguo asesor de la Casa Blanca en materia energética y actual presidente del Grupo Rapidan, una agencia de investigación con oficinas en Washington. Solo “manejaron o manipularon la opinión pública”, añadió McNally, autor de un libro sobre las épocas de auge y los descalabros del petróleo, titulado Crude Volatility.
Este es un giro importante para el bloque de la OPEP, que todavía representa a un tercio de la producción mundial de petróleo. El efecto de la reducción de producción se enfrenta a cuestiones a corto plazo, como el hecho de que sigue habiendo mucho crudo almacenado y los recortes no tienen un efecto tan pronunciado, y a largo plazo, entre ellas el surgimiento del esquisto y que cada vez hay más automóviles y otras tecnologías que no hacen tanto uso de gasolina, como los coches eléctricos.
En abril, la Agencia Internacional de la Energía, un grupo de monitoreo ubicado en París, estimó que la demanda de petróleo global se reduciría este 2017 por segundo año consecutivo; una de las razones que cita al dar esta estimación es la mayor eficiencia energética de los vehículos.