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Programa de Podemos.

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#441

Re: Programa de Podemos.

España sigue siendo administrador y soberano del Sáhara Occidental, así que jurídicamente Marruecos está invadiendo un territorio colonial español explotando ilegalmente sus recursos". Con frases como esta Pablo Iglesias, el líder de Podemos, entusiasmó al auditorio de la 39 Conferencia de Apoyo al Pueblo Saharaui que se celebró a mediados de noviembre en la Universidad Complutense de Madrid.

Esta vez no anunció que cuando llegue al Gobierno denunciará los Acuerdos de Madrid de 1975 que entregaron a Marruecos y Mauritania la colonia española. Fue, sin embargo, el único jefe de un partido que acudió al acto. Se fundió en un abrazo con el líder del Frente Polisario, Mohamed Abelaziz, y arremetió por enésima vez contra la casta.

La prensa de Casablanca arremete con vehemencia contra un Pablo Iglesias al que tachan de "anti marroquí". "En Rabat no acaban de creerse que llegue al poder, pero sí les tiemblan las carnes porque su apoyo a la independencia del Sáhara puede obligar a partidos convencionales españoles a revisar sus posturas", explica un diplomático español acreditado en Marruecos.

¿Iglesias anti marroquí? El líder de Podemos cuenta desde hace meses en su equipo con una marroquí, a la que contrató como principal asistente parlamentaria en Bruselas con autoridad sobre otros cuatro asistentes locales. Dina Bousselham, de sólo 24 años, es la que le organiza la agenda, selecciona los temas sobre los que Podemos debe pronunciarse, le ayuda a preparar sus intervenciones... Es el brazo derecho de Iglesias en la Eurocámara.

Bousselham sale al paso de las embestidas contra su jefe. "Pablo no es anti marroquí sino anti régimen liberticida marroquí. ¡No es lo mismo!". Una de las pocas no europeas que trabaja en esa institución tiene un currículum que justifica su elección. Es licenciada en Políticas por la Complutense y ex alumna de Iglesias, que le dio una matrícula de honor. Allí trabaron una relación que se afianzó en La Tuerka, el espacio de TV del eurodiputado.

Bousselham llegó a Madrid con 18 años desde Tánger, donde nació frente al que fue el palacete de la multimillonaria Barbara Hutton. Estudió en el Instituto Severo Ochoa y siguió los pasos de su padre, un apasionado del fútbol que cursó su carrera "respirando los aires que emanan del Bernabéu". Acabó la carrera, con un Erasmus en la Nueva Sorbona de París, y cursó un máster en el Instituto de Altos Estudios de América Latina.

Junto a su jefe en Bruselas
De vuelta a Madrid siguió acumulando diplomas en "Prevención de conflictos internacionales" o "Cooperación y seguridad en el Mediterráneo". Su pasión por las relaciones internacionales la compaginaba con las lenguas -su currículum dice que puede trabajar en seis idiomas- y con el periodismo comprometido en Rebelión, Nueva Tribuna o la revista online Al Qalifa.

Dos veces Dina Bousselham ha titubeado. Al llegar a España practicaba un deporte muy mal visto en Marruecos: el fútbol femenino. Jugó en el C.F. Pozuelo y después en el Santa María Caridad, en Tercera, pero en 2010 lo dejó a disgusto porque era incompatible con sus estudios. "La vida es corta y el tiempo es limitado", se lamentaba en declaraciones a la revista La Marocaine.

En París, el año pasado, se dejó brevemente seducir por el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), una formación de centroderecha marroquí fundada en 2007 por Fouad Ali el Himma, el gran amigo del rey de Marruecos, para dar un barniz de rejuvenecimiento a la clase política y al país, pero sin hacer reformas democráticas. Con 22 años acabó siendo elegida, según una reseña periodística, secretaria general adjunta de la sección francesa del PAM. "Les asesoré en la preparación de su primer congreso, pero nunca me afilié ni ocupé cargo alguno", desmiente Bousselham. "Lo siento porque sé que hubiese tenido morbo que una joven de izquierdas, vinculada a Podemos, haya tenido relación con un partido pro monárquico", ironiza.

La aspereza de su lenguaje contrasta con sus modales suaves, su apagado tono de voz y su risa discreta. Bousselham apenas gesticula y carece de la exuberancia de muchas de las árabes que, tras sortear varios obstáculos, han logrado izarse al mismo nivel que los hombres.

