Hoy la cosa va de algunos correos que recibo cada día.
Correos en los que me piden cosas como ésta:
Buenos días, Sr. José Luis Cava. Me pongo en contacto con usted porque es mucha la admiración que siento por su trabajo, siguiéndole desde hace años en sus intervenciones en Radio Intereconomía y leyendo ávidamente su blog y también alguno de sus libros. Es decir, que soy fan suyo desde hace años.
Y el caso es que ahora quisiera robarle algo de su tiempo de vacaciones para que me aconsejara acerca de un dinero que tengo atrapado en Endesa. ¿Usted cree que va a seguir bajando? Entré a 28,30 euros y ya es mucho lo que llevo perdido.
Se que su tiempo es oro, por lo que aparte de esto de Endesa no le pregunto nada más, aunque entenderé que no me pueda responder.
Saludos, Tristán
Este es el tipo de correos que más recibo a lo largo de un día normal.
O este otro:
Buenos días, Daniel Lacalle. Lo primero es transmitirte la admiración que siento por ti y decirte que no me pierdo ninguna de tus intervenciones por televisión y que leo con avidez todos tus artículos en Cotizalia. El motivo por el que ahora te contacto es porque tras haber pasado muchos años trabajando como un galeote resulta que ahora me encuentro con unos ahorros más que aceptables y como se que has sido un gestor exitoso de hedge funds no conozco a nadie más preparado a quien preguntar que a ti. Quisiera que me dijeras dónde podría invertir ese dinero de forma que me garantizara tranquilidad y buenos rendimientos durante los próximos diez años, que son los que faltan para mi jubilación. Qué mercados, qué sectores y en qué divisas tengo más garantizada la tranquilidad.
No hace falta que me respondas inmediatamente, casi prefiero que te tomes tu tiempo, para estar seguros de que lo hacemos realmente bien.
Además, por si prefieres que lo hablemos por teléfono te dejo el mío: 608 439 767
Saludos, Tristán
O este, ya para terminar con los ejemplos:
Hola Don Antonio Garrigues Walker. Me he metido en un problema judicial y no se como salir de él. Me siento indefenso y atrapado y lo cierto es que algunos conocidos me han comentado que usted es una de las personas que más saben de derecho en este país motivo por el que me he atrevido a contactar directamente con usted.
Y ya paso a detallarle lo que me ocurre: Resulta que con un dinero que tenía ahorrado y otro poco que me prestaron unos familiares cometí la torpeza de asistir a una subasta, con la mala pata de hacerlo en uno de los peores juzgados del mundo (según posteriormente me he enterado que opina un conocido subastero madrileño). Se trata del juzgado nº31 de los de Madrid. Por lo visto se había personado una persona diciendo que era inquilino de renta antigua de la casa subastada, pero como ese juzgado no permite ver los expedientes judiciales no tuve la oportunidad de enterarme y ahora resulta que soy el triste adjudicatario de esa propiedad.
Lo que le pido a usted es que me aclare un poco la problemática de las subastas con inquilino, ¿el adjudicatario le puede echar al arrendatario o tiene que respetar el contrato?, ¿eso es así hasta que el inquilino quiera o hay unos plazos?, ¿al menos le podré subir la renta?, ¿es cierto que los que vivan con el inquilino tienen derecho a subrogarse en el arrendamiento?, ¿en qué casos se le puede echar al inquilino y en cuáles hay que aceptarlo?, ¿cómo tendré que declararlo a Hacienda?, ¿si no me paga la renta le podré echar?, diferentes supuestos de arrendamientos, problemática en general y casos particulares.
Le agradecerá mucho que me dedique una pequeña parte de su tiempo para responder a estas pocas cuestiones, pero lo mejor sería que pudiéramos vernos y así me diera la oportunidad de explicarle más detalladamente algunos aspectos concretos que serían demasiado prolijos de relatar por escrito.
Muchas gracias, Tristán
¿Qué os parece, queridos lectores?
De estos correos he recibido más de cien solo en agosto.
Ojo, que no me estoy comparando profesionalmente con estos tres monstruos, aunque sí, seguramente tengamos en común que los cuatro sufrimos el mismo tipo correos de gente que cree que por publicar blogs o libros o por salir en televisión y por ser o parecer muy guays probablemente no nos importe dedicar el resto de nuestro tiempo a solucionarles sus problemas porque no tenemos nada mejor que hacer.
