II Jornadas de Perspectivas de Mercados Financieros
1. ¿Se rebajarán las previsiones de crecimiento mundial?
Sí, de hecho, algunos organismos internacionales como el Banco Mundial, el Banco Central Europeo, el FMI ya han rebajado sus previsiones de crecimiento mundial. El último en hacerlo ha sido la Comisión Europea, que rebajó del 2,2% al 2,1% el crecimiento de España y 6 décimas las previsiones para la zona euro, pasando del 1,9% al 1,3%.
Sin embargo, en el último trimestre del año lo que más pesó en el mercado fue el miedo a una a recesión, cuando los datos macroeconómicos mostraron que era una situación de desaceleración económica global. Mientras el crecimiento mundial esté por encima del 3% se puede repagar toda la deuda que hay en el sistema. Por debajo de ese nivel es más complicado afrontar los vencimientos más los intereses.
El motor del crecimiento global sigue siendo los países emergentes, por eso la importancia de la evolución de estos países y especialmente de China, que sigue de cerca a USA y ya representa casi el 15% del PIB mundial.
2. ¿Si se confirma la desaceleración con qué armas cuenta el BCE?
De momento el BCE, a pesar de poner fin a su programa de compra de activos en diciembre, va a seguir reinvirtiendo los vencimientos de la deuda que tiene en balance, con lo que el apoyo, en menor medida, sigue estando ahí.
Actualmente, tras comprar 2,5 billones de euros en bonos soberanos y corporativos, tiene en balance 4,6 billones €, que suponen el 42% del PIB de la zona euro. Si la desaceleración se agrava podría impulsar otra vez rondas de liquidez para las entidades bancarias y así cubrir problemas de financiación como ya hizo en el pasado. Y no se descarta que lo haga este año.
3. ¿En qué productos y sectores recomienda invertir para un inversor moderado a cinco años vista?
A 5 años vista es un periodo razonable para tener exposición en renta variable, ya que, si tienes un mal año, como el pasado, hay tiempo para recuperarse de las minusvalías.
En un entorno de desaceleración como en el que nos encontramos, un inversor moderado debería optar por vehículos de inversión que dispongan de una cartera global con cierto peso en USA y cuya política de inversión sea flexible para que pueda moverse por todo el espectro de activos sin restricciones. Por otro lado, hay que dejar de tener miedo a los países emergentes e invertir en ellos, tanto en renta fija como en renta variable, ya que son las zonas donde las rentabilidades ajustadas al riesgo son más que atractivas.
Por último, para diversificar más, recomendaría incluir activos considerados “alternativos”, como infraestructuras, que te pueden proporcionar un rendimiento anual atractivo. Y, sobre todo, apostar por fondos temáticos con mucho crecimiento potencial en determinados sectores, como pueden ser los coches eléctricos, la robótica o la digitalización, entre otros. Por ejemplo, si inviertes en algún activo, ya sea ETF, fondo de inversión o compañía que fabrique baterías de litio y, como se prevé, se cuadruplica su uso, te puedes beneficiar de esa tendencia alcista.
4. ¿Quién pagará la bolsa de deuda gubernamental?
La deuda mundial es de 250 billones de dólares, y teniendo en cuenta que el PIB Mundial es de alrededor de 130 billones, la deuda está cerca de duplicarlo. Dos tercios de esa deuda son de países desarrollados, siendo la economía japonesa la más endeudada (527% PIB), seguida de USA y China. Es decir, el endeudamiento global no ha parado de crecer desde el estallido de la crisis. Debido a todo eso, se está agotando el potencial de las políticas monetarias y, previsiblemente, lo siguiente que veremos serán medidas de políticas fiscales expansivas. Sin embargo, todos hemos aprendido de la última crisis. Los reguladores han tomado nota y los balances de las compañías tienen más y mejores colchones “anti-crisis”. El endeudamiento no es malo, siempre y cuando sigas creciendo y la economía mundial siga teniendo gasolina para afrontar dicho endeudamiento.
