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Kike Junior (XIV) febrero 2020 sesgo de disponibilidad

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Undécima observación mensual correspondiente a febrero 2020

La rentabilidad acumulada ha superado el objetivo de rentabilidad en renta variable establecido para el mes. En el momento de la observación, el día 14-02-2020, la rentabilidad acumulada era del 23,13%, frente a una rentabilidad objetivo del 9,00%. De acuerdo con las reglas del plan, debemos reducir el riesgo vendiendo una unidad de inversión.

La rentabilidad anualizada del plan en conjunto (inversión en bolsa más liquidez) es del 11,62% (incluyendo el coste fiscal derivado de la afloración de las ganancias latentes a una tasa del 19%) muy superior al objetivo a 10 años del 3,37%. Algo que no se debe a ningún talento especial para haber escogido el momento de entrada sino simplemente a una racha de buena suerte.

El 29-01-2020 de acuerdo con lo indicado en la observación 10, se vendió una unidad de inversión. El detalle de la operación figura en la fila 4 del cuadro de seguimiento de las unidades de inversión.

Al ser superior el precio de venta a la media de precios de venta anteriores, el nivel de recompra sube a 168,03, algo por encima de la compra inicial a 166,60 y un 22,08% por debajo de la cotización del fondo en el momento de la observación. Es decir, el fondo y el índice subyacente deberían caer un 22,08% para que nos decidamos a incrementar el riesgo con una compra.

Los diversos precios de referencia para las futuras operaciones están en las últimas filas del cuadro con los datos de la observación 11.

El total de ganancias realizadas hasta ahora incluyendo intereses de la cuenta y descontando retenciones es de 89,00 euros (ganancia real al incluir el coste impositivo), equivalente al 0,49% de la cantidad invertida en el plan (18.000 euros)

Desde el inicio del plan, el 05-03-2019, las rentabilidades han sido positivas como consecuencia de un contexto de mercado con rentabilidades positivas y anormalmente altas en la bolsa. Al ser el instrumento elegido para la renta variable un fondo indexado de bajo coste se ha capturado la casi totalidad de dicha rentabilidad del mercado en conjunto al limitarse a seguir al mercado en vez de querer ser más listo que él.

Dada la evolución del mercado en los días posteriores a la observación es posible que la racha de buena suerte haya finalizado (o no, ya veremos). Lo importante es atenerse a las reglas del plan sin dejarse influir por el ruido exterior.

La planificación que hemos ido describiendo a lo largo de esta serie de posts se hizo desde dos premisas:

  1. Afrontar la incertidumbre de los mercados mediante un análisis de las diversas situaciones que se podían dar y de cómo responder a cada una de ellas.
  2. Diseñar las respuestas de la forma más amistosa posible para la mente humana teniendo en cuenta sus sesgos cognitivos. Ser amistoso no es ser complaciente. Hay momentos donde hemos de luchar contra nuestros sesgos, pero sólo si es absolutamente necesario. Lo más práctico casi siempre es “pactar” con ellos si al hacerlo no pone en grave riesgo los objetivos de nuestro plan.

Hoy vamos a revisar un sesgo de importancia capital en la toma de decisiones en entornos de incertidumbre, el sesgo de disponibilidad.

Cuando nos enfrentamos a una decisión compleja con información escasa, incompleta o de difícil y laborioso acceso, la tendencia natural de la mente no es a hacer el gran esfuerzo de recabar datos, separar lo esencial de lo accesorio y analizar los pros y contras de cada opción. Es lo más correcto en teoría, pero implica un alto coste de oportunidad que no siempre es factible ni práctico de asumir; y cuando lo es, el esfuerzo no resulta agradable y procuramos evitarlo de manera más o menos consciente.

Lo más habitual es tomar los datos relacionados con el asunto que tenemos disponibles en nuestra memoria y sacar conclusiones a partir de ellos, proceso que se define como heurística de disponibilidad.

Las conclusiones de la heurística de disponibilidad tienen un elevado riesgo de ser erróneas porque es poco probable que los datos que estamos manejando sean representativos de la realidad, más bien están distorsionados por múltiples sesgos tanto personales (experiencia previa con el asunto, edad, educación, residencia, ideología, etc) como externos (información recibida de nuestro entorno de relaciones y de los medios de comunicación, Internet incluido).

