Pacto inminente de CiU y ERC...próxima estación 11 de Septiembre del 2.014
El acuerdo CiU-ERC, sólo pendiente de los últimos detalles
El entendimiento entre CiU y ERC para dar estabilidad al nuevo gobierno y preparar una consulta para el 2014 está a las puertas de cristalizar. Los partidos se reservan sábado por la tarde por si hay que presentarlo
R. MATEOS / M. COLOMER
Barcelona | Actualizada el 13/12/2012 12:31a.m.
Artur Mas y Oriol Junqueras, ayer ALBERT GEA / REUTERS
http://www.ara.cat/premium/politica/Lacord-CiU-ERC-pendent-ultims-detalls_0_827917289.html
Fumata blanca cada vez más a la vista. Después de unos días de tira y afloja negociador, las dos principales fuerzas en el nuevo Parlamento, CiU y ERC, se encuentran a las puertas de rubricar un acuerdo global para garantizar la estabilidad del nuevo obierno y fijar el 2014 como el El horizonte para celebrar la consulta de autodeterminación. El pacto aún debe reflejar por escrito y quedan por cerrar los últimos flecos. Detalles, por otra parte, que las fuentes del núcleo negociador consultadas por el ARA consideran "importantes". Fuentes de ambas formaciones coincidían en afirmar ayer que, ahora sí, el acuerdo general está bien encarrilado, si bien ahora se entra en la fase decisiva, y por ello también más compleja: la de las concreciones. "La música suena bien, ahora falta que confluya la letra", es decir, la plasmación en un documento escrito que debe blindar el pacto para garantizar estabilidad parlamentaria al Gobierno, resumían fuentes conocedoras de los contactos.
Sólo un desengaño imprevisto a la hora de poner en negro sobre blanco el entendimiento podría trastocar los planes, que pasan por escenificar sábado por la tarde el pacto de legislatura con una foto conjunta de las cúpulas de CiU y ERC, con Artur Mas y Oriol Junqueras al frente. Una imagen que debe simbolizar la apertura de una etapa política decisiva para Cataluña. Por la mañana, los consejos nacionales de Convergencia, de Unión y de Esquerra prevén reunirse por separado para ratificarlo. Sólo complicaciones de última hora-que las partes admiten que no desean-podrían retrasar hasta el lunes la puesta en escena.
Una sensación muy extendida entre dirigentes de todas las partes es que la resolución definitiva de la negociación puede cristalizar pronto, lo que justificaría los preparativos para el fin de semana. De hecho, Unión reunió el 1 de diciembre su consejo nacional, pero ante la posible inminencia del pacto de gobernabilidad convocará una sesión extraordinaria, ya que por estatutos un acuerdo de este alcance debe ser ratificado en este marco.
Las dos caras del desatascador
La solución de las conversaciones tiene dos caras. Por un lado, ERC había puesto como condición ineludible definir un plazo claro, un horizonte concreto, para celebrar el referéndum de autodeterminación. No tenía suficiente con el mero compromiso de convocarlo prioritariamente en algún momento de la legislatura que ahora comienza. Los republicanos ya no quieren ningún elemento de ambigüedad que deje abierta una rendija a posponer sine die lo que consideran que ahora ya es una decisión vital para la supervivencia económica del país.
Los nacionalistas, en cambio, eran reticentes a concretar el día en que los catalanes serán llamados a las urnas para decidir su futuro colectivo, con el argumento de que hay que evitar que el futuro gobierno que volverá a presidir Mas sea esclavo de unos plazos que inevitablemente estarán condicionados también por acontecimientos imprevisibles que puedan rodear el proceso. Finalmente, los negociadores de CiU han dado por buena una fórmula que establezca claramente el año de la consulta, en 2014. Con el trabajo formal de la comisión negociadora del referéndum terminada, todavía hay un punto pendiente de pulir que afecta la concreción temporal, y las dos partes, según las fuentes consultadas, se han dado hasta el viernes para acabar de perfilar a partir de un borrador compartido. Los contenido del último borrador de acuerdo que se intercambiaron ayer los núcleos negociadores aún no satisfacen plenamente ninguna de las dos partes, pero cada vez se acercan más. La melodía es cada vez más afinada. La partitura no.
