Staging ::: VER CORREOS
Acceder

El timo de los fósiles de homínidos

Los paleoantropólogos que descubren homínidos fósiles intentan vendernos que el suyo es antecesor nuestro, por la fama y dinero que les supone. Hay un problema, lo más probable es que ninguno lo sea.

Mi escepticismo me lleva a cuestionar los consensos científicos que carecen de pruebas sólidas, porque la probabilidad de que sean erróneos es altísima. Ello incluye que el cambio climático se deba a nuestras emisiones, que la materia oscura exista, o que los australopitecos sean ancestros de la humanidad. Ojo, eso no quiere decir que cuestione nuestro origen evolutivo. Creo que lo más probable es que los australopitecos sean primos de nuestros ancestros que adoptaron un modo de vida alternativo adaptado a los espacios abiertos y fueron rápida y brutalmente eliminados por los primeros humanos, que se dedicaron a podar todas las ramas de su árbol evolutivo con gran eficacia, quedando los chimpancés como únicos homínidos (tribu Hominini), aparte de la humanidad.

1. El problema de la fosilización


Los homínidos aparecieron hace unos 9 millones de años, durante el Mioceno superior, tras la expansión de los grupos de mamíferos que tuvo lugar en el óptimo climático del Mioceno medio. El clima se había empezado a enfriar, apareciendo las praderas formadas por herbáceas adaptadas a los bajos niveles de CO₂. En el Plioceno y Pleistoceno, el enfriamiento del clima lo vuelve muy sensible a los cambios orbitales, apareciendo el ciclo glacial. La selva tropical avanza y retrocede cada 40.000 años dejando a grupos de simios en islas arbóreas menguantes y obligándoles a adaptarse a los espacios abiertos o a desaparecer. Uno de estos grupos de simios son los papiones, adaptados a los espacios abiertos y a una dieta omnívora.

El problema para los paleoantropólogos es que nuestro origen arbóreo hace que no se puedan encontrar fósiles de nuestros ancestros que vivían en los bosques tropicales. Los suelos de los bosques son ácidos, y ello hace que los huesos se disuelvan sin fosilizar. La respuesta de los paleoantropólogos ha sido buscar fósiles en suelos calcáreos donde los huesos fosilizan bien, pero donde también hay pocos árboles, como la Garganta de Olduvai. Es como el chiste del borracho que una noche buscaba las llaves cerca de una farola, porque donde las había perdido estaba muy oscuro.

Ello quiere decir que los fósiles de nuestros ancestros solo aparecen en el registro una vez que abandonan su cuna arbórea, y ninguno de los fósiles anteriores a este acontecimiento puede ser ancestro nuestro.

2. Una secuencia evolutiva problemática


Tradicionalmente se ha considerado la locomoción bípeda como un signo temprano de humanidad. La secuencia comúnmente propuesta es que el hombre se irguió para ver a depredadores y presas sobre las altas hierbas de la sabana, liberando las manos para acarrear y fabricar herramientas, estimulando el desarrollo del cerebro.

Los árboles filogenéticos que construimos probablemente sean todos erróneos (Parins-Fukuchi et al. 2019).
Los árboles filogenéticos que construimos probablemente sean todos erróneos (Parins-Fukuchi et al. 2019).

Un problema con respecto a esta explicación es que todos los simios son capaces de locomoción bípeda. No hay mas que ver a un orangután hacerlo con gran soltura sobre el suelo o las ramas. Un grupo de cambios en los genes homeóticos en el hominoideo Morotopithecus de hace 20 millones de años que aún se observan en los humanos indica que el plan corporal erguido humano es muy antiguo (Filler 2007).

Por lo tanto la postura erguida y la locomoción bípeda no indican nada sobre el posible origen de la humanidad en contra de lo que siempre se nos ha dicho. Podrían haber evolucionado en cualquier momento junto con las manos y el cerebro en un ambiente arbóreo sin dejar huella.

