La renta fija en España, tradicionalmente, se ha relacionado con inversores conservadores que buscan principalmente la conservación de su patrimonio y la protección del mismo contra la inflación, pero sin asumir demasiado riesgo. Siempre se ha pensado que con la renta fija no se puede perder dinero ya que se están comprando obligaciones de países consolidados y en democracias estables. ¿Pero es esto cierto?
En los últimos meses estamos viendo grandes salidas de capital de la renta variable hacia productos de renta fija, causada por el temor de la inminente y ya iniciada subida de tipos por parte de la reserva federal de USA y la posibilidad de que esta se vea acelerada, así como por la creciente, y por ahora, descontrolada inflación, lo que hace que muchos inversores vean en estos productos un atractivo para protegerse ante posibles caídas del mercado de renta variable.
Cuando hablamos de renta fija hablamos de productos financieros que sus precios se forman en función del tipo de interés que haya en ese momento en vigor establecidos por el banco central de que se trate, los cuales son una referencia a la hora de emitir deuda por parte tanto de instituciones públicas (bonos, obligaciones del estado) como privadas (bonos, pagarés, cheques, etc.).
¿Y por qué se dice que ante subidas de tipos de interés el precio de los bonos baja y a la inversa? La teoría nos dice que la ley de la oferta y la demanda es la que regula naturalmente el precio de los bonos, ya que, ante una mayor demanda de este tipo de productos por ofrecer unos tipos de interés altos, el precio de los mismos bajará por haber más inversores dispuestos a comprarlos, por lo que los emisores podrán pagar menos interés por ello y así financiarse más barato.
Y viceversa, ante una bajada de tipos, los inversores estarán menos dispuestos a invertir en estos activos, por lo que bajará la demanda y los tipos de interés ofrecidos deberán de ser más altos para poder financiarse las instituciones que emitan los mismos. ¿Pero es esto cierto?
La realidad es que, si un inversor pagó un precio de 96 por un bono que ofrece una rentabilidad del 4%, si quiere vender el bono antes del momento de vencimiento, y los tipos de interés han subido al 6%, tendrá que venderlo a 94, ya que el comprador del bono exigirá la misma rentabilidad que el vendedor cuando lo compró en el momento de la emisión, por lo que tendrá que venderlo más barato que el precio al que lo compró en el momento de la suscripción.
Entonces, ¿se puede perder dinero invirtiendo en renta fija? Pues como hemos podido comprobar SÍ. La renta fija no es tan fija y está sujeta a variaciones en los tipos de interés, por lo que un inversor en renta fija tendrá que tener muy claro cual es su horizonte temporal de inversión y, en consecuencia, invertir en activos financieros que se correspondan con el mismo, ya que si en un momento intermedio de la inversión necesita vender el producto y los tipos de interés han variado en exceso, puede obtener una rentabilidad negativa y llevarse alguna buena sorpresa.