De regreso a Madrid hace un año, la joven licenciada recuperó su espíritu rebelde y hasta lo trasladó a Marruecos. En su discurso del trono de este año, Mohamed VI reconoció las disparidades sociales en su reino. "El problema surge cuando la persona que habla de combatir las desigualdades ocupa (...) el séptimo lugar en la lista de reyes más ricos del mundo según Forbes", denuncio Bousselham en un blog de Público.

Pero aunque escriba sobre su país -coqueteó con los grupos juveniles de la abortada primavera árabe marroquí- Bousselham está plenamente involucrada en la política española. Es de Podemos hasta el tuétano y por eso le gusta parafrasear en las redes sociales una cita de Gandhi que, dice, va como anillo al dedo a su partido: "Primero te ignorarán; después se reirán de ti; por último te atacarán. Entonces habrás ganado".

#442

Re: Programa de Podemos.

Podemos dice 'no' a IU para las próximas elecciones
En reuniones informales ya ha comunicado que irán solos a las autonómicas y generales

IU seguirá con su plan de converger con el resto de la izquierda alternativa

Apuntan a que en el movimiento social hay "malestar" con Podemos

#443

Re: Programa de Podemos.

Según mi experiencia personal, el periodista que juega a pronosticador político suele hacer un ridículo espantoso. Sé de lo que hablo. Creo que rara vez he acertado algún vaticinio. Si fuera más humilde aprendería a tener la boca cerrada, pero como trabajo en la radio me temo que ese es un propósito poco razonable. En las tertulias políticas, radiofónicas o no, cualquiera puede permitirse el lujo de decir la mayor gilipollez del mundo y salir airoso del trance, cuando las miradas fulminadoras de la concurrencia se clavan en él con ganas de mandarle a Parla, recurriendo a la frase salvífica: "yo lo veo así, es mi opinión personal". La política, en efecto, es por definición el terreno de lo opinable. No hay dogmas. Lo aguanta todo. Como el papel. Como la imaginación. Como el aburrimiento. Aun así, los friquis de las grandes machadas opinables, por muy subjetivas que éstas sean –o precisamente porque lo son demasiado–, suelen quedarse más pronto que tarde sin parroquianos que les presten audiencia. Incluso en las discusiones políticas se suele exigir algo más que el arrojo del que hacen gala los más grillados oradores del speaker's corner. Lo que trato de decir es que a la gente sensata, es decir, a la mayoría de la gente, le chirría la contradicción entre lo opinable y lo razonable. Una opinión, para que se gane el respeto de la audiencia, tiene que responder a un esquema lógico. Si no son fruto de razonamientos cuerdos, las opiniones se convierten en visiones, en premoniciones o en profecías más o menos disparatadas. La única forma de no incurrir en ese desafuero es tratando de conciliar política y razón, lo que sin duda supone un reto muy superior al que se planteó Unamuno cuando trató de casar los términos pensamiento y navarro.

De ahí vienen todos nuestros malos diagnósticos actuales: los españoles, cuando tratamos de escudriñar el futuro político que nos aguarda en 2015, partimos de la base de que ese futuro tiene que ser razonable. ¿Pero acaso lo va a ser? ¿Qué es razonable en la España política de hoy día? A mí, por ejemplo, no me parece razonable que un partido gobernante muy tocado del ala en sus pronósticos electorales se abrace a la idea del "sigamos igual" –ese es el resumen del resumen del acto que protagonizó el PP en Segovia el sábado pasado– justo cuando la gente pide en la calle todo lo contrario. A mí no me parece razonable que un PSOE tambaleante trate de consolidar el liderazgo de su nuevo jefe tratando de robarle la mercancía radical a quien la gente identifica como su legítimo dueño. A mí no me parece razonable que dos partidos jóvenes y parecidos, que inicialmente supieron conectar en ámbitos territoriales distintos con la demanda de regeneración de buena parte del electorado, anden a la greña y se nieguen a sumar esfuerzos para eludir el riesgo de la insignificancia. Pero que a mí esas cosas no me parezcan razonables no significa que no lo sean. A Rajoy, a Sánchez, a Díez y a Rivera sí deben de parecérselas porque no hay motivo para pensar que disfruten pegándose tiros en los pies.

Muchos periodistas y ciudadanos razonables tratan de convencerme a diario de que el fenómeno Podemos es flor pasajera de un solo día. Sus argumentos no carecen de lógica. Un partido radical –me dicen– no puede tener mucho éxito en un país de gente moderada que lleva cuarenta años huyendo de los extremos. A medida que los ciudadanos vayan conociendo sus contradicciones –añaden– dejarán de ver en la tribu de Pablo Iglesias la tabla de salvación que España necesita. Cuando se aproxime la cita electoral –concluyen– los votantes cabreados de PP y PSOE volverán de mala gana a sus querencias naturales para evitar aventuras arriesgadas. No digo que sea un discurso descabellado. Al contrario. Parece cargado de sentido común. Incluso tiendo a pensar que me encantaría dejarme convencer por su lógica interna. Tal vez de ese modo podría mirar al futuro con un poco menos de inquietud. Pero, a pesar de todo, no soy capaz de hacerlo. Me puede la evidencia empírica. No dejo de pensar que, en el fondo, la gente que razona de esa forma tan sensata está esperando que pase algo que, sin embargo, no ha sucedido nunca desde la restauración democrática.

