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El viernes 20 de marzo a las 11:48 entra el año nuevo universal y coincide con el vencimiento de futuros llamado la triple hora bruja. Deseo a todos los lectores de este blog un próspero año nuevo, aunque desgraciadamente, mi deseo no se cumplirá para todos los que siguen teniendo posiciones contra la tendencia primaria.

Para los que quieran calcular cuando empieza cada año y el resto de las estaciones, dejo aquí un programa que realiza el cálculo de cada año. Como siempre, Tino ha tenido la gentileza de pasarlo a un formato que funciona con Windows.

CA.exe

Para felicitar el año nuevo os copio un cuento:



El reino envenenado



Viniere el malo con su trono al hombro
y viniere el bueno a ayudar al malo a andar

Mario Benedetti.

Érase una vez unos habitantes, una ciudad y un reino muy lejos de aquí y que, como veréis, se parecían muy poco a nosotros. Vivían al principio en paz, rodeados de cosas sencillas como el sol, los niños y los pájaros. Y las plantas, las buenas, baratas y sencillas plantas, que en gran variedad había puesto Dios en aquella tierra, y que los ancianos del lugar usaban para hacer tizones medicinales, plantas cuyos secretos pasaban las abuelas de generación en generación.

Cuando se necesitaba alguna planta, alguna abuela sabia salía a la montaña y volvía con un buen puñado de ellas, justo las que necesitaban para cada caso. Pero eso sólo ocurría de tarde en tarde, en los raros casos en que alguien se ponía enfermo, por lo común viejos a los que ya se iba aproximando su hora de partir de este mundo. Así es que había muchos ciudadanos saludables y había pocos médicos, científicos y farmacéuticos en esa ciudad: había en realidad sólo tres; porque, en realidad... no se necesitaban más.

Pero un día triste de un año maléfico llegó a la ciudad un hombre malo, y se quedó en el mejor hotel, maquinando cómo hacerse rico con tan confiados e ingenuos ciudadanos. Se llamaba Manson y era en realidad un timador y un gánster desaprensivo que había tenido que huir de otro reino por una gran estafa que él hizo. Aunque, como suele ocurrir con todos los gansters, vestía con mucho empaque y parecía una persona muy honorable y digna de crédito. Todos le cedían el paso cuando él entraba en los lugares importantes de la ciudad.

Manson tenía el corazón negro y se rodeó, por la ley de la semejanza, de un pequeño círculo de hombres con el corazón asimismo negro, y empezó a maquinar cómo timar a gran escala, sin que esta vez tuviera que huir ni le quisieran llevar ante la justicia.

Pronto urdió un timo perfecto que, como sería a gran escala, sería muy poco detectable. Decidió vender a los ciudadanos de ese reino simultáneamente venenos y contravenenos para de esta forma hacerse muy rico.

Así es que, ayudado de su íntimo círculo de secuaces, pasaron a la primera fase del proyecto. Pusieron a la venta un veneno en bajas dosis para aguas y alimentos, veneno al que sin embargo llamaron «Aditivo Colorante Conservante» pues daba color y sabor atractivo a los manjares e impedía que aguas y alimentos se llenasen de algas y microbios (incluso a temperatura ambiente) o, como ellos dijeron en su publicidad, impedía que las aguas se «pudriesen». Como los efectos de esos venenos eran a largo plazo, sólo los previnieron algunos biólogos expertos, que fueron convenientemente sobornados (y en algún caso eliminados).

En vista de que nadie señalaba inconvenientes importantes y en vista de las indudables ventajas, muchos hombres buenos acogieron y financiaron a ese hombre de corazón malo, que fundó una gran empresa que llamó «Aditivos Co.» que creció un 500% durante muchos años, e hizo muy rico a Manson y a los Bancos que le ayudaron.

Pero la naturaleza no entendía de mentiras y sobornos. Así es que las células de los hígados de los habitantes de esa ciudad y de ese reino se desvitalizaban y morían... a la misma velocidad que las algas que antes enverdecían las aguas de los estanques y que las bacterias que antes fermentaban los alimentos; y los colorantes y saborizantes que tanto realzaban (y hacían vender) los manjares... envenenaban en igual proporción poco a poco los hígados y riñones de la mayor parte de los habitantes del reino.

