Coloboro con una ONG que tiene sede en Italia, y la obra la llevan a cabo en zonas muy pobres de Perú. Fundamentalmente con niños, algunos con deficiencias mentales muy complicadas, y otros que, directamente, están abandonados por sus padres y encuentran en esta y otras muchas asociaciones una posible salida.
Vengo a decirte, que la solidaridad la destino a eso. No tengo por qué ser solidario con señores que, dichos por su boca, me reconocen que se tocan los eggs a marchas forzadas. Concretamente me dice que, trabajar trabajar, (bueno lo que ellos les llaman trabajar) es el primer año, los otros si tienes el material ya conformado, es coser y cantar.
Puedo ser solidario con el librero de mi barrio, que ha bajado las ventas un 35% y incluso así, intenta mantener a la chica que le abre por las tardes, porque como me dice no puede dejarla tirada (tiene 1 niño), puedo ser solidario con los trabajadores del turno de noche de la fábrica de Seat de Martorell, con el pescadero que lo joden vivo a impuestos y se juega la vida todos los días para ir a la lonja a las 5.30 de la mañana con la furgo, solidario también con la chiquilla que trabaja en los supermercados DIA, 9 horas de pie cobrando en la máquina, con los tobillos como botas.
Desde luego, solidario con los profesores, que se quejan, los señores marqueses, porque tienen que trabajar 2 horas más, ni loco. Esto son lentejas, el que las quiere las toma, y el que no, ya sabes. Repito, que yo sepa, en España nadie obliga a trabajar a nadie, si no les interesan las condiciones laborales, si no les interesa su sueldo, si no les interesa sus vacaciones (9 semanas en verano, 2 en navidad, 1 en SS, y otra de Semana Blanca), que lo tienen muy fácil. Cartita, renuncia y que se busquen la vida de otra cosa. Que monten un negocio, o que trabajen en la privida, que ya verás que risa tia Luisa.
Método, disciplina y tiempo