INFAMIA de la aseguradora FÉNIX DIRECTO
Así pues, muestro aquí y una vez más, mi gran y rotundo desacuerdo con el perito en cuestión tan ínfimamente profesional bajo mi punto de vista y como así lo ha denotado en este caso, que objeta el que uno de los daños recibidos en mi vehículo en la parte trasera de éste (que es exactamente donde recibí el golpe del otro vehículo) no pudo tener lugar en ese momento (siendo por tanto sus palabras necias y no ajustarse en absoluto a la realidad y a la sucesión de los hechos) y grandísima decepción con su compañía, por obviar su obligación de asegurar y dar la cara por el cliente, es decir, por mi persona y mi alegación, aun a sabiendas de la conformidad y asunción de toda la culpa por parte de la persona que me dio el golpe y su compañía y existiendo un parte amistoso en el que se especifica, sobre todo, “pequeño roce lado izquierdo de la matrícula” en mi vehículo (el exento completamente de culpa) y el cual no se me reconoce para ser reparado y abonado en su totalidad, tal y como se espera de una aseguradora decente (matiz que en estos momentos pongo totalmente en tela de juicio, en referencia a la utilidad y eficacia de su compañía). Tan solo hacen que excusarse con el argumento de “contrate usted a un segundo perito”, ¡después de todo lo abonado año tras año a su compañía, sin haber hecho nunca uso de la misma hasta ahora! Veredicto, por tanto: hecho infinitamente vergonzoso y bellaco, realizado por la susodicha compañía, Fénix Directo.