3. Un problema ecológico


La sabana es uno de los ecosistemas más competitivos de la Tierra. Sus herbívoros son extremadamente rápidos, o fuertes, o bien armados. Sus carnívoros son extremadamente veloces y fieros, disputándose las presas y robándose las carroñas continuamente. Ello es consecuencia de sus espacios abiertos y los pocos refugios que ofrece. A la sabana no se viene a aprender a cazar, se viene con un modo de vida establecido que tenga cabida. Se cree que las especies de australopitecus se alimentaban principalmente de frutas, verduras y tubérculos, y tal vez de animales fáciles de capturar, como pequeños lagartos. Con esa dieta no se desarrolla el cerebro. La mielina del cerebro requiere de alimentos grasos y exceso de calorías que esa dieta no proporciona. Los australopitecus eran capaces de defenderse de los depredadores como lo hacen los papiones, pero al igual que ellos no eran capaces de cazar en espacios abiertos. Estaban atrapados en un modo de vida que no les permitía evolucionar hacia una especie inteligente y cuando apareció el hombre se convirtieron en presas más fáciles de cazar que los veloces y asustadizos herbívoros.

4. Un análogo en los bosques


El pariente más próximo a los humanos es el chimpancé. No ha abandonado los árboles y adopta en el suelo una locomoción bípeda o cuadrúpeda sobre los nudillos indistintamente. Comparte muchas características con nosotros. Vive en tribus, utiliza herramientas, es omnívoro, es cazador y los machos consiguen hasta 65 g de carne al día, es inteligente y adaptable, es territorial y va a la guerra en bandas de machos matando a sus congéneres de otras tribus cuando surge la ocasión. Su estrategia de caza es la sorpresa o acorralar en grupo a un mono en árboles aislados. También se sabe que a veces utiliza cuevas. Hasta 2005 no se había encontrado ningún fósil de chimpancé (McBrearty & Jablonski, 2005) a pesar de haberse encontrado miles de fósiles de homínidos. Si nuestros ancestros estaban en los árboles es improbable que sus restos se encuentren entre esos fósiles.

5. Nuestro origen


Es fácil deducir que el origen del hombre está en un animal parecido al chimpancé, con locomoción arbórea y bípeda en el suelo, omnívoro y cazador hábil. Utiliza herramientas y la grasa y carne que obtiene hacen que su desarrollo cerebral aumente. Cuando invade la sabana lo hace como un cazador experimentado que caza en grupo utilizando armas. Es capaz de correr y perseguir a sus presas hasta su extenuación. Yo denomino a esta hipótesis «el último en bajar del árbol». Cuando sale de los bosques acaba con todos los que se bajaron antes y ya ninguno más podrá bajar. La aparición de nuestra estirpe en el registro fósil debe ser abrupta y cercana a la primera elaboración de herramientas. No descendemos de los australopitecos, animales muy distintos e incompatibles a nosotros, quizá con una salvedad.

Tras leer centenares de artículos sobre los homínidos, y basándome en los requerimientos expuestos, desarrollé hace bastantes años la hipótesis del «último en bajar del árbol». Pensé entonces que de ser correcta, su único apoyo podría venir de encontrar un fósil adaptado a la vida en los árboles con locomoción bípeda, de entre 1,8 y 2,5 millones de años de antigüedad. Y que dicho fósil podría aparecer en una cueva, único lugar de un bosque donde los huesos pueden fosilizar.

Podéis imaginar mi emoción cuando en 2011 se anunció que el recién descubierto Australopithecus sediba cumplía todos los requisitos.

6. Australopithecus sediba


Australopithecus sediba significa simio sureño del pozo. Fue encontrado por casualidad en 2008 en la cueva de Malapa, a 45 km de Johannesburgo, Sudáfrica. Los esqueletos parecen haber reposado en un lago subterráneo de escasa profundidad donde fosilizaron.

Malapa, a las afueras de Johannesburgo, Patrimonio Mundial de la Cuna de la Humanidad.
Malapa, a las afueras de Johannesburgo, Patrimonio Mundial de la Cuna de la Humanidad.

