Crecimiento económico

El crecimiento económico es la evolución positiva del valor de los bienes y servicios producidos por un territorio determinado, tomando como referencia un periodo determinado.

Para entender este concepto, antes debemos conocer otro concepto que muchos economistas conocen y del que hablan constantemente.

Entre los economistas, el indicador económico más conocido es el producto interior bruto (más conocido por sus siglas, PIB). Este indicador mide el valor de los bienes y servicios que produce un país, por ejemplo, durante un periodo, que suele ser un año. En esencia, esto es el PIB. 

Pero, ¿y qué tiene esto que ver con el crecimiento económico?

El PIB es el indicador más conocido por ser el más utilizado por los economistas. Los economistas, dado que podrían emplear numerosos indicadores –y por lo habitual los complementan en el análisis–, se centran en uno y emplean el PIB para, sobre todo, controlar la evolución de una economía y, en especial, su expansión o su contracción. 

Con una tasa de variación, los economistas calculan las diferencias porcentuales que existen entre un periodo y otro, conociendo así, de ser positiva la diferencia, si la economía ha crecido, o si, por el contrario, y de resultar negativa esta diferencia, si la economía se ha contraído. En otras palabras, la tasa de variación permite conocer la variación que sufre el valor de los bienes y servicios producidos a lo largo del periodo, de la misma manera que nos permite conocer, automáticamente, si el valor ha aumentado o se ha reducido respecto a otro periodo.

Por tanto, el crecimiento económico es la evolución positiva de los bienes y servicios producidos por un territorio, es decir, la evolución positiva del PIB de dicho territorio, tomando como referencia y contrastando dos periodos distintos.

Con todo, antes de que el Nobel de Economía Simon Kuznets confeccionase el PIB, hemos de señalar que la manera de medir el crecimiento económico era a través del consumo energético o el tamaño de la población. A mayor población, se consideraba que había más recursos, pues había más necesidades. De la misma manera, un mayor consumo energético significaba un incremento de la población.

La teoría del crecimiento económico aglutina todos los estudios realizados por economistas que han centrado su estudio en el crecimiento que experimentan las economías a lo largo del tiempo.

El estudio de los ciclos económicos (recesiones económicas, crisis, etc.), de la convergencia entre economías desarrolladas y en desarrollo, entre otros aspectos, han dado lugar al nacimiento de una especie de disciplina que centra sus esfuerzos en estudiar el comportamiento de las economías y, especialmente, en ver cómo evolucionan y como crecen o decrecen.

Como hemos comentado anteriormente, la mejor manera de conocer si una economía ha crecido o ha decrecido durante o respecto a un periodo de tiempo determinado es a través del producto interior bruto (PIB).

A través de este indicador, que mide el valor monetario de los bienes y servicios que produce una economía en un momento determinado, sabes si esta se contrae o se expande.

A través de una sencilla tasa de variación, cogemos dos periodos, por ejemplo, dos años, y analizamos la variación de un periodo respecto a su antecesor. Si la variación es positiva, es decir, si la evolución del PIB es positiva, diremos que la economía ha crecido. Si, por el contrario, resultase negativa, diremos que esta se ha contraído.

Con todo, hemos de señalar que hay otros indicadores que nos permiten conocer si una economía ha crecido o no. 

La población, como hemos señalado, también nos permite conocer, aunque sea de forma más subjetiva, el crecimiento de una economía.

No obstante, es preciso señalar que los economistas suelen utilizar numerosos indicadores para complementar el análisis. En este sentido, complementando el PIB con índices de salarios y rentas, índices de calidad de vida, de desarrollo, entre otros. Pues, como veremos más adelante, hay quién difiere de la percepción de que el crecimiento únicamente es un aumento del PIB.

Al igual que podemos medir una economía, también podemos medir un conjunto.

Y esto es lo que hacen numerosos organismos a la hora de medir el crecimiento económico.

El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otros, calculan el PIB mundial para, de esta manera, conocer la evolución de la economía mundial de forma agregada.

Es por eso que, en numerosas ocasiones, escuchamos a los economistas hablar del crecimiento mundial.

Al igual que ocurre con las economías de forma aislada, se utiliza el PIB mundial y las tasas de variación para, tras calcularlo, conocer el crecimiento económico que experimenta el mundo, conocido como crecimiento económico mundial.

Con la globalización económica, cada día es más frecuente escuchar a estos hablar del crecimiento económico mundial.

El crecimiento económico puede venir motivado por numerosas causas. Desde un incremento de la población hasta un incremento de la productividad, una economía puede crecer por múltiples razones.

Entre las principales razones que mencionan los economistas, podríamos destacar las siguientes:

Estas, entre otras causas, motivan el crecimiento de una economía.

Por otro lado, el crecimiento económico puede derivar en múltiples consecuencias que deben tenerse muy en cuenta.

Entre las principales consecuencias del crecimiento económico, podemos destacar las siguientes:

Estas, entre otras, son algunas de las consecuencias que tiene el crecimiento económico en una economía.

Anteriormente, señalábamos que hay quien difiere de la percepción de que el crecimiento únicamente es un aumento del PIB. Y es por esta razón por la que también hay quien trata de promover la separación de estos dos conceptos, crecimiento y desarrollo, para evitar caer en una autocomplacencia que, según ellos, está más que injustificada.

En este sentido, el PIB es un indicador que toma para su medición el valor de los bienes y servicios que se producen en una economía y los aglutina en un indicador que permite controlar la evolución de esta producción. Pero ello también genera controversias en tanto en cuanto se dejan de analizar otros aspectos, como la calidad de vida, la calidad del empleo, entre otros aspectos que tienen mucho que ver con el desarrollo y esa mejora que se persigue con el paso del tiempo y el trabajo realizado.

En otras palabras, el PIB olvida muchos aspectos que, para considerar el desarrollo, necesitamos conocer. La evolución de la desigualdad, de la pobreza, del malestar social, entre otros aspectos que determinan el desarrollo de una economía, no son tenidos en cuenta en el PIB. De hecho, el PIB podría crecer muchísimo en tanto en cuanto se incrementa la pobreza en el país. De la misma manera que el efecto composición podría llevarnos a observar un crecimiento de los salarios que, analizado por deciles, no integra a toda la población.

En resumen, el desarrollo es un término mucho más amplio que crecimiento económico, y hace referencia al crecimiento del PIB, pero con un incremento proporcional del nivel de vida y la calidad de vida en el territorio para una gran mayoría de la población. En este caso, sí hablaríamos de desarrollo económico, pues se complementa el crecimiento con esa mejora del bienestar.