Y el caso es que de pequeño recibí una estupenda educación y entiendo que hay que responder a todos los lectores que contactan conmigo, aunque sea para decirles con amables palabras que YA NO DISPONGO DE TIEMPO PARA RESPONDER A CONSULTAS PARTICULARES POR CORREO y que hace tiempo que decidí DEJAR DE INVOLUCRARME EN LOS ASUNTOS DE TERCEROS PARA HACERLO EXCLUSIVAMENTE EN MI PROPIOS PROYECTOS Y EN LOS PROYECTOS O PROBLEMAS DE AQUELLOS QUE CONTRATAN ALGUNA DE LAS CONSULTORÍAS QUE OFREZCO EN SUBASTANOMICS, por ejemplo ésta en la que en una videoconferencia sin límite de tiempo les explico cómo solucionaría yo ese problema que tienen o qué hay que investigar en esa determinada subasta o cómo llevar a cabo esa inversión en la que están interesados.
Creo que fue Rosetta Forner la autora de la frase que he decidido imprimir y colocar en un lugar privilegiado de mi despacho.
No tengas a nadie en tu cabeza sin pagar un alquiler
A esta señora habría que darle el Nobel solo por esta increíble y magnífica frase.
La mejor declaración de independencia que se haya escrito jamás.
Es muy difícil imaginar el desgaste de involucrarse en problemas de terceras personas. Primero hay que leer muy atentamente el texto para comprender exactamente la naturaleza del problema sobre el que te piden ayuda. Dependiendo de cómo esté redactado el correo a veces hay que saber hasta chino para poder comprender lo que verdaderamente te están queriendo explicar. Y luego, hay que poner el cerebro en funcionamiento para dar con la solución idónea.
No es nada fácil y hasta el problema más sencillo conlleva un desgaste intelectual.
Por eso, la frase de Rosetta da en el clavo. Desgaste intelectual sí, pero solo a cambio de tu dinero.
Y si alguien no quiere gastar dinero en encontrar una solución será porque el problema no es, al fin y al cabo tan importante.
O que es un gorrón.
¿Y a cuento de qué escribo ahora sobre esto?
Pues todo esto viene a cuento de que durante este verano he sido torturado por un pesado que me decía que quería participar en una subasta a principios de septiembre y que para decidirse solo quería que yo viera la certificación de cargas y le diera el visto bueno. No importa que yo le dijera que estaba de vacaciones y que se fuera a darle la matraca a su madre, él me insistía en que solo confiaba en mi, en que era mi más fiel lector, casi un grupi de mi blog, etc.
El caso es que ayer, recién llegado del paraíso Asturiano y recién bajado de mi coche climatizado, al bajar del mismo casi me da un soponcio por el golpe de calor y luego, tras organizarme y deshacer el equipaje, cuando encendí el Mac y vi la bandeja de entrada de mi correo, casi me da el segundo soponcio y finalmente, tras localizar la mierda de la certificación de este descarado gorrón decidí echarla un vistazo y así quitárme de encima a esa mosca cojonera.
El caso es que no hay nota simple, por embrollada que esté, que me cueste más de diez minutos desentrañarla y hacer un resumen de la misma. Así que ésta la leí en diagonal, con prisas y con muy mala leche e inmediatamente le envié al notorio jeta mi visto bueno y adiós muy buenas.
Y al cabo de media hora me respondió el tipo echándome en cara no haberme fijado en que el demandado en el procedimiento no coincidía con el nombre del propietario y que tampoco coincidía el número de procedimiento de la carga que se ejecutaba con el de autos que figuraba en el edicto.
O sea, un marrón.
Vaya chasco.
Imperdonable.
En mi favor solo puedo alegar que cuando cobro por mi trabajo no cometo errores porque pongo los cinco sentidos y el cien por cien de mi atención.
Y ésta, queridos lectores, ha sido la gota que ha colmado el vaso.
A partir de ahora las consultas particulares tendrán que proceder de las consultorías de Subastanomics. Y sin cobrar no hay asesoramiento.
Y también responderé las consultas que hagáis en el Consultorio de Rankia y que no excedan de lo usual y apropiado. Ídem en Facebook, quien quiera hacer consultas sencillas en Facebook que se haga fan de la página y que las haga, que serán respondidas a la mayor brevedad.
Para el resto de consultas haré mutis.
Pero ojo, que estas limitaciones no os incluyen a los amigos de siempre, los que me habéis acompañado y enriquecido el blog con vuestros impagables comentarios y a los que considero casi coautores del mismo.
Os considero mis amigos y mi casa siempre estará abierta para vosotros. No os cortéis en escribir y en preguntar porque nada de lo que aquí he escrito hoy tiene que ver con vosotros.
O sea, que bien, que hoy comienza una nueva temporada de subastas y que a lo largo de la misma tendré ocasión de sorprenderos a todos con algunas novedades que os dejaran con la boca abierta.
Y a los jueces y secretarios judiciales os digo que, tras haber pasado más de un mes zampando de lo lindo en el paraíso asturiano, ahora comienzan mis juegos del hambre, así que cuidado conmigo que voy a estar de un humor de perros.