No he visto nunca que un partido gobernante que haya perdido casi veinte puntos en intención de voto a unos meses de las elecciones haya recuperado una parte significativa de ese terreno perdido en el sprint final de la legislatura. La gran sorpresa del PSOE en 1993 se produjo por una mejoría de poco más de cuatro puntos respecto a lo que le pronosticaban los sondeos. Tampoco he visto nunca que un fenómeno mediático tan generosamente bendecido por las encuestas haya acabado siendo un fiasco absoluto. La Operación Roca, que en 1986 firmó el mayor ridículo electoral que yo recuerde, nunca superó en las apuestas demoscópicas el 5% de intención de voto. Podemos coquetea ya con el 25%. Otro hecho inédito hasta la fecha es que un partido de la oposición se haya impuesto en las urnas sin romper previamente su tendencia al retroceso. Otro más: que los electorales con el voto decidido cambien mayoritariamente de apuesta en el último instante. Y el último: que la apelación al voto del miedo mejore las previsiones del partido que lo esgrime más allá de un 5%. UCD, tras el célebre discurso de Suárez en televisión el último día de la campaña de 1979, pasó del 29% en las encuestas al 34% en las urnas.

Ni los antecedentes históricos, como bien se ve, ni los datos de la realidad abonan la tesis de que el pronóstico de mis razonables amigos lleve camino de cumplirse. En las tres últimas encuestas publicadas durante la última semana el PP sigue estancado o en ligero retroceso, el PSOE no termina de enganchar una tendencia alcista, UPyD pierde fuelle en beneficio de Ciudadanos, Podemos sigue más o menos donde estaba y los abstencionistas cabreados permanecen obstinados en la abstención, inmunes al discurso del miedo que comienza a abrirse camino en estos días por los circuitos oficiales. Aunque todo puede pasar todavía, el tiempo se acaba. Para las municipales sólo faltan seis meses y para las generales poco más de diez.

Como los ciudadanos no perciben aún el fin de la crisis, Rajoy ha decidido convertirla en historia para ver si los votantes confían más en el discurso presidencial que en sus propias experiencias personales. En el PSOE dudan tanto de su futuro que a Sánchez lo han convertido ya en la premonición de un cadáver con repuesto de mujer. A Rosa Díez se le van los eurodiputados a los actos de Rivera y a Podemos, a pesar de los errejones, las tanias, los cobros en negro, las espantadas televisivas y las tuerkas sin ánimo de lucro, le siguen saliendo las cuentas. ¿Hay algo en todo eso que permita pensar que se acerca un tsunami que vaya a cambiar el orden de las cosas que hoy muestran las encuestas? Pues entonces habrá que convenir, amigos míos, que lo razonable, desgraciadamente, no siempre tiene razón.

#444

Re: Programa de Podemos.

Pablo Iglesias ingresó en 2013 casi 70.000 euros de sus trabajos como profesor, presentador y tertuliano
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16.12.2014EP10
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ingresó durante el año 2013 un total de 69.686,08 euros en concepto de salarios, honorarios y retribuciones por sus trabajos como profesor de la Universidad Complutense de Madrid y como presentador del programa de televisión 'Fort Apache', por su participación en tertulias de diversas cadenas y por la publicación de libros.
Pablo Iglesias ingresó en 2013 casi 70.000 euros de sus trabajos como profesor, presentador y tertuliano
Así consta en la declaración de bienes que el eurodiputado ha publicado en el "portal de la transparencia" que ha desarrollado Podemos para informar de sus cuentas. Además de la de Iglesias, también están disponibles las de los otros cuatro eurodiputados de Podemos, y próximamente lo estarán también las del resto de cargos internos de la formación.
Según el documento, Iglesias ingresó en 2013 un total de 19.604,08 euros como "empleado", lo que correspondería a su trabajo como profesor interino a tiempo parcial en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, puesto que desempeñaba desde octubre de 2008 y que dejó en junio de 2014 tras ser nombrado eurodiputado de Podemos.
Además, cobró 50.082 euros como autónomo por sus actividades como presentador y director del programa 'Fort Apache' de la televisión iraní, ocupación que sigue desempeñando; como tertuliano en diferentes programas de televisión, en los que dejó de participar en mayo de 2014; y como autor, co-autor o coordinador de diversos libros publicados ese año.
Por todos sus ingresos, que en total ascienden hasta los 69.686,08 euros, Iglesias pagó 19.090,27 euros por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en 2013.
Asimismo, el líder de Podemos recibió en concepto de intereses de cuentas, depósitos y activos 242,19 euros en 2013. Según su declaración de bienes, Iglesias tiene 19.549,97 euros en su cuenta corriente y 23.955,29 euros en una cuenta de ahorro.
En la declaración publicada también se incluyen los bienes patrimoniales del eurodiputado, y que consisten en una vivienda rústica en Ávila, que adquirió el 30 de octubre de 2013 por 13.487,79 euros. Además, tiene una motocicleta, que compró por 2.670 euros a finales de 2012.

