La mayor cultura financiera entre los ciudadanos ha popularizado inversiones cerradas, limitadas hasta hace sólo unos años a expertos, profesionales y grandes fortunas. En la actualidad, cualquiera puede invertir en Bolsa o comprarse un fondo de inversión con la misma facilidad con la que lo hace un gestor experimentado. Las cuantías mínimas para invertir también han bajado el listón para permitir el acceso a la gran masa de pequeños inversores particulares. A continuación, ¿Cuáles es el capital mínimo para invertir y contratar productos financieros?
Son uno de los productos en el que las entidades no imponen inversiones mínimas. Cada cliente puede depositar en cuenta la cuantía que desee. A través de las cuentas, los usuarios pueden realizar todas las operaciones bancarias básicas: domiciliar recibos y nóminas, realizar trasferencias y contratar otros productos financieros que exigen tener una cuenta vinculada en la que se depositarán los correspondientes intereses.
Cualquiera puede depositar la cuantía que desee. Sí lo son otros aspectos como las comisiones que se aplique o los intereses que pueda dar la cuenta. Según datos del Banco de España, las cuentas corrientes cobran una comisión de mantenimiento de media de 41,60 euros al año. Sin embargo, por lo general, todas las cuentas online que comercializan bancos por Internet están exentas del pago de comisiones. Conviene consultar las comisiones antes de abrir una cuenta para saber el saldo mínimo que conviene tener en ella. Las comisiones son determinantes para asegurarse del dinero mínimo que hay que tener en la cuenta.
En cuanto a la rentabilidad, las cuentas son poco rentables. Sus intereses no superan el 0,5%. Por eso, desde el punto de vista de la rentabilidad, lo más aconsejable es mantener en cuenta únicamente la liquidez necesaria y buscar otras opciones de inversión más rentables para remunerar el resto del ahorro.
El depósito es uno de los productos financieros más sencillos y con más adeptos en España. Precisamente, una de las características más apreciadas de los depósitos es que cualquiera, con poco dinero, puede suscribirlos. En Internet pueden localizarse ofertas de imposiciones a plazo que pueden contratarse desde 1 euro. No obstante, por lo general, las entidades imponen importes mínimos desde 600 o 1.000 euros. En cualquier caso, la banca comercial exige importes asequibles. No ocurre lo mismo con la banca personal o banca privada, dirigida a grandes patrimonios. En estos casos, los importes mínimos parten de 50.000 o 100.000 euros.
La Deuda Pública (Letras, Bonos y Obligaciones) es uno de los instrumentos que requieren inversiones mínimas cerradas. Quien quiera suscribir uno de estos activos debe desembolsar como mínimo 1.000 euros o múltiplos de esta cantidad, el mínimo que impone el Tesoro Público para suscribirlos.
Las Letras son valores de renta fija a corto plazo representados exclusivamente mediante anotaciones en cuenta. Son valores emitidos al descuento, por lo que su precio de adquisición es inferior al importe que el inversor recibirá en el momento del reembolso. La diferencia entre el valor de reembolso de la Letra (1.000 euros) y su precio de adquisición será el interés o rendimiento generado por la Letra del Tesoro.
Los Bonos y Obligaciones son valores emitidos por el Tesoro a un plazo superior a dos años. Son iguales en todas sus características salvo el plazo, que en el caso de los Bonos oscila entre dos y cinco años, mientras que en las Obligaciones es superior a cinco años. Los Bonos y Obligaciones del Estado se emiten mediante subasta competitiva. Como ocurre con las Letras, el valor nominal mínimo que puede solicitarse en una subasta es de 1.000 euros, y las peticiones por importes superiores han de ser múltiples de esa cantidad.
La Bolsa es uno de los mercados más líquidos que existen. La inversión mínima requerida para comprar títulos de empresas cotizadas depende, del valor de cada una de esas acciones en el momento concreto de su contratación. Quien quiera comprar acciones deberá consultar el último precio de cotización que reflejen y eso será lo que le costará cada uno de los títulos que adquiera. Se trata de un mercado que fluctúa mucho, por lo que las oscilaciones de precios pueden variar mucho de un día a otro.
Además del valor de cada uno de los títulos, cuando un inversor decide acudir a la Bolsa para depositar sus ahorros debe consultar las comisiones de compra-venta e intermediación que le aplicarán. De media, cobran en torno a un 1,5% del importe solicitado.
