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Emisión de valores

Una emisión de valores se refiere al proceso mediante el cual una entidad, como una empresa, gobierno o institución financiera, crea y pone a disposición en el mercado nuevos valores financieros para ser adquiridos por inversores.

La emisión de valores es un concepto muy amplio en el mundo financiero y bursátil, el cual resulta de gran interés para las empresas, ya que se convierte en un medio esencial para conseguir financiación. Cuando hablamos de emisión de valores, nos referimos al acto mediante el cual una entidad, que puede ser pública o privada, crea y vende instrumentos financieros con el propósito de recaudar capital.

Al adentrarnos en este concepto, es interesante conocer que los valores que se emiten pueden ser de distintos tipos, como acciones, bonos, obligaciones, entre otros. Cada uno de estos instrumentos tiene sus particularidades. Las acciones, por ejemplo, representan una parte del capital social de la empresa y otorgan a quien las posee la condición de accionista, mientras que los bonos y obligaciones son una especie de préstamo que la empresa toma de los inversores, comprometiéndose a devolverlo con un interés en un plazo establecido.

La emisión de valores es un proceso que, en la mayoría de los casos, requiere de la participación de intermediarios financieros, tales como bancos o sociedades de valores, que facilitan la colocación de los mismos en el mercado. Además, es importante señalar que este proceso está regulado por leyes y normativas que varían dependiendo de cada país, pero que en general buscan proteger los intereses de los inversores.

Una de las curiosidades de la emisión de valores es que, al contrario de lo que algunos podrían pensar, no siempre es un camino de rosas para las empresas. Este proceso puede suponer un coste significativo, tanto en términos financieros como de tiempo, por lo que las entidades deben evaluar cuidadosamente si la emisión de valores es la mejor opción para obtener financiación.

Por otra parte, la emisión de valores tiene un impacto más allá de la empresa emisora. A nivel macroeconómico, contribuye al desarrollo del mercado de capitales y puede ser un indicador del nivel de confianza que tienen los inversores en la economía de un país. Al fin y al cabo, cuando los inversores compran valores emitidos por una empresa, están depositando su confianza en la capacidad de esa empresa para generar beneficios y, por tanto, en el entorno económico en el que opera.

¿Quién puede emitir valores?


Los valores pueden ser emitidos tanto por entidades públicas como privadas, siempre y cuando cumplan con una serie de requisitos y procedimientos establecidos por la normativa legal y financiera correspondiente.

  • Las empresas privadas: Son las más comunes en la emisión de valores, especialmente cuando hablamos de acciones. Cuando una empresa necesita financiación para crecer, expandirse, lanzar nuevos productos o simplemente para mejorar su flujo de efectivo, puede optar por emitir acciones y venderlas a los inversores. De esta manera, la empresa recibe el dinero que necesita y, a cambio, ofrece a los inversores una participación en su capital y, por ende, en sus beneficios futuros.
  • Los gobiernos: Tanto los gobiernos centrales como los locales también pueden emitir valores, aunque en este caso hablamos principalmente de bonos. Estos bonos son adquiridos por inversores a cambio de un interés que el gobierno se compromete a pagar. La emisión de bonos es una forma muy común de financiación pública que permite a los gobiernos financiar proyectos de infraestructura, políticas sociales y otros gastos que requieren de una gran cantidad de capital.
  • Organizaciones supranacionales: Estas son entidades que se encuentran por encima del nivel de los gobiernos nacionales, como por ejemplo, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional. Estas organizaciones también pueden emitir valores para financiar sus operaciones o programas de ayuda.

En todos los casos, la emisión de valores se realiza siempre siguiendo una serie de regulaciones y controles para garantizar la transparencia del proceso y proteger a los inversores. En España, por ejemplo, la emisión de valores está supervisada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Requisitos para hacer una emisión de valores


Para que una entidad pueda emitir valores, ya sea una empresa privada, un gobierno o una organización supranacional, necesita cumplir con varios requisitos que se establecen para proteger los intereses de los posibles inversores y asegurar la transparencia del mercado. Los detalles específicos pueden variar dependiendo de la jurisdicción y del tipo de valor que se emita, pero en términos generales, los siguientes son algunos de los requisitos más comunes:

