Pues después de ver la ponencia, difiero de las opiniones favorables que he leído en el hilo.
Las explicaciones sobre la situación de la empresa me parecen muy blanditas, y cargadas de ese chirenismo bochero que si alguna vez estuvo justificado, cada vez es menos procedente. Todos muy orgullosos de ser de Bilbao, pero Bilbao no hace sino perder peso en la esfera económica, y faes... lamentablemente, lo mismo.
Que la bilastina se llame así por Bilbao me parece una sandez. Por mí, preferiría que se hubiese llamado cadiztina y que los beneficios de su explotación hubiesen redundado en mi beneficio, como accionista, en vez de ser empleados para hacer de todo, menos remunerar adecuadamente al accionista.
El comentario o pregunta sobre el trabajo femenino en la empresa me parece irrelevante a estas alturas. Mejor, y más oportuno, me hubiese parecido una pregunta sobre los motivos por los que no se ha aprovechado el entorno tipos bajos que se dio durante casi una década, hasta hace uno o dos años, para financiar la fábrica, y por qué ahora sí se va a producir un endeudamiento.
Resulta que cuando a los accionistas nos hubiese beneficiado financiarnos a costes contenidos, y percibir mediante dividendos (si no son capaces de promover una subida de la cotización de la acción) los beneficios derivados de los "productos mágicos", optan por emplear todos esos beneficios en crecimiento interno, pero sin atreverse a hacerlo a las claras, y nos empapelan con unos dividendos scrip innecesarios.
Que digan que los dividendos scrip estaban de moda y que los accionistas los acogían de buen grado, pero que ahora los han retirado (si tan buenos eran... ¿por qué los retiran?), y que aparentemente no sean conscientes del daño que han hecho a la cotización y a la estructura de capital es absolutamente preocupante, porque indica que la dirección (por lo menos la dirección en curso de salida) no tenía el más mínimo conocimiento, o interés, por el funcionamiento del mercado de capitales.
Las explicaciones ininteligibles sobre la división de alimentación animal, la falta de explicaciones sobre la gran inversión realizada en los caramelos y las barritas energéticas y la situación actual de esos negocios, la igualmente rocambolesca explicación sobre la empresita de distribución de Oriente medio y sobre las distribuidoras de hispanoamérica, hacen que dé la impresión de que la motivación de buena parte de esas compras ha sido "teníamos dinero y nos lo hemos gastado en lo que hemos podido... que no ha sido en remunerar al accionista directamente, y tampoco ha servido para hacer subir la cotización de la acción".
La disquisición sobre la i grande y la i pequeña, y la falta de mención al hecho de que se eliminó la investigación interna para hacer frente a la crisis posterior al descubrimiento de la bilastina y a la nefasta gestión del repunte de la cotización, para luego volver a recuperar la investigación interna, así como la falta de un plan adecuadamente difundido sobre lo que se quiere hacer con la planta nueva (unas veces se niega la fabricación para terceros, otras veces se dice que va a ser una parte del proyecto), las desviaciones presupuestarias... la falta de explicaciones, y lo que es peor, la aparente satisfacción con la evolución que ha tenido la empresa, cosa inexplicable, a la vista de la cotización de la acción, son cuestiones que me llevan a dudar de la capacidad de esta directiva para centrarse, de una buena vez, en la rentabilidad para el accionista.
Lo único positivo que he sacado de los cuarenta minutos de exposición es que el nuevo consejero, una vez que nos libremos de Úcar y su junta directiva, empiece a hacer las cosas como debe hacerlas un directivo de una cotizada que se preocupe, aunque solo sea un poco, por la rentabilidad para sus accionistas, y que tenga un conocimiento mínimo de cómo gestionar una cotizada (iba a decir que en el siglo XXI, pero me conformaría con que la gestionase siendo consciente de que no estamos en la época de los corros en el parqué de la calle Jose María Olabarri.
Entiendo que no van a decir que han desaprovechado lastimosamente los años de bonanza de unos productos estrella que están cerca de perder su brillo, y que en esos años han destinado los beneficios a cuestiones que interesaban a los directivos, a los empleados y a los intermediarios que gestionaban las operaciones de compra y de capex, y que se han olvidado por completo de los accionistas, pero, aprovechando que Úcar está de salida, tal vez deberían reflexionar sobre si no se podrían haber hecho las cosas de otra manera, y empezar a poner en marcha, y a comunicar, esas nuevas formas de actuación.