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Renta Fija: quien te ha visto y quién te ve

Los mercados financieros todavía están digiriendo las consecuencias económicas y políticas  de la decisión del Reino Unido de salir de la Unión Europea. El cambio de las expectativas post-Brexit en la política monetaria de Estados Unidos ha sido particularmente significativo. Si se compara la probabilidad de una subida de tipos en septiembre y diciembre a principios del año con las expectativas actuales se observa cómo ha afectado el resultado del referéndum a las expectativas de los inversores. Parece que a menos que haya un cambio sorprendente en el crecimiento del empleo, la inflación y/o el gasto de las empresas, la mayoría de los participantes del mercado  es complicado que haya otra subida de tipos este año aunque el último comunicado de la FED haya endurecido el discurso y se pueda vislumbrar al menos una subida en lo que queda de año. El Brexit ha conseguido que se vuelva a hablar de nuevas medidas por parte de los bancos centrales y esto ha provocado que en los últimos días se haya visto como el número de bonos con tires por debajo del 0% se haya incrementado significativamente.

La búsqueda de rentabilidad se está convirtiendo en una tarea cada vez más difícil para los inversores. Los bonos con rentabilidades del 3%-4% o superiores son cosa del pasado. El lento crecimiento mundial, los tipos de interés negativos, la relajación cuantitativa y la huida hacia la calidad ante los elevados riesgos presentes a escala mundial siguen presionando a la baja las rentabilidades. En este escenario, los inversores que deseen obtener una mayor rentabilidad deben asumir más riesgo, aumentando su apalancamiento o invirtiendo en clases de activos de mayor riesgo, lo cual, a su vez, se traducirá en un alza de las valoraciones de dichos activos. Es posible que la rentabilidad del mercado en el futuro sea inferior a la registrada en el pasado reciente, lo cual invita a adoptar un enfoque de inversión más activo. En renta fija esto es más que evidente, teniendo en cuenta las tires a las que cotizan muchos segmentos.

El entorno actual de tipos de interés negativos es una anomalía histórica. Cada vez un porcentaje más relevante de las emisiones de deuda pública y privada se emite con tipos negativos, algo que es ciertamente preocupante y tiene dos consecuencias inmediatas: hace que la bolsa sea más interesante que la renta fija para preservar el patrimonio a largo plazo y distorsiona la toma de decisiones de todos los agentes económicos, forzando a todos a pagar más por los activos. Un ejemplo claro es el bund alemán a 10 años que está actualmente ofrece una rentabilidad negativa del -0,19%. Esto quiere decir que si le prestamos 1.000 euros al gobierno alemán por un periodo de 10 años, recuperaremos menos de 1.000 euros, Teniendo en cuenta que la inflación esperada de los próximos 10 años es de un 2-3% anual, la pérdida de poder adquisitivo si invertimos en este tipo de emisiones es muy importante desafiando en toda regla a la lógica financiera.

El endeudamiento de los gobiernos occidentales en general es muy elevado y ciertamente preocupante, por lo que a largo plazo la mejor forma de preservar el patrimonio es tenerlo invertido en activos reales, ante el riesgo de que una parte de esa deuda no se devuelva. Las empresas, por el contrario, sí que son capaces de defenderse de la inflación y pueden subir precios o cambiar sus modelos de negocio ante el ataque de la competencia. Por tanto, estar invertido en acciones a través de un fondo de inversión o directamente comprando acciones en mercado, es la mejor defensa ante el incierto futuro que siempre acompaña al inversor. En un entorno con una proyección de los tipos de interés  como el actual los inversores tendrán que comprar valores de renta variable tarde o temprano.

Para aquellos inversores que buscan rentas, esta situación plantea un importante desafío, ya que las clases de activos tradicionales rentan muy poco o bien presentan unos niveles de riesgo desproporcionadamente altos. Los inversores orientados a las rentas tendrán que replantearse su respuesta ante los rendimientos en mínimos históricos y evolucionar hacia una nueva estrategia para poder conseguir rentas sostenibles. Sin embargo, existen enfoques multiactivos eficaces que pueden brindar tres importantes formas de lidiar con esta situación: 1) identificar oportunidades menos masificadas a través de clases de activos alternativas; 2) analizar áreas muy concretas de las clases de activos tradicionales, como los bonos de países emergentes en moneda local; y 3) explotar la gestión activa para reducir el riesgo.

En uno de nuestros anteriores post hablábamos de dejar el rol de meros ahorradores para convertirnos en inversores. En el entorno actual os hemos dado algunas alternativas muy interesantes para que la yield de vuestra cartera pueda ser sostenible a lo largo del tiempo.

 

Javier Flórez

 

@FlorezJav

Las opiniones, consejos, ideas, etc que leas en este blog, son sólo opiniones. En concreto las opiniones personales de Javier y de Tomás, no las de ninguna entidad.

Ningún post de este blog tiene en cuenta tus circunstancias personales y nada en este blog puede ni debe considerarse como asesoramiento de ningún tipo.Tampoco deberías considerarlo como una oferta o invitación de compra o de venta de ningún instrumento financiero. Invertir en los mercados no es un juego. Cada día se gana y se pierde mucho dinero y son tantos los factores que pueden influir las valoraciones que es imposible predecir sus movimientos con seguridad.

Podríamos tener exposición ya sea personal o a través de alguno de los productos que gestionamos en las entidades para las que trabajamos, en alguno de los activos que comentamos en el blog.

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