¿Sabéis ese tipo de merodeador que no hace otra cosa que dar la lata y tocar los huevos, sin acabar nunca de comprar tu producto? Sí, me refiero a esas moscas cojoneras cuya intención nunca ha sido comprarte, sino que revolotean a tu alrededor con el único fin sacarte el máximo de información.
A ver, amigos, que llevo desde el 2009 publicando este blog en Rankia y ya me han intentado atracar de mil formas diferentes. Hasta el 2014 tenía tiempo de sobra y aquí en el blog y por correo electrónico regalaba a espuertas la información y mi tiempo.
Luego mi tiempo comenzó a escasear y desarrollé mi web Subastanomics para ofrecer allí mis consultorías especializadas sobre subastas e inversión inmobiliaria. Desde entonces cobro por mi tiempo y solo lo ofrezco a quien está dispuesto a pagar por él.
En 2017 lancé Triunfa Con Las Subastas, el curso online con el que me hubiera gustado a mi aprender este negocio. Desde entonces procuro dejar para mis alumnos las mejores explicaciones y estrategias sobre el negocio de las subastas y en el blog me limito a hablar en términos generales sobre mis experiencias o las de otros.
Hoy voy a hablar sobre lo que le ha pasado estos días a una mosca cojonera de marca mayor llamada Adolfo. Y ojo, porque hace unas semanas le ocurrió algo muy parecido a un lector que tuvo el detalle de escribirme para contármelo y que contrato una de mis consultorías para ver si le podía ayudar.
Adolfo estuvo en septiembre mareando la perdiz sobre si matricularse o no en Triunfa Con Las Subastas. Tengo por ahí un hilo de tropecientos correos haciendo preguntas sobre el particular y, sobre todo, insistiendo mucho en que quería tener una conversación privada conmigo. Se conoce que el pobre no sabía lo que opino de las llamadas telefónicas.
Unos días después ya dejó de simular que estaba interesado en el curso de subastas y se destapó confesando que estaba muy interesado en la subasta de una mitad indivisa sobre la que solicitaba mi opinión. Naturalmente me guardé mi opinión y le envié a contratar una de mis consultorías de Subastanomics. Algo que, por supuesto no hizo. Se disculpó diciendo que buscaría en el blog la respuesta a sus interrogantes.
Hasta esta mañana, en que me ha escrito lo siguiente:
Hola tristán, ¿te acuerdas de mi? Soy Adolfo, que estuve hace unos días dudando si entrar en tu curso. Compré la subasta de la que te hablé, una mitad indivisa cuyo ejecutante era también propietario de la otra mitad. Pues resulta que en la subasta pude comprar barato porque yo creo que no participó nadie más, pero cuando ya me creía el rey del mambo resulta que el acreedor me ha demandado para ejercer el derecho de retracto contra mi adjudicación. ¿Puede hacerlo y quitarme la mitad indivisa que compré en su subasta? Mi abogado me dice que no tiene derecho porque siempre podría haber pujado en la subasta y que si no lo hizo ahora no puede hacer el retracto.
En fin, esto es lo que hay.
Sí, reconozco que soy un cabrito porque cuando me preguntó por la subasta a principios de octubre yo podría haberle dicho que ni de coña debía participar porque es obvio que, cuando es uno de los copropietarios quien saca a subasta la parte del otro, al demandante no le interesa pujar en la subasta porque su mejor estrategia es (o debe ser) que cualquier postor se la adjudique cuanto más barata mejor, dado que luego él, dada su condición de copropietario, podrá ejercer el derecho de adquisición preferente por menos dinero que si hubiera pujado en la subasta.
No se lo dije, simplemente porque yo no ando por ahí metiendo mis narices en los asuntos de terceros ni regalando mis consejos. Y mucho menos a un merodeador tocahuevos.
Esta es una situación que hemos comentado varias veces en Triunfa Con Las Subastas. Esta misma semana ha salido a relucir en dos situaciones diferentes pero que al final vienen a ser muy parecidas.
Por otro lado añadir que su abogado ha debido obtener su título en una verbena, porque el copropietario tiene ganada de antemano esa demanda de retracto, siempre que la haya presentado dentro del plazo que hay para ello. Un asunto, éste del plazo en estas demandas, que también tiene sus más y sus menos. Porque en este negocio de las subastas todo tiene una estrategia más adecuada que otras y conviene disponer siempre del mejor consejo.
Desde luego que hay que estar muy en el ajo para imaginarte que el demandante va a aprovechar su posición de copropietario para no pujar y luego llevarse el botín por la puerta de atrás. Pero si se piensa un poco esa es la mejor estrategia que puede seguir para comprar barato.
Yo mismo lo he hecho y también se lo he aconsejado a algunos clientes en la misma situación.
Y por lo mismo, a los alumnos de Triunfa Con Las Subastas que me lo preguntan les recomiendo siempre no asistir nunca a estas subastas porque son una pérdida de tiempo. Si compran caro se quedarán lo comprado. Pero si compran barato el acreedor les birlará con guante blanco lo comprado. Y en este último caso, además del disgusto porque les birlen la adjudicación, se llevarán de propina el disgusto de lo que tarden en recuperar su dinero. Si el copropietario es listo y tiene poca liquidez, seguro que va a preferir llevar el trámite por el juzgado porque así no tendrá que aflojar la pasta hasta dentro de unos doce meses como mínimo.
Adolfo, matricúlate en mi curso, que vas a aprender latín.
Adolfo, matricúlate en mi curso, que vas a aprender latín.