#445

Re: Programa de Podemos.

Al final te veo votando a Podemos, Solfam.

#446

Re: Programa de Podemos.

yo hace mucho que lo tengo claro votare al PP. aunque vea cosas que no me gustan como la corrupcion la cual nunca pense que la iba a ver en el partido de rajoy...pero todos son iguales.
pero aun con los problemas, para mi el PP HA GOBERNADO Y HAN TOMADO DECISIONES cosa que no vi con PSOE y creo que al menos el camino de la recuperacion ha comenzado...
a podemos nunca le votaria por una razon soy democrata y no quiero para españa un gobierno dictatorial
saludos

#447

Re: Programa de Podemos.

Podemos es el ingrediente que le faltaba a la escudella catalana, la morcilla de mondongo y las manitas de cerdo; grasa y gelatina en vena y en olla a presión. El espectáculo promete. El domingo 21 en Barcelona es el evento, aún sin escenario. Pablo Iglesias se anuncia en plan Manu Chao, que igual toca y lo mismo canta en una casa okupada que en el Palau de la Música.

El partido de Iglesias no podía renunciar a las oportunidades que ofrece la política catalana para dinamitar España. Mas, Junqueras, Forcadell y la monja Forcades se sobran para el empeño y acumulan méritos, pero no hay que desdeñar la contribución de Iglesias y sus camaradas y camarados. Podemos tiene un plan para Cataluña destilado en la secretaría de Plurinacionalidades, sectorial dedicada al estudio de las peculiaridades regionales y el encaje de los pueblos hermanos. Al frente de tal grupo se encuentra Gemma Usabart, el contacto de Iglesias para el expediente catalán.

Como no podía ser de otra forma, Podemos está a favor de celebrar un referéndum sólo para catalanes sobre el futuro de España. Hay que partir de cero, dice Usabart mientras desliza la teoría de que muchos independentistas preferirían vivir en la España de Iglesias antes que en la Cataluña independiente de CiU. Sugerente reflexión del tipo "antes roja que rota", por la que integridad de la Nación dependería de la culminación de los delirios de Iglesias, Errejón y Monedero.

La tesitura de Usabart no contempla la posibilidad de que la España de Podemos y la república catalana sean causa y consecuencia y al revés. En cualquier caso, plantea un dilema del tipo silla eléctrica o inyección letal, porque la Cataluña independiente y el resto de España bajo la bota de Iglesias se antojan paisajes como para ir pensando en preparar las maletas y pedir asilo en Albania, que es una democracia parlamentaria con más garantías que las que presenta nuestro futuro inmediato.

Por poder, puede que Podemos desinfle o disperse el separatismo. Es indudable el atractivo que ejerce entre las bases indepes la panorámica de una España radikal frente a una Cataluña en la que los insurrectos ya están en el poder, llevan corbata y son siempre los mismos. Y ahí es donde Podemos vende la proclamación de independencia de Companys: "El estado catalán de la república federal española".

#448

Re: Programa de Podemos.

A estas alturas caben ya pocas dudas sobre el objetivo único de Podemos: la toma del poder, de todo el poder. Lo demás estará siempre supeditado a este objetivo. Por ello, sus contradicciones son desdeñables. Así, por ejemplo, se anuncia la (aparente) sustitución del modelo económico bolivariano por uno nórdico –de la mano, además, de un politólogo a quien Iglesias llamó "caradura" el año pasado– y no se escucha ni una sola crítica interna; Pablo Iglesias plantea que el modelo de organización de Podemos sea el centralismo democrático leninista, liquidando, así, el espíritu asambleario del 15-M, y es elegido secretario general con el 88% de los votos; y la cúpula del partido se esconde de los medios cuando arrecian las críticas pese a la promesa de "dar siempre la cara" y la justificación que se da es que están sufriendo una "cacería" y que hace falta ser sinvergüenza para pedirles explicaciones. Podemos está por encima de las contradicciones porque es pura y llanamente una máquina de ocupación del poder del Estado que se alimenta del convencimiento de que el poder no estará en manos legítimas hasta que no esté en las suyas.