Se caracteriza por una asombrosa mezcla de rasgos simios y humanos como correspondería a una especie de transición (Berger 2013). Tenía un cerebro pequeño, de 420 a 450 cc y brazos largos, bien adaptados a trepar y desplazarse por los árboles. Pero tenía una cara muy avanzada, con una nariz y dientes pequeños, una pelvis que le permitía caminar erguido y piernas largas. Se ha podido deducir que podía caminar y posiblemente correr como un humano. Su largo pulgar y dedos fuertes le capacitarían para haber sido la primera especie en fabricar herramientas. Se ha datado entre 1,78 y 1,95 millones de años, un momento adecuado para ser el antecesor de Homo.

Reconstrucción del esqueleto de Australopithecus sediba entre los esqueletos de un humano y un chimpancé (Berger 2013). No hay duda de que los humanos somos unos estirados.
Reconstrucción del esqueleto de Australopithecus sediba entre los esqueletos de un humano y un chimpancé (Berger 2013). No hay duda de que los humanos somos unos estirados.

Cuando sus descubridores lo presentaron como tal se desató la habitual tormenta de egos entre paleoantropólogos. La gente de Olduvai, con Tim White (el descubridor de Lucy) a la cabeza, lo interpretaron como un australopiteco tardío y coetáneo con Homo. Se apunta que Homo rudolfensis es más antiguo, o al menos de la misma antigüedad.

A. sediba muestra las características que cabe esperar de nuestro ancestro y dejaría al resto de los australopitecos fuera de nuestra línea evolutiva independientemente de que fuera antecesor nuestro o perteneciera a un grupo de especies (los marchadores-trepadores que cazaban en los bosques) de la que surgió nuestro género. Es normal que el resto de los vende-fósiles echen humo. Su fama y dinero se evaporarían si Lucy y compañía pasan a formar parte de los numerosísimos simios de los que no descendemos.

Otra disputa curiosa ha surgido por la decisión de enviar restos fósiles de A. sediba al espacio en un vuelo de Virgin Galactic en 2023.

6. Un asesino anda suelto


Cuando nuestros ancestros abandonaron los bosques por los espacios abiertos eran ya una especie peligrosa y con el desarrollo de su cerebro se fueron convirtiendo en la especie más peligrosa que ha habido en el planeta. Los animales de la sabana africana fueron acostumbrándose a ese aumento de peligrosidad de Homo aprendiendo a huir de él y a no enfrentarle. Cuando Homo sapiens sale de África es un cazador extremadamente eficiente y lleva a cabo la extinción de la megafauna al final del Pleistoceno.

Es una extinción selectiva por tamaño que afecta fundamentalmente a los animales de más de 10 kilos de masa en distintos continentes (Lyons et al. 2004) y que no puede ser achacada a factores ambientales. Lo que no evita que muchos culpen de ello al cambio climático. No es una extinción masiva sino selectiva. Por primera vez un depredador tiene la capacidad de extinguir a sus presas más deseables porque al disponer de recursos alimenticios muy variados no depende de ellas.

La selectividad por tamaño en las extinciones (>5 kg) apoya la depredación y no los factores ambientales (Lyons et al. 2004).
La selectividad por tamaño en las extinciones (>5 kg) apoya la depredación y no los factores ambientales (Lyons et al. 2004).

Afortunadamente desde mediados del siglo XX hemos desarrollado la capacidad única en la historia de la vida sobre la Tierra de proteger a otras especies. Ese es el camino que debemos seguir ahora. Utilizar esa capacidad de obtención de recursos de muchas fuentes para evitar que la biodiversidad continúe disminuyendo. Tenemos un pasado glorioso y terrible pero podemos construir un futuro mejor.

8. Lo que creemos saber puede estar mal


Las cosas que creemos ciertas pero no tienen buenas pruebas que lo apoyen tienen una probabilidad muy alta de ser erróneas. Estamos equivocados con respecto a nuestro origen como especie, nuestras emisiones no cambian el clima tanto como creemos y la materia oscura no existe. Y así en mil cosas más. Mucha gente puede encontrar esta realidad deprimente, yo la encuentro tremendamente estimulante. Hay un universo físico por descubrir y debemos abordarlo con humildad y escepticismo.


58
¿Te ha gustado el artículo?