5. ¿Hay suficientes ingresos en España para pagar las pensiones?
Cuando se habla de pensiones, generalmente, se hace referencia al primer pilar, es decir, a las prestaciones que te paga el Estado cuando alcanzas la edad de jubilación. Pero para completar el puzzle de las pensiones es también necesario desarrollar e incentivar el segundo y el tercer pilar. Es decir, los planes de pensiones empresariales y los planes de pensiones privados como complemento de los ciudadanos a la prestación pública.
El Estado tiene varias fuentes para financiar las pensiones públicas, pero podríamos agruparlas fundamentalmente en tres:
- Las cotizaciones de los trabajadores, que, debido a la inversión de la pirámide poblacional, con cada vez menos cotizantes por jubilado, podrían no ser suficientes ya que las previsiones apuntan a que en 2050 el ratio podría ser de aproximadamente un jubilado por cada cotizante.
- El Fondo de Reserva de la Seguridad Social, más conocida como “hucha de las pensiones”, que sirve para pagar las pensiones contributivas pero cuyo fondo parece estar cada vez más cerca.
- El Gobierno, vía el Tesoro Público, puede conceder préstamos a la Seguridad Social.
Lo que está claro es que hay que hacer reformas estructurales profundas. Recientemente el gobierno ha barajado la implementación de las “mochilas austriacas”, donde el empleado, a lo largo de su etapa laboral, recibe por parte del empresario una aportación anual en un fondo de capitalización. De esta manera, se reduce la indemnización cuando se realiza un despido. El empresario va llenando la mochila del trabajador con un porcentaje del salario bruto del mismo. Ese dinero pertenece únicamente al trabajador y el Estado le garantiza el 100% del capital, tanto si es despedido como si cambia de empleo o si decide emprender. Además, el trabajador puede saber en todo momento a cuánto asciende su fondo.
En definitiva, hay que tener en la cabeza dos factores muy importantes: es necesario saber cuánto te va a quedar de pensión pública para ser plenamente consciente de tus necesidades futuras y poder tomar las decisiones de ahorro necesarias teniendo toda la información. Y segundo, es necesario especialmente para las generaciones más jóvenes y de mediana edad, pensar en una pensión complementaria privada (inversión en planes de pensiones privados o en rentas vitalicias o en cualquier otro vehículo financiero que te pueda proporcionar unos ingresos extra).
6. ¿Que ha supuesto MIFID II para la industria en general y para el negocio asegurador?
Mifid II ha supuesto una revolución para gestoras, distribuidoras y clientes finales.
Hemos pasado de una industria de retrocesiones e incentivos a una en la que predominan los fondos con clases limpias, es decir, sin ningún tipo de retrocesión. Al final lo que prima es la transparencia y eso siempre es bueno para el cliente final.
Ha sido un periodo de bastante trabajo, porque en muchos casos ha habido un traspaso de fondos de clase retail a la clase sin retrocesión, con todo lo que supone el cambio de documentación. MiFID II ha obligado a las gestoras a hacer una clasificación de los fondos (no solo si son complejos o no, sino también a quién van dirigidos). Pero también ha obligado a las entidades a llevar a cabo una categorización de clientes.
En cualquier caso, la nueva normativa, además de aportar total transparencia en costes, permite a todos los clientes conocer de forma clara el tipo de asesoramiento al que acceder (independiente o no independiente) y los distintos servicios en cada uno. La Inversión Socialmente Responsable es otro de los grandes cambios que trae el nuevo marco normativo. MiFID II preguntará al partícipe si quiere invertir de manera responsable y muchos responderán afirmativamente.
En el negocio asegurador nos afecta indirectamente puesto que estamos regulados por la Dirección General de Seguros pero tenemos otras leyes parecidas como EMIR, o la nueva ley de distribución de Seguros (IDD) que tienen el mismo objetivo que Mifid II, es decir, reforzar la transparencia y proteger al inversor final.