La lógica política de Podemos tiene una larga tradición en el siglo XX. Es la lógica de los partidos comunistas. Repasemos algunos datos que revelan el apego al poder de estos partidos inspiradores de los líderes de Podemos (recordando, al tiempo, las siguientes palabras escritas por Íñigo Errejón en su tesis doctoral: en Pablo Iglesias he encontrado un compañero de mente incisiva y voluntad bolchevique).

En el mundo hay actualmente cinco países gobernados por partidos comunistas: China, Cuba, Vietnam, Laos y Corea del Norte (aunque este último oficialmente cambió el marxismo-leninismo por la ideología juche en 1992). Los cinco países son dictaduras. En los cinco el partido comunista llegó al poder por la fuerza y, una vez tomado, no lo soltó. El mismo partido comunista lleva gobernando en Corea del Norte desde 1948, en China desde 1949, en Cuba desde 1959, en Laos desde 1975 y en Vietnam (primero del Norte y luego en todo el país) desde 1945/1975. Es decir, estos partidos llevan una media de 56 años en el poder.

Hay otros 25 países en los que un partido comunista ha gobernado. Solamente en tres de ellos –Chipre, Moldavia y Nepal– llegó al poder por las urnas y lo abandonó por las urnas. En todos los demás –incluyendo, claro está, la URSS y sus países satélites–, los partidos comunistas tomaron el poder por la fuerza y lo abandonaron o por la implosión del país o por la fuerza. De media, estuvieron unos 25-30 años en el poder, y en algunos llegaron a los 70, como en la URSS.

Los partidos comunistas se caracterizan, pues, por tomar el poder por la fuerza y, una vez tomado, no soltarlo. El acceso al poder por las urnas y, más importante aún, su abandono por las urnas es la excepción a la regla.

Se me objetará que estos ejemplos no son aplicables a España, dado que aquí las elecciones democráticas no se discuten y todo partido debe basar su acceso al poder en el voto popular. Es cierto que España hoy tiene una democracia más consolidada que ninguno de los países mencionados. Pero el argumento no es ese; el argumento es que la acción de los partidos comunistas refleja los anhelos de los líderes de Podemos. Más allá de la realidad actual española, el objetivo de Podemos es el mismo que el del resto de sus camaradas: la toma y el control absoluto del poder. Cosa distinta es cómo se deban adaptar a las circunstancias del país. Y ahí es donde entra el Socialismo del Siglo XXI.

El gran teórico del Socialismo del Siglo XXI es el alemán residente en México Heinz Deiterich. Asumiendo los ideales democráticos de participación ciudadana, Deiterich basa su modelo en la combinación de una soberanía política con una social protagonizada por sindicatos y movimientos sociales. Las votaciones se aceptan, aunque el ganador deberá siempre ser el mismo. El gran impulsor político del concepto fue Hugo Chávez, del que Deiterich fue asesor. Más allá de teorías socialistas, el comportamiento del chavismo sigue la misma lógica comunista arriba expuesta: la ocupación y control total del poder. El chavismo llegó al poder en 1999 y, a partir de entonces, se dedicó a laminar cualquier tipo de oposición política e institucional (acabamos de saber, por ejemplo, que de las 45.000 sentencias dictadas por el Tribunal Supremo venezolano desde 2004, ¡ninguna ha ido contra el Gobierno!). Seguidores de este Socialismo del Siglo XXI son también Rafael Correa (en el poder en Ecuador desde 2007), Evo Morales (en Bolivia desde 2006) y Daniel Ortega (en Nicaragua desde 2007).

Todos ellos asentaron su poder en profundos cambios constitucionales o, directamente, en nuevas Constituciones. Rompieron el "candado" de las antiguas Constituciones del país, laminando los contrapoderes institucionales (y provocando, de paso, tremendos costes económicos, que están llevando Venezuela a la ruina). El problema de dichas Constituciones no era que estuviesen anticuadas; es que se oponían al proyecto de control total de los socialistas del siglo XXI. Estos socialistas también quieren dinamitar la vigente Constitución española. Su apoyo al derecho a decidir catalán forma parte de esta estrategia. Es la forma, no lo duden, de alcanzar el poder absoluto en España.