Si quieres saber más y estar al día de mis reflexiones, suscríbete a mi blog y sé el primero en recibir las nuevas publicaciones en tu correo electrónico.

  1. en respuesta a Paaskinnen
    -
    Top 100
    #19
    07/07/24 11:09
    Un abrazo
    Un abrazo
  2. #18
    07/07/24 09:30
    Gracias Know, una perspectiva interesante. Lo de la lucha de egos es un continuo en la historia humana, y los científicos no dejan de ser humanos y nos han deparado escenas lamentables como la del todopoderoso Newton contra Leibniz por el reconocimiento del cálculo diferencial o más recientemente el ego meteorológico que se alimenta a sí mismo gracias a periodistas y políticos que lo avivan sin pausa.
    Ya lo dijo Descartes, y otros bastante antes que él, con su duda metódica: https://es.wikipedia.org/wiki/Duda_met%C3%B3dica
    Me gustan tus artículos por esa duda cartesiana que los impregna de principio a fin.
  3. en respuesta a Paaskinnen
    -
    Top 100
    #17
    07/07/24 00:30
    En 1960 Jane Goodall descubrió que los chimpancés son capaces de fabricar y usar herramientas. Usan hojas para beber agua, piedras para cascar nueces, y eligen ramas y las pelan de hojas para usar los palitos para atrapar y comer termitas.

    Cuando se lo dijo a Louis Leakey, gran descubridor de fósiles de homínidos y su patrocinador, éste dijo:  
    "Ahora debemos redefinir 'herramienta', redefinir 'hombre' o aceptar a los chimpancés como humanos".
    https://www.history.com/this-day-in-history/jane-goodall-observes-a-chimpanzee-making-and-using-tools

    No somos mas que chimpancés que han desarrollado su cerebro y su cultura y han perdido el pelo. Cualquier especie, como los australopitecos, que llevara un modo de vida muy distinto, es improbable que sea ancestro nuestro.
  4. en respuesta a Odoncor
    -
    Top 100
    #16
    07/07/24 00:21
    Gracias Odoncor,
    El artículo sobre los chimpancés comiéndose el cerebro de los monos es exactamente de lo que estamos hablando.

    También este artículo sobre los chimpancés cazando a una presa hasta su casi extinción:
    https://www.newscientist.com/article/dn20469-chimps-hunt-monkey-prey-close-to-local-extinction/
    Esto solo puede hacerse cuando dependes de otros recursos, y habla de la efectividad de las técnicas de caza en el bosque de los chimpancés.

    Pero estas técnicas no son exportables a los espacios abiertos, por eso los ancestros de Homo tuvieron que desarrollar técnicas de caza sobre el suelo antes de conquistar los espacios abiertos. Es casi seguro que eso requeriría ser capaces de correr y usar herramientas en la caza.
  5. en respuesta a Odoncor
    -
    Top 100
    #15
    07/07/24 00:16
    En 2015 escribí sobre el falso mito del colapso de la Isla de Pascua:
    https://www.rankia.com/blog/game-over/2713703-problema-poblacion-humana#8.-conceptos-y-mitos.
    Apartado 8.D
  6. en respuesta a Knownuthing
    -
    #14
    06/07/24 22:12
     "Mayor cerebro lleva a mejor uso de herramientas y mayor exceso de calorías. Es un bucle en el que otros carnívoros u omnívoros no pueden entrar por falta de capacidad para usar herramientas".

    Vale. Supongamos que es así. A mayor cerebro, más utensilios de caza, más comida y mayor cerebro. Y vuelta a empezar.
    Pero esta tautología también serviría para los músculos. A más músculos, más fuerza, más caza, más ejercicio, más comida y más músculos.
    ¿Y las herramientas?
    Hay que idearlas. Y fabricarlas. Requiere cognición, propósito y un plan. O sea, un cerebro con capacidades complejas.
    Pero todavía no hay un cerebro suficientemente grande ni sofisticado como para conseguir eso.
    No importa. Ya saldremos del bucle comiendo.
  7. en respuesta a Lazarus Long 2020
    -
    Top 100
    #13
    06/07/24 21:15
    No tiene ningun merito....hace trampas...tiene un pacto con hermes...jajaja...un abrazo....
    P.s. un cientifico no reduccionista es para meterlo en formol y que las proximas generaciones lo estudien...no estamos preparados para ello....me gustaria conocer como le funciona la transmision a traves del haz calloso...es lo menos antidogmatico que leo...jajaja ...cuando acabe con la paleantolohistoriografia le esperaremos acabando con la filosofia ...demostrara que Hegel nunca existio y que los deterministas debieron suicidarse ...es grande to sus mulas...
  8. #12
    06/07/24 20:16
    Sobre este post:

    https://www.nationalgeographic.es/animales/2018/04/los-chimpances-se-comen-primero-el-cerebro-de-las-crias-de-mono

    Muy bueno lo de  "El último en bajar del árbol" y aust. sediba.

  9. #9
    06/07/24 18:44
    ¡Temed, paleoantroptólogos! ¡Ha llegado el neurobiólogo bajito a vuestro campo! Después de golpear a los optimistas de la energía, a los crédulos de las monedas fiat y devastar a los calentólogos Javier Vinós se ha fijado en vosotros. Temedlo. Se lo lee todo. Y todo lo piensa. Y crea teorías nuevas el desvergonzado "El último en bajar del árbol". Su descanso ha durado bien poco después de confundir a los temerosos del CO2. Parecía que se dedicaría a pacer en su éxito... pero no, nunca. Javier se aburre. Tal vez necesita nietos. O que se los lleven a casa y le distraigan, si no necesita retos y ahora se mete con vuestro consenso. Rendíos. No hay esperanza. 
    Muchas gracias por esta última aportación. Con lo feliz que era yo con el consenso...
  10. en respuesta a Paaskinnen
    -
    Top 100
    #8
    06/07/24 17:40
    La evolución es ciega. No hay plan ni dirección. Igual puede producir un nuevo grupo de seres con gran éxito o conducir a un callejón evolutivo sin salida que desemboca en la extinción.

    Cada paso es juzgado en términos del efecto sobre el número de progenie y en definitiva por la eficiencia energética. Más energía y mejor aprovechamiento de la energía implican mayor eficiencia reproductora. Antes de desarrollar el vuelo las aves debieron tener alas rudimentarias que no servían para eso y cuya ventaja desconocemos. Pero debieron reducir el gasto energético del desplazamiento o ayudar a escapar la depredación. Sin reproducción diferencial no hay evolución. Las adaptaciones exitosas deben dejar más descendientes.

    Las adaptaciones de los homínidos de los que descendemos condujeron a una situación en la que usar el excedente de energía en crecer el cerebro resultó mejor adaptación que usarlo en crecer el número. Es lo que se llama estrategia K. Pero la adaptación descansa en una dieta rica en calorías y grasas y la capacidad de usar herramientas. Mayor cerebro lleva a mejor uso de herramientas y mayor exceso de calorías. Es un bucle en el que otros carnívoros u omnívoros no pueden entrar por falta de capacidad para usar herramientas. Si nosotros desapareciéramos los chimpancés podrían dar lugar a otra especie inteligente andando el tiempo (el planeta de los simios). Las orcas no.
  11. en respuesta a Knownuthing
    -
    #7
    06/07/24 16:53
     "No es que la dieta engorde al cerebro, es que el cerebro no puede engordar sin la dieta adecuada".

    Estamos en un bucle lógico. No es tanto que el encéfalo no pueda crecer sin la dieta adecuada, es que sin las adaptaciones genéticas que hicieron posible el desarrollo cerebral de Homo, la dieta no significaría nada. Lo repito: Los carnívoros de la sabana tienen el cerebro que tienen a pesar de su dieta, porque su encéfalo está preprogramado genéticamente para ser así, y siendo así, esto les posibilita cazar eficientemente y comer lo que comen. Tienen genética de carnívoro. Pero en nuestro linaje pasó algo que desvió la dirección previsible y, tras muchos saltos y vicisitudes, llegamos a ser lo que somos partiendo de primates arborícolas. El reto es tratar de saber qué fue eso que pasó hace millones de años.
  12. en respuesta a Paaskinnen
    -
    Top 100
    #6
    06/07/24 14:52
    que el aumento del tamaño cerebral en los homínidos dependió de su tipo de dieta

    No es que la dieta engorde al cerebro, es que el cerebro no puede engordar sin la dieta adecuada.