Los Fondos de Inversión son uno de los productos que más se ha popularizado entre los inversores españoles. Se trata de un producto que tiene mucho éxito, por lo que hay numerosos fondos de inversión abiertos a los pequeños inversores. Por lo general, los productos que distribuyen las entidades españolas requieren inversiones mínimas pequeñas, que pueden partir de los 6 o 10 euros. Sin embargo, muchas gestoras comercializan también fondos para instituciones o profesionales a partir de 100.000 euros. Para distinguir un producto de otros, las gestoras utilizan una clasificación alfabética: los fondos denominados clase A o C están dirigidos a los particulares e imponen inversiones mínimas asequibles. Los fondos denominados clase I o R suelen ir dirigidos a instituciones o grandes inversores.
Para saber cuánto vale un fondo, las gestoras utilizan el término "valor Liquidativo", que es el valor de una participación en el fondo. En muchos casos las inversores mínimas equivalen a comprar una participación.
Los fondos de prensiones sí que están pensados para los pequeños inversores y no existe distinción en las inversores mínimas, según los inversores a los que van dirigidos. Por lo general, las entidades exigen hacer una inversión mínima de 300 o 600 euros anuales, es decir, el inversor que suscribe un plan de pensiones se comprometen a hacer esta aportación periódicamente. Y, a parte, puede hacer otras aportaciones extraordinarias cuando lo desee. Como límite máximo se pueden invertir 8.000 euros anuales o 10.000 euros si se es mayor de 50 años.
Las inversiones mínimas exigidas para contratar un seguro de ahorro son también asequibles y parten de 300, 600 o 1.000 euros. Es importante diferenciar entre el tipo de producto que se suscribe. Los PPA (Planes de Pensiones Asegurados) o PIAS (Panes Individuales de Ahorro Sistemático) imponen, aportaciones periódicas cercanas a 600 euros anuales.
Sin embargo, las entidades de seguro comercializan también productos denominados de prima única, que no permiten hacer aportaciones periódicas sino que la inversión y la revalorización dependerán de lo invertido en el momento de la contratación. Por lo general, en estos seguros de ahorro a prima única (pueden ser seguros de jubilación, seguros dotales o "variables annuities") la inversión mínima es más elevada y parte de los 6.000 euros.
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Cuentas corrientes
Son uno de los productos en el que las entidades no imponen inversiones mínimas. Cada cliente puede depositar en cuenta la cuantía que desee. A través de las cuentas, los usuarios pueden realizar todas las operaciones bancarias básicas: domiciliar recibos y nóminas, realizar trasferencias y contratar otros productos financieros que exigen tener una cuenta vinculada en la que se depositarán los correspondientes intereses.
Cualquiera puede depositar la cuantía que desee. Sí lo son otros aspectos como las comisiones que se aplique o los intereses que pueda dar la cuenta. Según datos del Banco de España, las cuentas corrientes cobran una comisión de mantenimiento de media de 41,60 euros al año. Sin embargo, por lo general, todas las cuentas online que comercializan bancos por Internet están exentas del pago de comisiones. Conviene consultar las comisiones antes de abrir una cuenta para saber el saldo mínimo que conviene tener en ella. Las comisiones son determinantes para asegurarse del dinero mínimo que hay que tener en la cuenta.
En cuanto a la rentabilidad, las cuentas son poco rentables. Sus intereses no superan el 0,5%. Por eso, desde el punto de vista de la rentabilidad, lo más aconsejable es mantener en cuenta únicamente la liquidez necesaria y buscar otras opciones de inversión más rentables para remunerar el resto del ahorro.
Depósitos
El depósito es uno de los productos financieros más sencillos y con más adeptos en España. Precisamente, una de las características más apreciadas de los depósitos es que cualquiera, con poco dinero, puede suscribirlos. En Internet pueden localizarse ofertas de imposiciones a plazo que pueden contratarse desde 1 euro. No obstante, por lo general, las entidades imponen importes mínimos desde 600 o 1.000 euros. En cualquier caso, la banca comercial exige importes asequibles. No ocurre lo mismo con la banca personal o banca privada, dirigida a grandes patrimonios. En estos casos, los importes mínimos parten de 50.000 o 100.000 euros.
