Las cotizaciones no solo son autoafines, sino que también tienen ciertos aspectos de autosimilitud. Las principales autosimilitudes son multihomotecias con ciertas dosis de probabilidad. Existen bastantes lugares muy distintos desde los que nacen tales homotecias probables. Matemáticamente, con conjuntos borrosos y con números borrosos se pueden explicar todos los procesos expansivos o de dilatación que proporcionan objetivos futuros de precio y lugares de timing muy probables.