    El cerebro es un órgano extraordinariamente caro de mantener en términos metabólicos, por eso es una lástima que la gente no lo use. En un adulto el cerebro constituye el 2% de la masa, pero consume el 20% de la energía. Pero a los 5 años de edad consume el 45% de la energía.

    Kuzawa, C.W. and Blair, C., 2019. A hypothesis linking the energy demand of the brain to obesity risk. Proceedings of the National Academy of Sciences, 116(27), pp.13266-13275.

    En la evolución humana el excedente de energía tuvo necesariamente que producirse ANTES del desarrollo del cerebro. La dieta primero, la humanidad después. No se puede justificar un aumento del gasto metabólico si no se tienen excedentes.

    Los herbívoros son estúpidos porque no les hace falta ser inteligentes para sobrevivir, les basta con estar atentos, asustarse y correr. A algunos, las interacciones sociales de manada les hacen un poco más listos.

    Los carnívoros son más listos porque les hace falta para sobrevivir. Tienen que ser capaces de planificar emboscadas. Los carnívoros que cazan en manada son más listos por la necesidad de coordinarse y por una vida social más compleja.

    Son generalizaciones más o menos correctas que apoyarían que nuestro origen más probable es el de un cazador en grupo con interacciones sociales complejas. No descendemos de ramoneadores y busca-raíces que ocasionalmente conseguían una carroña.
  13. en respuesta a Paaskinnen
    -
    Top 100
    #5
    06/07/24 14:34
    La posible ingesta de neurotoxinas pudiera ser parte de ese proceso paaskinnen....lo de los marcianos para los postmodernistas...pues segun la teoria de los antiguos astronautas todo es posible...jajaja...un abrazo.
  14. en respuesta a Knownuthing
    -
    Top 100
    #4
    06/07/24 14:30
    Que esperas de un cinico clasico....mis respetos...un abrazo...jajaja
  15. #3
    06/07/24 14:20
    " Se cree que las especies de australopitecus se alimentaban principalmente de frutas, verduras y tubérculos, y tal vez de animales fáciles de capturar, como pequeños lagartos. Con esa dieta no se desarrolla el cerebro. La mielina del cerebro requiere de alimentos grasos y exceso de calorías que esa dieta no proporciona."

    Estas frases encierran un tópico muy repetido, a saber, que el aumento del tamaño cerebral en los homínidos dependió de su tipo de dieta, como si el encéfalo fuera un órgano "engordable" por acumulación de sustratos exógenos. Según esto, los grandes carnívoros de  las sabanas deberían tener unos cerebros aún mayores puesto que llevan más tiempo consumiendo ese tipo de dieta. Creo que la dieta ayudó, pero sin cambios genéticos (y epigenéticos) en la estirpe de nuestros ancestros que condujeran a una encefalización mayor, eso no hubiera sido posible. En el cerebro se expresan más de la mitad del total de los genes de nuestro genoma. Dilucidar qué cambios tuvieron lugar en ese pool genético, que posibilitaron que un enriquecimiento en la dieta hiciera crecer en tamaño y complejidad los cerebros de esas primitivas criaturas, es el verdadero problema que está pendiente de ser dilucidado.

  16. en respuesta a 8........s
    -
    Top 100
    #2
    06/07/24 13:53
    eres un negado para los asuntos energeticos

    Me encanta la crítica constructiva 🤣🤣🤣
  17. Top 100
    #1
    06/07/24 13:50
    Quiero mas....no vale know....eres un negado para los asuntos energeticos .....pero......eres muy grande cuando abandonas el presente.............gracias...un abrazo...y quiero mas....ya te comentare una elucubracion sobre migraciones americanas aprovechando el cabotaje y los alisios...