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Los hechos y los argumentos racionales no son muy eficaces a la hora de alterar las creencias de la gente

3 respuestas
Los hechos y los argumentos racionales no son muy eficaces a la hora de alterar las creencias de la gente
Los hechos y los argumentos racionales no son muy eficaces a la hora de alterar las creencias de la gente
#1

Los hechos y los argumentos racionales no son muy eficaces a la hora de alterar las creencias de la gente

Basta con que piense en la última vez que escuchó o vio un debate en la radio o en la televisión ¿Hasta qué punto le pareció convincente el argumento que iba en contra de su visión de las cosas en comparación con el que coincidía con ella?

Lo más probable es que, fuese cual fuese la racionalidad de ambas partes, usted desestime en gran medida los argumentos de la oposición mientras aplaudía los que concordaban con los suyos. El sesgo de confirmación se manifiesta también como una tendencia a seleccionar la información de fuentes que ya están de acuerdo con nuestros puntos de vista (lo cual es probable que tenga igualmente su origen en el grupo con el que nos relacionamos).

#2

Pongamos por favor el enlace, gracias.¿Tomamos lo que queremos para manipular?Si, pero es corregible y evitable, gracias

https://elpais.com/elpais/2017/08/23/ciencia/1503498083_674014.html

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Por supuesto, existe un sistema de creencias que identifica las falacias lógicas tales como el sesgo de confirmación e intenta subsanarlas. Mediante la repetición de las observaciones, la ciencia convierte las anécdotas en datos, reduce el sesgo de confirmación y acepta que las teorías se pueden actualizar a la vista de las pruebas. Esto significa que la ciencia está abierta a corregir sus textos fundamentales. No obstante, el sesgo de confirmación nos contamina a todos. Como es bien conocido, el famoso físico  Richard Feynman describió un ejemplo procedente de uno de los más rigurosos campos de la ciencia: la física de partículas.

Contratiempos al desmontar los mitos

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Haga amigos

Entonces, si no podemos servirnos de los datos, ¿cómo podemos conseguir que la gente deseche sus teorías de la conspiración u otras ideas irracionales?

Es probable que la alfabetización científica sea de ayuda a largo plazo. Con ello no me refiero a la familiaridad con los hechos, las cifras y las técnicas científicas. Más bien lo que hace falta es conocer el método científico, como el pensamiento analítico. Y, efectivamente,  los estudios muestran que el rechazo a las teorías de la conspiración está relacionado con el predominio de este último. La mayoría de la gente nunca se dedicará a la ciencia, pero nos topamos con ella y la utilizamos a diario, así que  la ciudadanía tiene que tener la capacidad necesaria para evaluar críticamente las afirmaciones científicas.

Al mismo tiempo, para evitar el efecto contraproducente, prescinda de los mitos. Ni siquiera los mencione ni admita su existencia. Limítese a los puntos fundamentales. Las vacunas son seguras y  reducen la posibilidad de contraer la gripe en un 50% o 60%. Punto. No haga referencia a las ideas erróneas, ya que suelen ser más fáciles de recordar.

Tampoco encolerice a sus detractores desafiando su visión del mundo. Ofrézcales más bien explicaciones que estén en armonía con sus creencias previas. Por ejemplo, es mucho más probable que los conservadores que niegan el cambio climático  cambien de opinión si también se les exponen las oportunidades de negocio favorables al medio ambiente.

Otra idea. Utilice historias para transmitir lo que quiera decir.  Los relatos atrapan a la gente con mucha más fuerza que los diálogos argumentativos o descriptivos. Las historias enlazan la causa con el efecto, de manera que las conclusiones que usted quiere mostrar parecen casi inevitables.

Los relatos atrapan a la gente con mucha más fuerza que los diálogos argumentativos o descriptivos

Con todo esto no quiero decir que los hechos y el consenso científico no tengan importancia. La tienen, y es crucial. Pero ser conscientes de las deficiencias de nuestro pensamiento nos permite exponer lo que nos interesa de una manera mucho más convincente.

Es fundamental desafiar al dogma, pero en vez de conectar puntos inconexos e inventar una teoría de la conspiración, lo que tenemos que hacer es exigir las pruebas a los responsables políticos. Debemos pedir los datos que pueden apoyar una creencia y buscar la información que la ponga a prueba. Parte de este proceso implica el reconocimiento de nuestros propios instintos sesgados, nuestras limitaciones y nuestras falacias lógicas.

"¡Qué buen resultado el del partido, ¿eh?! ¡Lástima que no pudiese conseguir una entrada!"

Un saludo

#3

Re: Los hechos y los argumentos racionales no son muy eficaces a la hora de alterar las creencias de la gente

Yo entraría al debate si se hubiera planteado en primera persona (del plural, para no malinterpretar). Pero planteado en tercera persona, me parece muy mal comienzo.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#4

Re: Los hechos y los argumentos racionales no son muy eficaces a la hora de alterar las creencias de la gente

Pues vale, pues mejor