Los sistemas inmunitarios de los habitantes de la ciudad se deprimían lentamente y los hepatocitos morían uno tras otro, vertiéndose sus contenidos necróticos en los conductos intra y extrahepáticos y en la sangre, los cuales se llenaban de extrañas proteínas, trozos de ADN y ARN dañados. No es de extrañar que, tras algunas semanas, proliferara entre toda esa materia muerta algún que otro microbio «oportunista» o «basurero», microbio que era rápidamente fotografiado e identificado por los biólogos a sueldo de Manson.

Para encubrir su oculta pero detectable mala acción, Manson y sus desaprensivos hacían decir a los «expertos» a su servicio que las extrañas proteínas y trozos de ADN y ARN dañados que aparecían en la sangre y biopsias de los afectados pertenecían en realidad a los microbios que aparecían en la mayoría de los hígados afectados. Y, presentando diapositivas de los microbios y del material genético hallado, decían con gran solemnidad que habían por fin descubierto a los verdaderos responsables de los daños hepáticos encontrados.

Y como esa mentira se decía con palabras muy serias y complicadas en revistas muy serias y complicadas... pues resulta que todos los letrados y «científicos» del reino dijeron que así era, en efecto, pues temían confesar que no habían visto nada de todo eso, y que en realidad ignoraban la base que estaba detrás de toda aquella fraseología. Y como ellos dijeron que era así, los mejores periodistas y dibujantes hicieron amplios esquemas que publicaron en las revistas más «serias» y expléndidos documentales que emitieron en la Gran Cadena Televisiva del reino. Y, como eso hicieron los periodistas, todos creyeron esa gran mentira que, paradójicamente, recibió el premio Pulitzer de ese año. Es más, hartos de ver crecer el número de enfermos y muertos que cada semana se registraban en el desolado reino, el clamor de las gentes forzaron a que la Seguridad social del envenenado reino financiase la lucha contra esos perversos microbios.

Manson fundó un gran holding diversificado de empresas que ascendió rápidamente en Bolsa. Además de «Aditivos Co.», Manson y sus desaprensivos fundaron también «Inhibitoria Farmacéutica Co.», que desarrolló potentes antimicrobianos e inhibidores de los procesos de expresión y catabolismo celular. De esta forma lograban frenar durante algunos meses (e incluso años) los alarmantes resultados que en los organismos envenenados los «test detección» iban mostrando. Cierto es que ese frenado se producía a costa de importantes efectos secundarios. Unos y otros eran puestos en el mercado... tras patentarlos, por supuesto.

Pero la pieza clave del Holding la constituía «Multimedia Co.» empresa de «publicidad y publicaciones científicas» que hizo periódicas y «muy serias» campañas «de sensibilización» en este sentido, poniendo siempre «a disposición de la prestigiosa clase médica» las «valiosas ayudas descubiertas».

Los envenenamientos de «Aditivos Co.» continuaron, y los subsiguientes daños hepaticorenales también. Convenientemente publicitados, el uso de los productos de «Inhibitoria Farmacéutica Co.» fue creciendo, y pronto pudieron hacerse estadísticas de resultados.

Como consecuencia, las revistas «científicas» se fueron llenando de sesudos trabajos (estadísticos y aleatorizados, por supuesto) que ilustraban de mil formas distintas la «alta asociación» que existía entre los microbios sospechosos y el daño hepático de los pacientes; y manifestaban bien claramente la dependencia que se producía entre el uso de los fármacos bioinhibidores y la eficaz inhibición de los molestos signos y síntomas que se producían por la destrucción de los hepatocitos y la aparición de microbios.

La mayor parte de los (ya enriquecidos y afamados) «expertos», y la cohorte de periodistas y cameramans que les seguían, no dudaron de la versión que impulsó Manson, pues había «consenso general» entre todos los «expertos» y, además, las «correlaciones» eran «muy altas y pausibles».

Como suele ocurrir en la mayor parte de los buenos timos, los timados participaron con ganas y ahínco en dejarse timar: los que participaron en la creación y mantenimiento de los aditivos, test y farmacoinhibidores, obtuvieron dos beneficios: El primer beneficio era el oropel que adquiría la pléyade de médicos y farmacéuticos en financiados «Congresos Científicos» donde la autovanidad que necesitaban alcanzaba dimensiones verdaderamente coreográficas; El segundo beneficio era los inesperados y buenos beneficios que el uso de los test y fármacos les dejaba a cada uno de ellos. Para lavar su consciencia «Multimedia Co.» les decía que además de ejercer una loable y sacrificada labor de «prevención» al usar los test de «diagnóstico precoz» en la asustada población... sólo ellos «estaban autorizados» y sabían emplear esos tests.

