- Sentarte a hablar con tu banquero de confianza para que te oferte productos preferentes por tener una buena suma de dinero depositada en la oficina, ser buen cliente, pagador, cumplidor y llevar tantos años trabajando con la entidad.
- Ir a mi oficina a ver a Paco Jones, mi asesor desde que abrí la cuenta, para que me explique qué narices es lo que firmé hace 2 años, y encontrarme que ya no está y ahora en su lugar hay una inútil de 23 años que se tira 1 hora de reloj para hacer una reclamación escrita de 3 líneas.
- Ir al despacho del director para pedirle explicaciones a Pepe Botijo, un compañero de carrera y muy buena gente, y darme cuenta de que tampoco está porque lo han mandado a la otra punta del país.
- Firmar el seguro de la casa y que luego no dispongas de un mediador real que dé la cara por tí ante un siniestro, y te derive al 902 de la aseguradora.
- Contratar una amplia variedad de seguros, de vida, de accidente, de hospitalización, dental, sanitario, de decesos y obtener un asesoramiento cercano y de calidad. Gente muy bien preparada y con amplios conocimientos de lo que te vende.
- Poderle ver la cara al director cada 3 meses para reclamarle la devolución de las comisiones de la cuenta asociada a la hipoteca y eso que me dijeron que no tendría ningún coste.
- Poder usar el cajero con asiduidad para evitar la comisión por hacerlo en ventanilla.
- Pagarle 2,9€/mes a la Caixa por el soporte de la libreta aunque tengas una nómina de 6000€ y 150.000€ en diversos productos con ellos.
- Conseguir un pisito en la costa aprovechando que estoy en la oficina para actualizar la libreta... en el cajero para que no me cobren (ji ji ji)
- La enseñanza gratuíta sobre nuevas tecnologías que los empleados de la oficina le ofrecen a los ancianos cuando van a hacer un pago/ingreso/reintegro. El cajero se puede pasar 30 minutos por anciano en el cajero automático, pero estoy convencido de que todo lo que aprende ese señor no lo olvidará jamás y le será muy útil en el futuro.
- Las fructíferas charlas y grandes amigos que se hacen en la cola de la ventanilla mientras esperas a que el cajero regrese del cajero (automático)
- El alivio que sientes al enterarte de que el que va delante de tí en la cola está peor que tú porque mientras que a tí te han cobrado 35€ por error, a él le han colocado 20.000€ en no se qué producto 100% líquido y no los puede rescatar hasta dentro de 10 años.
- Comer caramelos gratis mientras esperas.
El único problema es que hay varios bancos que no abren por las tardes y no pueden ofrecer toda esta serie de ventajas a sus clientes, ya que durante el horario de mañana se encuentran trabajando.
Las previsiones son muy positivas al respecto. Ya que se espera que la gran mayoría de esos clientes terminen próximamente en el paro. De esta forma tendrán toda la mañana libre para acercarse a sus oficinas de referencia.
Lo malo: perderán algunas ventajas al perder la nómina, les cobrarán la tarjeta de débito y el mantenimiento de cuenta.
Pero una cosa es segura: su oficina siempre estará ahí para ayudarle, apoyarle, y cobrarle todo aquello que esté en sus manos.