¿Qué rentabilidad podemos esperar de los mercados en el largo plazo y cómo mejorarla?
Existía el convencimiento de que la bolsa es el mercado financiero más rentable a medio plazo, no importando tanto el momento de entrada, cómo los años que mantenemos nuestras acciones. Sin embargo la década pérdida y los avatares de la historia han hecho dudar a los inversores, provocando una huida hacia productos más seguros, teóricamente.
Para comprobar la rentabilidad de los diferentes activos en el largo plazo nada mejor que acudir a los historiadores y a la biblia de la historia de los mercados:
Los libros del Global Investment Returns YearBook patrocinados por Credit Suisse y la London Bussines School, recogen la historia de los mercados desde 1900, y deberían de ser de lectura obligada para todos los actores de este mercado. Claro que en el pecado lleva la penitencia y los datos mostrados hablan de construir una cartera para los nietos:
La rentabilidad media real, una vez deducida la inflación, de las acciones a nivel mundial es del 5,4, la de los bonos estatales el 1,7 %, y la de las letras del 1%., el oro del 1% y las vivienda del 1,3. Los bonos corporativos obtienen una rentabilidad superior a los estatales, acercándose a la de la bolsa a consecuencia de su mayor riesgo.
En Estados Unidos, las acciones rinden el 6,2%, los bonos estatales un 2%, y las letras un mero 1%. Podemos decir que la inversión en acciones ha multiplicado el poder de compra desde el año 1.900 por 675 veces.
En España, la rentabilidad es 3,4%, los bonos un 1,3%, y las letras apenas cubren la inflación.
Los mercados más rentables a largo plazo son Australia, Canadá, Sudafrica, países nórdicos, Reino Unido y USA. Las fuerzas económicas de nuestro tiempo, según el profesor Sampedro, que determinan los beneficios son los recursos naturales, la población, la tecnología-conocimiento. Esto con un mercado poco intervenido y con un buen gobierno corporativo ayuda a al progreso de la economía.
Mientras que los mercados de los países más maduros obtienen menores rentabilidades, los emergentes, dónde se concentra el crecimiento económico, arrojan en esta última década un 150% de rentabilidad.
Pero en el medio plazo, una o varias décadas, los resultados difieren. En el último decenio la deuda americana estatal a más de un año ha sido la mejor inversión, seguida de los bonos corporativos. Ello no extraño debido a la fuerte bajada de tipos de interés que pasaron en el treinta años del 14% en 1981 al 2% en el 2001
No debemos pues dejarnos contagiar del optimismo o pesimismo después de varios años muy buenos o malos. El famoso “Dow al 36.000” de los años 90 tendrá que esperar.
Parece lógico tener más probabilidades de éxito una inversión cuando compramos por debajo de la tendencia a medio plazo, que hacerlo al tuntún. Cada cierto tiempo el mercado da sus oportunidades y la paciencia es una virtud.
Existen varias técnicas que nos ayudan a mejorar esta rentabilidad que está calculada a nivel de índices y que no tiene en cuenta ni gastos ni comisiones ni la factura fiscal. Veamos tres de ellas:
La primera es crear una cartera permanente formada a partes iguales por acciones, oro, efectivo y bonos a largo plazo. Esta cartera que tiene muchos seguidores en USA, de preservando el capital prácticamente todos los años, logra una rentabilidad media del 9% con una volatilidad mínima .Esto es muy importante pues nos evita vender en el peor momento que es cuando la emoción y el miedo turban la razón. Para ello es necesario además contar con instrumentos de inversión de bajo coste como pueden ser los ETFS y re balancear la cartera periódicamente cuando el peso de un activo por su revalorización sea superior al 25%.
Otra técnica es la preferida por M. Faber, famoso estratega de los mercados y partidario del tema de los ciclos y tendencias. Marc añade el mercado inmobiliario a través de los REITS (especie de sociedades de inversión en inmuebles que cotizan en el mercado bursátil) y distribuye la inversión en cuartas partes iguales, pero sólo invierte en alguna de ellas cuando la cotización está por encima de la media móvil de 200 días que para él es la definición de mercado alcista. Si la cotización está por debajo de la media móvil el dinero está en cash.
Por último está la técnica del coste medio que nos invita a invertir la misma cantidad de dinero todos los meses, De esta forma como todos los mercados en mayor o menor medida son a largo plazo alcistas, cuando bajan compramos más acciones o participaciones y sólo tenemos que sentarnos a esperar.
Keynes, famoso especulador bursátil, decía que el mercado podría permanecer irracional más tiempo que tu bolsillo aguantar una pérdida. Hoy más que nunca dada la globalización de la economía es necesario que antes de invertir rellene con toda tranquilidad un cuestionario para conocerse y realice su propio stress-test. El principal enemigo de un inversor es él mismo.