  • Viabilidad financiera: La entidad que quiere emitir los valores debe demostrar que tiene una situación financiera sólida y es capaz de cumplir con sus obligaciones. Esto se analiza a través de sus estados financieros, los cuales deben ser auditados por una firma de contabilidad independiente.
  • Transparencia: La entidad debe proporcionar información completa y precisa sobre su situación financiera y sus planes de negocio. Esto incluye detalles sobre cómo se utilizarán los fondos obtenidos de la emisión de valores. Esta información se recoge generalmente en un documento llamado "prospecto", que es revisado por el regulador del mercado de valores.
  • Cumplimiento normativo: La entidad debe cumplir con todas las leyes y regulaciones pertinentes, incluyendo aquellas relacionadas con el mercado de valores y con las normas de buen gobierno corporativo.
  • Aprobación regulatoria: Antes de que la emisión de valores pueda proceder, debe ser aprobada por el regulador del mercado de valores. En España, este organismo es la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que revisa el prospecto y asegura que la entidad cumple con todos los requisitos legales y normativos.

La emisión de valores es un proceso complejo y excesivamente regulado. Por todo ello, las entidades que deseen emitir valores deben buscar asesoramiento experto para asegurarse de que cumplen con todas esas obligaciones legales y normativas.

¿Quién puede comprar los valores en una emisión de valores?


La compra de valores en una emisión puede ser realizada por cualquier tipo de inversor, siempre y cuando se cumplan los requisitos que se hayan establecido para dicha emisión. 

En general, se pueden diferenciar dos tipos de compradores: inversores institucionales y particulares.

  • Inversores institucionales: Son entidades como los bancos, las compañías de seguros, los fondos de pensiones y los fondos de inversión. Por su gran volumen de inversión, suelen tener un acceso privilegiado a las emisiones de valores, particularmente en lo que se conoce como la colocación privada.
  • Inversores particulares: Son personas físicas que compran valores con sus propios recursos financieros. Pueden participar en la emisión de valores de varias maneras. Por ejemplo, pueden comprar valores directamente en una oferta pública inicial (IPO), o pueden comprarlos en el mercado secundario después de la emisión.

Es importante mencionar que, dependiendo del tipo de emisión y de la entidad emisora, puede haber restricciones en cuanto a quién puede comprar los valores.

Por ejemplo, algunas emisiones pueden estar restringidas solo a inversores acreditados, que son inversores con un alto nivel de riqueza o experiencia en inversiones. En otros casos, pueden existir restricciones geográficas, por ejemplo, los valores pueden estar disponibles solo para inversores de ciertos países.

Todo esto se detalla en el folleto de emisión, que es un documento que proporciona información detallada sobre la emisión y sus condiciones.

Ejemplo de emisión de valores


Para ilustrar el concepto de emisión de valores, podemos recurrir a un ejemplo reconocido en la historia reciente: la oferta pública inicial (IPO) de Facebook en 2012.

Facebook, como muchas otras empresas de tecnología, comenzó como una empresa privada. Durante sus primeros años de vida, la empresa recaudó dinero a través de inversiones de capital de riesgo y otros inversores privados. Sin embargo, llegó un momento en que la empresa decidió que necesitaba más capital para continuar creciendo, además de dar la oportunidad a sus inversores iniciales de obtener rendimientos de su inversión. La solución a ambas necesidades fue realizar una oferta pública inicial de acciones, es decir, emitir valores en el mercado bursátil.

Para llevar a cabo la IPO, Facebook tuvo que pasar por un proceso complicado y regulado. Primero, tuvo que preparar un prospecto detallado que explicaba la empresa, su modelo de negocio y sus finanzas. Este prospecto fue revisado por la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), que es el organismo regulador que supervisa este tipo de operaciones en ese país.

Una vez que la SEC aprobó el prospecto, Facebook y sus banqueros de inversión organizaron una "gira de presentación" para atraer a potenciales inversores. Finalmente, el 18 de mayo de 2012, Facebook comenzó a cotizar en la bolsa NASDAQ. Ese día, cualquier inversor, ya sea institucional o particular, tuvo la oportunidad de comprar acciones de Facebook.

La IPO de Facebook recaudó 16.000 millones de dólares y valoró a la empresa en 104.000 millones de dólares, convirtiéndose en una de las mayores IPO de la historia. 
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Emisión de valores, Francisco Coll, 10 de julio del '23, Rankia.com
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