Deuda Pública
La Deuda Pública (Letras, Bonos y Obligaciones) es uno de los instrumentos que requieren inversiones mínimas cerradas. Quien quiera suscribir uno de estos activos debe desembolsar como mínimo 1.000 euros o múltiplos de esta cantidad, el mínimo que impone el Tesoro Público para suscribirlos.
Las Letras son valores de renta fija a corto plazo representados exclusivamente mediante anotaciones en cuenta. Son valores emitidos al descuento, por lo que su precio de adquisición es inferior al importe que el inversor recibirá en el momento del reembolso. La diferencia entre el valor de reembolso de la Letra (1.000 euros) y su precio de adquisición será el interés o rendimiento generado por la Letra del Tesoro.
Los Bonos y Obligaciones son valores emitidos por el Tesoro a un plazo superior a dos años. Son iguales en todas sus características salvo el plazo, que en el caso de los Bonos oscila entre dos y cinco años, mientras que en las Obligaciones es superior a cinco años. Los Bonos y Obligaciones del Estado se emiten mediante subasta competitiva. Como ocurre con las Letras, el valor nominal mínimo que puede solicitarse en una subasta es de 1.000 euros, y las peticiones por importes superiores han de ser múltiples de esa cantidad.
Bolsa
La Bolsa es uno de los mercados más líquidos que existen. La inversión mínima requerida para comprar títulos de empresas cotizadas depende, del valor de cada una de esas acciones en el momento concreto de su contratación. Quien quiera comprar acciones deberá consultar el último precio de cotización que reflejen y eso será lo que le costará cada uno de los títulos que adquiera. Se trata de un mercado que fluctúa mucho, por lo que las oscilaciones de precios pueden variar mucho de un día a otro.
Además del valor de cada uno de los títulos, cuando un inversor decide acudir a la Bolsa para depositar sus ahorros debe consultar las comisiones de compra-venta e intermediación que le aplicarán. De media, cobran en torno a un 1,5% del importe solicitado.
Fondos de inversión
Los Fondos de Inversión son uno de los productos que más se ha popularizado entre los inversores españoles. Se trata de un producto que tiene mucho éxito, por lo que hay numerosos fondos de inversión abiertos a los pequeños inversores. Por lo general, los productos que distribuyen las entidades españolas requieren inversiones mínimas pequeñas, que pueden partir de los 6 o 10 euros. Sin embargo, muchas gestoras comercializan también fondos para instituciones o profesionales a partir de 100.000 euros. Para distinguir un producto de otros, las gestoras utilizan una clasificación alfabética: los fondos denominados clase A o C están dirigidos a los particulares e imponen inversiones mínimas asequibles. Los fondos denominados clase I o R suelen ir dirigidos a instituciones o grandes inversores.
Para saber cuánto vale un fondo, las gestoras utilizan el término "valor Liquidativo", que es el valor de una participación en el fondo. En muchos casos las inversores mínimas equivalen a comprar una participación.
Los fondos de prensiones sí que están pensados para los pequeños inversores y no existe distinción en las inversores mínimas, según los inversores a los que van dirigidos. Por lo general, las entidades exigen hacer una inversión mínima de 300 o 600 euros anuales, es decir, el inversor que suscribe un plan de pensiones se comprometen a hacer esta aportación periódicamente. Y, a parte, puede hacer otras aportaciones extraordinarias cuando lo desee. Como límite máximo se pueden invertir 8.000 euros anuales o 10.000 euros si se es mayor de 50 años.
Seguros de ahorro
Las inversiones mínimas exigidas para contratar un seguro de ahorro son también asequibles y parten de 300, 600 o 1.000 euros. Es importante diferenciar entre el tipo de producto que se suscribe. Los PPA (Planes de Pensiones Asegurados) o PIAS (Panes Individuales de Ahorro Sistemático) imponen, aportaciones periódicas cercanas a 600 euros anuales.
Sin embargo, las entidades de seguro comercializan también productos denominados de prima única, que no permiten hacer aportaciones periódicas sino que la inversión y la revalorización dependerán de lo invertido en el momento de la contratación. Por lo general, en estos seguros de ahorro a prima única (pueden ser seguros de jubilación, seguros dotales o "variables annuities") la inversión mínima es más elevada y parte de los 6.000 euros.
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