En todas las generaciones, desde entonces, ese «terapeuta disidente» hacía lo mismo: curaba a sus enfermos envenenados con hierbas y pócimas simples de las antiguas abuelas, y contraindicaba el uso de los productos de «Aditivos Co.» en las aguas y alimentos, desaconsejando también los potentes fármacos de «Inhibitoria Farmacéutica Co.», millonariamente patrocinados por Manson por los forajidos que le continuaron. A pesar del uso universal de «Aditivos Co.», los enfermos que atendía el terapeuta disidente dejaban pronto de empeorar y solían mejorar sorprendentemente pronto y bien, sin apenas secuelas.

Con estos terapeutas contestatarios, Manson y sus descendientes sabían muy bien lo que hacer, y siempre hacían lo mismo: el terapeuta disidente era rápidamente tildado de charlatán, desacreditado y destituido por quienes tenían mucho que perder. Debido a ello, los periodistas y colegas que antes de ser destituido lo acusaban de ser un «buscador de notoriedad», pasaban a decir en un segundo tiempo que actuaba por «resentimiento» cada vez que, con menos fuerza y más desolado en cada ocasión, seguía el disidente advirtiendo a todos del «gigantesco error»; y lo encerraban en un psiquiátrico (o lo dopaban con psicofármacos, que era más fino).

Esta es la historia de esa distante ciudad de ese remoto reino que, como veis, tan poco parecido tiene al nuestro. Ciudad y reino que perduran hasta nuestros días, y en los que durante muchos más años han continuado envenenándose mucho más hígados. Y han continuado muriendo muchos más sufridos ciudadanos. Y han continuado haciéndose ricos y famosos muchos más científicos, médicos y farmacéuticos.

Y, sobre todo, han continuado haciéndose mucho, más multimillonarios y respetados los desaprensivos gansters timadores. Cada uno de los que enfermaban y cada uno de los que morían estuvieron siempre muy agradecidos por todo los que, en su triste situación, aquellos timadores «hacían por ellos». Les dieron premios y títulos y bendijeron el día en que providencialmente llegaron a la ciudad, poco antes de que la epidemia de «microbios rompehígados» comenzase. Y en el Parlamento decidieron erigir una gran estatua de bronce en el centro de la Plaza Mayor, en memoria de Sir Manson, al que llamaron «El Gran Benefactor»; pero que, como tú ya sabes muy bien, querido lector, fue en realidad el primero y más astuto de todos los timadores, el creador de la nueva saga de los biogánsters vendedores de venenos y contravenenos.

Esta es una de las historias que la Ignorancia (¡el peor Veneno que existe!) hace a veces con algunos reinos.

Y colorín colorado, este «cuento»... aún no se ha acabado.

Publicado en la Revista Memorándum. Número 9, otoño de 1997.

Este cuento se lo dedico a los ocho millones de españoles que en estas fechas sufren en sus carnes los desagradables síntomas de las alergias. Muchos de ellos maldicen la llegada de la primavera porque creen que esta estación es la causante de sus males, cuando realmente la causa de su alergia no viene de fuera sino de dentro de su cuerpo y debido a su forma de vida.

Más de la mitad de esos ocho millones de sufridos ciudadanos se curaría totalmente y para siempre de su alergia si dejara de tomar leche (el que no se lo crea, antes de tirar la primera piedra que lo pruebe).

Un alto porcentaje del resto, también se curarían si dejaran de consumir los múltiples venenos de los que habla el cuento.

Pongo estos artículos para que los trolls puedan criticarme, ya que con mis pronósticos sobre los mercados no les doy ninguna oportunidad de hacerlo. Lo pongo en sabado para que sirva como distracción para meditar durante el fin de semana y como ejercicio de discernimiento. No todos los timadores se llaman Madoff ni usan el mismo sistema para embaucar a la gente.

