Hace unos meses me preguntaba cuando íbamos a cambiar el nombre de “la gran depresión” por el nombre de “la gran depresión”, y parece que por fin tenemos un arranque. Uno de los que por fin acaba de reconocer lo evidente, que no es otra cosa que España está en una depresión y que por tanto no importa si estamos en recesión o no es Krugman.
Si ayer comentaba que la Unión Europea sigue haciendo exactamente lo mismo que ha originado la crisis; debemos entender que en el caso de los Estados Unidos y en particular la reserva federal sigue exactamente igual en un esquema que ya empieza a ser esquizofrénico.
Siempre hubo una frase de Einstein que me ha encantado: “sólo hay dos cosas infinitas; la estupidez y el universo; aunque del segundo no estoy seguro”. Es curioso que una frase histórica se adecue como un guante a lo que se espera, se pide o a lo que los bancos centrales pueden ofrecer.
Un aspecto curioso es que cuando hablamos de la deuda pública, todo el mundo usa la terminología de la rentabilidad. De hecho todo el mundo sabe que cuando sube la rentabilidad de la deuda pública, esto significa que el país que estemos mirando está en una situación cada vez peor.
En general todo el mundo es consciente de que existe un proceso de creación de dinero. Esta idea nos ha llevado a dividir el dinero en dos clases. Por un lado “dinero inyectado” y por otro lado “dinero creado.
Si nos damos cuenta, a pesar del clamor para que Trichet baje tipos, ahora mismo lo que nos vende todo el mundo es que no se van a bajar los tipos, pero a su vez, tenemos anunciadas las inyecciones ilimitadas de dólares.
Si la tercera amenaza que he puesto estos días para activar la suspensión de pagos era tan real que el 15 de septiembre de 2011, los bancos centrales de todo el mundo han tratado de actuar de forma coordinada para tratar de frenar los efectos de esta amenaza, me quedan dos puntos a tratar; ¿se ha paralizado la amenaza?, ¿y el resto de amenazas?
Hoy han aparecido unas cuantas noticias curiosas, que por cierto parece que no le han sentado nada mal a los mercados financieros. Por supuesto, estoy seguro que habrá cuatrocientos mil analistas que explicarán con todo lujo de detalles lo que ha pasado y que por supuesto tirarán del vocablo “todo lo sirve, para nada vale” de la confianza.
Ayer, trataba de explicar en un post que a pesar de todos los informes, declaraciones y por supuesto de las ruedas de prensa del BCE, las entidades financieras esperan una rebaja de tipos de interés, especialmente intensa a partir del mes de agosto.
A lo largo de todo el fin de semana se ha especulado con el resultado de las distintas reuniones que todos los organismos han ido celebrando, pero desde el primer momento quedaba más o menos claro, que el marrón le quedaba a Trichet y su teleconferencia del domingo por la tarde.
A lo largo del día de hoy, han surgido unas cuantas noticias, a cuenta de las negociaciones para el supuesto rescate de Grecia. En este fregado, han sonado con fuerza los eurobonos, ha sonado la contribución privada, e incluso se han aventurado con un plan Marshall del que nada se sabe.
El Banco Central Europeo ha decidido hoy subir los tipos de interés hasta el 1,25%; en una reunión en la que ha dejado caer que en las proyecciones del Banco Central Europeo están nuevas subidas de tipos en lo que queda de año.
Me aburre un poco ya hablar del tema Banco Central Europeo, pero a la vez me molesta mucho seguir mes tras mes, tratando de que llegue el santo momento en que el Banco Central Europeo pierda el poder de decisión que tiene.
Escribo este post el martes 7 de junio de 2011. El euro camina y ha tocado el nivel de 1,47 €. Los índices norteamericanos vuelven a caer, (aunque por la mínima), mientras en Europa resulta que toda Europa ha subido después de varios días de fuertes caídas que han sido muy superiores en los países periféricos, (donde hoy las subidas han sido mucho menores).
Trichet ha sorprendido aplazando nuevamente las subidas de tipos, suavizando su discurso sobre la inflación, lo que en roman paladino, significa que el BCE ha claudicado ante las circunstancias. Pues lo que ha ocurrido es que los precios de los commodities se han derrumbado de forma espectacular. (mientras escribo el petróleo cae más de un 10%).