Re: Catalunya-España 2015 (cosas que pasan)
Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, siempre ha hecho gala de haber sido independentista.Su objetivo político es iniciar un proceso constituyente y situar a Cataluña en la rampa de salida hacia la independencia.
En la entrevista concedida a EXPANSIÓN pudo ofrecer sus argumentos y opiniones; sin embargo, marca dos ritmos distintos.
El primero, suave en las formas y contundente en el fondo al mismo tiempo, acusando al Estado de todos los males que padece Cataluña -déficit incluido-, donde niega rotundamente que el proyecto independentista sea política ficción, atreviéndose a asegurar que es más sencillo este objetivo que reformar la Constitución.
Ni la legitimidad ni la legalidad están del lado de los independentistas
En el segundo ritmo, más prudente, muestra sus dudas ante la respuesta internacional que pueda haber al reto independentista, donde sabe que no existe una mayoría social suficiente -"debe ampliarse"- para seguir hoy este camino y donde le gustaría, aunque lo ve muy complicado, gestos del nuevo gobierno español con la autonomía catalana. Puigdemont se reafirma en la necesidad de poder realizar un referéndum de autodeterminación para empezar a negociar cualquier salida.
Mientras Cataluña necesita del oxígeno económico del Estado para sobrevivir y su déficit se ha descontrolado (para Puigdemont, la culpa es del sistema de financiación y no de la mala gestión), la Generalitat, con el apoyo de JxSi y el grupo antisistema CUP no tiene complejos en lanzarse al vacío sin saber con qué paracaídas cuenta. Citar, como hizo el president, a uno de los adalides de la Transición española, Torcuato Fernández Miranda, para decir que la independencia de Cataluña se hará de "la ley a la ley" es más que temerario. No reconocer la inseguridad jurídica y los perjuicios económicos para la propia Cataluña que representa este proceso en el marco europeo actual también pone de manifiesto su ceguera.
La amenaza secesionista catalana es una amenaza real al Estado. Puigdemont cree que la legitimidad está del lado de los independentistas. No es cierto. Ni la legitimidad ni la legalidad. El parlamento catalán se ha lanzado abiertamente hacia una aventura sin salida, que en los próximos meses seguirá desarrollando leyes favorables a la ruptura. ¿Objetivo?Buscar el enfrentamiento con un Estado que hoy, desde la Generalitat, se ve como endeble y sin soluciones. Puigdemont tensará la cuerda al máximo.Pero ni él ni nadie sabe cuál es el límite.