En la conformación de sesgos de disponibilidad juegan un papel muy negativo los medios de comunicación porque su interés no es formar a la gente para que tome las mejores decisiones, sino hacer negocio alimentando los diversos sesgos cognitivos y emocionales de sus audiencias. Hay grados en esta práctica, pero todos contribuyen en mayor o medida a distorsionar la realidad, desde el sensacionalista sin tapujos al que cultiva una imagen de mayor seriedad. Es cierto que esta oferta cubre una demanda, pero no lo es menos que satisfacerla crea un circuito de retroalimentación cuyo resultado es una sociedad infantilizada con serias dificultades para reaccionar adecuadamente a situaciones de crisis y además muy manipulable, lo que supone un incentivo perverso para fomentar las informaciones sesgadas en vez de combatirlas.

La crisis del coronavirus daría para un artículo muy ilustrativo, pero excede el ámbito de este blog. Nos vale de sobra centrarnos en su repercusión en los mercados. A lo largo de los últimos días hemos visto una superabundancia de noticias sobre las caídas en las bolsas. De esta manera, se alimenta la disponibilidad mental de la mayoría de la sociedad sobre la renta variable como algo muy peligroso de lo que conviene mantenerse alejado. Nada que objetar al reflejo de estas caídas cuando se producen, pero sí al hecho de no haber reflejado las subidas previas, creando un sesgo cognitivo que asocia bolsa a pérdidas.

El MSCI World Net en euros ha cerrado febrero de 2020 con una caída del 7,64%, respecto al cierre de enero, algo muy poco frecuente. Este dato ya filtra y procesa el ruido de la prensa y nos indica que sí, que hay problemas porque muchas veces no los hay, sólo caídas puntuales magnificadas en los noticiarios. A partir de ahí, ampliemos la perspectiva

Malas noticias para el que ha comprado en el último mes, pero quien lo hizo hace un año acumula una rentabilidad positiva de más del 8%, que sube por encima del 20% para el que lo hizo en diciembre de 2018, la última vez que venía el fin del mundo para las bolsas, y quien lo hizo hace cuatro años, penúltimo apocalipsis bursátil, acumula cerca del 50% y se pregunta ¿crisis en la bolsa? ¿qué crisis?

Ello no quiere decir que no vayan a seguir las caídas y que los compradores que lo hicieron hace tiempo se encuentren un día que el precio vuelve a la casilla de salida y entra en terreno negativo. Es una posibilidad siempre abierta, pero también lo es la contraria. Simplemente, la conclusión es que las  cotizaciones evolucionan a lo largo del tiempo de manera volátil e imprevisible. El uso de heurísticas basadas datos concretos de un período de tiempo corto, habitual en el inversor medio, parte de una imagen falsa y sesgada y conduce a errores de juicio y decisiones perjudiciales.

Para afrontar correctamente las variadas situaciones que se van a presentar en una inversión es más practico crear nuestra propia heurística de disponibilidad formada por un conjunto de datos y reglas lo más sencillo posible, que la fatigosa tarea de recopilar y procesar la información que supuestamente nos permitiría tomar la decisión óptima. Y en un entorno de alta incertidumbre regido por el caos determinístico, los resultados no van a ser estadísticamente peores.

Pero no vale cualquier heurística, los datos deben ser significativos y las reglas deben ser capaces de prever los patrones de comportamiento del mercado y ajustarse a ellos. El ajuste puede hacerse de diversas maneras dependiendo de objetivos, preferencias y horizonte temporal, lo que da una pluralidad de opciones válidas cada una con sus ventajas e inconvenientes.

A partir de ahí, todas las decisiones están previstas de antemano. Ante las subidas y las bajadas, las euforias y los pánicos, la respuesta es automática y ante la incertidumbre sobre el futuro podemos decir: “HOY NO SÉ LO QUE EL MERCADO HARÁ MAÑANA, PERO SÍ CUAL VA A SER MI RESPUESTA”

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  1. #2
    04/03/20 13:31

    La verdad que son artículos densos, difíciles de entender, pero merecen la pena.

    La mayoría de la gente escribe cosas basadas en el corto ( o muyyy ) corto plazo, que los internautas devoramos sin parar, peor son estas lecturas cuando se hacen tranquilamente y pensando sobre ellas las que nos aportan luz a largo plazo.

    gracias

  2. Top 100
    #1
    03/03/20 11:36

    ¡Qué buena esa última frase! Para enmarcar.