Hoy 7 de junio se ha producido un nuevo episodio de la esperpéntica trama financiera española que muestra, una vez más, que la realidad puede superar la ficción. Después de repetidas ampliaciones de capital y emisiones de híbridos de capital siempre insuficientes, el FROB se ha visto obligado a intervenir el Banco Popular Español porque no era viable y, tras reducir capital, lo ha vendido al Banco Santander por un euro.
La operación consiste, resumidamente, y según la Resolución del FROB, en lo siguiente:
1.- Se reduce el capital actual a cero, lo que quiere decir que las acciones actuales se amortizan y pierden todo su valor; con ello se crea una reserva para cubrir deudas.
2.-Se convierten en acciones los instrumentos de capital adicional de nivel I (obligaciones convertibles y participaciones preferentes), lo que da lugar a un aumento del capital social, si bien las nuevas acciones también se amortizan y pierden su valor con la misma finalidad: incrementar la reserva con que cubrir deudas.
3.- También se convierten en acciones los instrumentos de capital adicional de nivel II (deuda subordinada), con el consiguiente aumento de capital. La totalidad de las nuevas acciones se venden al Banco Santander por 1 euro (en total, no por acción), lo que significa que los titulares de estos instrumentos también pierden su capital.
El resto de acreedores y clientes no pierden nada, pueden quedar tranquilos porque el Banco Santander continúa con las relaciones preexistentes, sean contractuales, litigiosas o de responsabilidad civil.
Por otro lado, el Banco Santander ya ha comunicado otro hecho relevante en que informa de que realizará una ampliación de capital (emisión de nuevas acciones) por importe de 7.000 millones de euros (casualmente, la misma cantidad por la que realizó la emisión de los tristemente famosos Valores Santander) con derecho de adquisición preferente para sus actuales accionistas, con el fin de realizar las necesarias provisiones que cubran los pasivos y responsabilidades que asume, procedentes del Banco adquirido.
¿Qué ocurre ahora con quienes había reclamado la nulidad de la adquisición de los bonos convertibles del Banco Popular? Nada, no les debe afectar esta operación porque precisamente lo que consiguen con esa demanda es anular la compra de los bonos convertibles que ahora se amortizan, lo que quiere decir que vuelven a la situación anterior a la compra: recuperan la inversión más los intereses legales desde la compra, descontando el importe de los cupones o dividendos que hayan cobrado con sus intereses legales desde cada pago.
En el caso de quienes hayan reclamado no la nulidad sino la indemnización de la pérdida económica que hayan sufrido por la compra de esos bonos convertibles y la venta de las acciones en que se convirtieron, tampoco les afecta la actual operación ya que lo que ahora tienen es un derecho de crédito ordinario contra el Banco, que no resulta perjudicado.
Es más, todos quienes se encuentren en la misma situación de haber comprado los bonos convertibles engañados en cuanto a los riesgos que implicaba ese producto, aún podrá reclamar la nulidad de la compra (siempre que no haya caducado la acción, cosa que ocurriría respecto a los bonos que se emitieron en el año 2010 y se convirtieron anticipadamente en acciones en 2012; no ha caducado la acción para quienes compraron la emisión de 2009 que, tras una reestructuración del bono, se convirtió en acciones en noviembre de 2015) o la indemnización de la pérdida sufrida.
En cuanto al resto de productos y clientes del Banco Popular, hay sucesión contractual y procesal, no pierden nada. Toda la operativa comercial y litigiosa continúa con normalidad con el Santander. Por consiguiente, quienes tengan pendientes de resolver reclamaciones o demandas, o pendientes de presentarlas, por cláusulas suelo, gastos de la constitución y cancelación de hipoteca, hipotecas multidivisa, intereses y comisiones abusivos, etc., siguen manteniendo sus derechos, ahora contra el Banco Santander.
Como apunte final, cabe prever que a partir de este momento vamos a ver cómo se presentan querellas y demandas de responsabilidad contra los antiguos directivos del Banco Popular acusándoles de haber ocultado la situación real de la entidad y no haber hecho lo necesario para afrontarla, abordando en cambio ampliaciones de capital y emisiones de híbridos de capital que resultaron insuficientes para cubrir la falta de capital del Banco, por lo que tendrían culpa en las pérdidas que se han ocasionado a quienes acudieron a esas operaciones.
ACTUALIZACIÓN-RECTIFICACIÓN.
He de rectificar lo dicho más arriba respecto a que hay sucesión contractual y procesal del Banco Santander en el lugar del Popular y que continúa la operativa con el Santander. Lo que ha habido es una compra de acciones de tal forma que el Banco Popular ahora es una sociedad unipersonal: el Popular sigue siendo un banco con personalidad jurídica propia, diferente de la del Santander, aunque su propiedad corresponda enteramente al Santander. Por ello, las relaciones comerciales, jurídicas y comerciales por ahora siguen como estaban, con el Popular.