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34
  1. #34
    Anonimo
    26/04/09 14:38

    Vale, yo no tengo ni la mitad del vocabulario, ni la mitad de los estudios que parecen tener todos los aqui presentes, pero una cosa si quiero decir, y es que, señor Francisco Llinares, dejando de lado si lo que usted escribe tiene solidez o no, que yo no tengo ni idea, hay algo que si sabe hacer muy bien,y es como decia mi abuelo mantener a los tontos entretenidos, y me explico porque no quiero que nadie se sienta ofendido, que no es esa mi intencion, pero tanto los que estan de acuerdo, como los que no, con usted, demuestran una cosa en comun, todos le leen,asi que por lo menos deberian de agradecerle que les mantenga entretenidos, primero en leerle, y despues en discutir.

  2. #33
    Anonimo
    18/03/09 21:40

    Lo que me parece curioso es que se tache de negativa a la Medicina porque se haya convertido en una forma de lucrarse. Es tan absurdo como tachar de peligroso un destornillador porque puede servir para matar personas.

    Por tanto, yo creo que la crítica de Francisco va dirigida al uso negativo de la ciencia, y no a la ciencia en sí misma. De lo contrario sería absurdo emplear términos propios de la ciencia para intentar desprestigiarla.

  3. #32
    Anonimo
    17/03/09 22:30

    "Comprendo que los que viven de vender venenos se sientan molestos. Los que colocaban basura tóxica también estaban avalados por los organismos reguladores y agencias de calificación.

    Desgraciadamente no hay ningún nivel de la sociedad al que no haya llegado la corrupción, pero perder la salud es más peligroso que perder dinero."

    Aplíquese el cuento!

  4. Top 100
    #31
    17/03/09 18:02

    Sobre el objetivo del suelo del mercado, ni lo he dicho ni lo diré en el futuro. Cuando cambie la tendencia primaria ya avisaré para que se cierren todos los cortos que se han abierto por las recomendaciones de este blog.

    Sobre la triple hora bruja, esta vez no creo que haya mucha manipulación, pues los precios están cercanos a la media de 20 días.

    Sobre el resto de comentarios, los creyentes de las teorías oficiales pueden jugar con su salud o su dinero cuando quieran, pero no deberían de ser tan inocentes para creer que los organismos reguladores les van a proteger de los desaprensivos que buscan enriquecerse a su costa.

    Comprendo que los que viven de vender venenos se sientan molestos. Los que colocaban basura tóxica también estaban avalados por los organismos reguladores y agencias de calificación.

    Desgraciadamente no hay ningún nivel de la sociedad al que no haya llegado la corrupción, pero perder la salud es más peligroso que perder dinero.

  5. #30
    Anonimo
    16/03/09 20:00

    MARKESITO DIJO

    Hola Francisco.

    Otro artículo estupendo. Estoy totalmente de acuerdo de que con remedios, hábitos y -por que no- aspiraciones sencillas podríamos vivir mejor. Pero la realidad es que nos han enseñado que salud, médicos y la abundante farmacopea son sinónimos, y lo que es peor, estríctamente necesarios.

    Dejo la polémica en éste punto. Cada ser humano es un mundo en lo referente a lo que le funciona y lo que quiere creer que le va bien. Yo respaldo todo aquello que viene de buena fé, luego saco mis conclusiones y obro consecuentemente.

    Tambien esta bien en variar la temática habitual del "Blog" ¿por que no?. Desde la Antigua grecia y hasta no hace tanto se intentaba enseñar a las personas ciencia y autoconocimiento. Cada uno sabra en lo que hemos avanzado. Opino que poco de la primera y menos de la segunda.

    Un saludo a todos y gracias Sr. Francisco por su espacio.

    MARKESITO.

  6. #29
    Anonimo
    16/03/09 16:52

    Prestigio... madre mia qué tropa. Como dijo aquel, manda huevos!

  7. #28
    Anonimo
    16/03/09 16:47

    Francisco Llinares me recuerda a Rhett Butler, de Lo que el viento se llevó...

  8. #27
    Anonimo
    16/03/09 15:08

    Enhorabuena por este artículo. Muy acertado en todo. Para los que no se crean lo de la leche, en mi familia varios casos. Me parece muy valiente por tu parte el dar a conocer tus ideas jugandote tu prestigio. Estoy de acuerdo contigo tanto en éste como en los demás( las vacunas, el cancer..). Y por supuesto, en bolsa, un crack.

  9. #26
    Anonimo
    16/03/09 14:47

    Francisco,
    Veo que la mayoría de lectores se refieren a la 2ª parte del artículo. Yo me decanto por la primera parte del artículo, lo del inicio del año universal y esta triple hora bruja, ya que no se producen muy a menudo. Me gustaría saber si nos puedes brindar alguna táctica, dentro de todo tu arsenal, para aprovechar esta conjuncion de los astros.

    Saludos

  10. #25
    Anonimo
    16/03/09 14:34

    Cambiemos de tema...la recesion se ha terminado!!! Nos estan avisando y las bolsas suben! Los bancos estan teniendo su mejor trimestre. Suelo de mercado señores UP UP UP. XDDD

  11. #24
    Anonimo
    16/03/09 12:55

    Comparto la opinión de Noa pero con un paso más allá, es decir esto convencido que las medicinas son el mal menor y que la esperanza de vida se ha multiplicado.

    Ahora bien, también creo o tengo el convencimiento personal que nuestro modo de visa es cuanto menos artificial en muchos sentidos, importamos costumbres que nos son extrañas y puede que perjudiciales en ocasiones, como sometemos a los alimentos a ciclos de vida y conservación igualmente antinaturales.

    Yo creo que una vida más ligada no ya a la naturaleza sino a los ciclos naturales, a comer alimentos de temporada como siempre se ha hecho cuando era más barato matar al ternero de casa que traerlo de Brasil, en resumen quitar un poco de artifcialidad en todo lo que nos rodea.

    A mí el marisco no es que me llame la atención, pero algunos no me desagradaban, he tenido que dejar de comerlos hace unos añitos, alergia ¿al marisco? pues no, a alguno de los conservantes que a veces usan, no se cual, pero en ciertas ocasiones uno se toma unas gambitas y como una rosa y en otras te pones a moorir, conclusión necesaria, no se puede asumir el riesgo y presicindes de ese alimento, motivo, elementos artificiales del mismo, no el alimento en sí.

    Además creo que esto de acercarse más a la naturaleza no porque nos vayamos todos a la montaña como Heidi sino porque nuestra vida este más acorde a nuestro entorno y sus ciclos, contribuiría también a equilibrar la balanza comercial generando una mayor actividad laboral en nuestro entorno, que es otra de las insostenibilidades que yo le veo al sistema, a mí no me parece normal que sea más barato traer una manzana de Chile que traerla de Asturias.

    Lo resumiria todo en una palabra, equilibrio.

  12. #23
    Anonimo
    16/03/09 11:18

    El problema en el consumo de leche de vaca no es tanto la intolerancia a la lactosa (si no hay suficiente enzima lactasa que la digiera en el intestino delgado, la lactosa se degrada en el intestino grueso por la flora saprófita y genera hinchazón y malestar)sino la capacidad alergénica que producen las proteinas de la leche sobre el sistema inmune del intestino.
    Es muy similar a las reacciones alérgicas que produce la fracción protéica del glutén del trigo en los enfermos celíacos.
    De todas formas, probar es tan sencillo como sustituir durante dos o tres semanas la leche de vaca por la de soja y esperar a ver.... muchas veces es sorprendente.

    Saludos, sppaj.

  13. #22
    Anonimo
    16/03/09 11:13

    Sí, escribamos sobre el cáncer. Si a mi me toca padecer esa enfermedad (que ya me estoy encargando de visualizar que no), os aseguro a todos los cientifistas-religiosos que a mi no me achicharran con quimio como a mi padre. Lo único que pediría a la medicina oficial es morfina para aguantar los dolores. Es como la bolsa, el ganado se apunta a cualquier mensaje oficial que le estampen en los morros. ¿patéticos los frikis de la tele? patético el ciudadano medio que se lo cree todo. Cuando la ciencia se convierte en religión se vuelve lo más patético del planeta. Ah, y por cierto, la tendencia primaria es bajista y el emperador está desnudo, aunque joda y vaya en contra de lo que nos decía nuestro papá.

  14. #21
    Anonimo
    16/03/09 10:39

    Francisco tiene muy buenos artículos sobre finanzas (excelentes). También da en el clavo cuando ¿pontifica? sobre determinados excesos en la alimentación y los medicamentos.

    Particularmente no coincido con él cuando ataca indiscriminadamente a científicos y médicos y general.

    Su postura respecto al SIDA ya se aplica en algunos países: África, y en particular Suráfrica, esos paraíso en la lucha contra el SIDA...

    Y ahí yerras.

    Estilpón