En privado, dirigentes de ambas formaciones reconocen que sería "lógico" celebrar la consulta en la segunda mitad del año 2014. El referéndum de Escocia, previsto para el otoño de 2014, no es un elemento menor en las negociaciones para concretar los plazos de la autodeterminación catalana. Tanto CiU como ERC tienen presente que una derrota del independentismo en Escòciapodria influir hasta dinamitar la moral del soberanismo catalán. Y en este contexto, nadie pierde de vista que el Once de Septiembre del 2014, una fecha de alto contenido simbólico-hará 300 años justos que Cataluña perdió las estructuras de estado con la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas de Felipe V-, encajaría a la perfección dentro de este plazo.
Comisiones para controlar el acuerdo
El otro escollo negociador que queda para desbloquear es el protocolo de relaciones CiU-ERC para garantizar la estabilidad parlamentaria del nuevo gobierno de Artur Mas. Es el aspecto que más preocupa la federación nacionalista, temerosa de que sus nuevos socios se desmarquen en algunas votaciones comprometidas que se irán produciendo durante toda la legislatura. Consciente de la dureza de los recortes que deberá aplicar para ajustarse al límite de déficit del 0,7% del PIB para el 2013, CiU quiere atar corto a los republicanos para que realmente den estabilidad al ejecutivo, a pesar de que pueda costar un cierto desgaste, y no caigan en la tentación de hacer oposición, presionados por el resto de grupos parlamentarios. A la vez, ERC quiere que estos protocolos sirvan para blindar su intervención en todas las decisiones del Gobierno que deberá validar el Parlamento, y que garanticen el cumplimiento dedillo los plazos del proceso soberanista.
Una de las fórmulas que se deben acabar de perfilar en los próximos días para asegurar la unidad de acción en el Parlamento consistiría, según fuentes conocedoras de las conversaciones, crear varias comisiones de seguimiento. Las propuestas que los negociadores tienen sobre la mesa prevén tres comisiones específicas: una de presupuestos, otra de actividad parlamentaria y una tercera sobre el proceso preparatorio de la consulta de autodeterminación. Podría haber una cuarta comisión más general para evaluar el cumplimiento global del pacto de gobernabilidad. Todo ello con Artur Mas y Oriol Junqueras como principales garantes fundamentales para el éxito de una operación de legislatura que ambas partes admiten complicada.
A principios de semana, éste era uno de los aspectos de la negociación que estaban más verdes. Lo cierto es que hay recelos y suspicacias históricas mutuas que, sin embargo, perviven. Si bien hay que tener en cuenta la sintonía entre los líderes de los grupos parlamentarios de CiU y de ERC, Oriol Pujol y Junqueras respectivamente, dentro de la dirección de ERC hay muchas prevenciones sobre la voluntad real de CiU de caminar hacia el ejercicio del derecho a decidir. De ahí la insistencia en poner por escrito un compromiso inequívoco con los plazos y el horizonte de la consulta. Los republicanos ya no valen escenarios prioritarios ni redactados con fórmulas verbales en condicional. De hecho, fuentes de la cúpula republicana no se cansan de recordar que no están reclamando ninguna concesión a CiU, sino que aplique el programa con el que concurrió a los comicios y cumpla que la consulta debe hacerse sí o sí, con el visto bueno o sin del gobierno español. Interpretan que el electorado les ha encomendado un papel de garante que CiU no dará marcha atrás: los resultados electorales del 25 de noviembre-ERC pasó de 10 a 21 diputados-lo pondrían de manifiesto, según esta visión. Con la concreción de la consulta encarrilada, la política fiscal centrará ahora en los últimos compases de las conversaciones en las próximas horas.
La política fiscal, encauzada
De hecho, ayer las fuentes consultadas reconocían que aunque ha habido avances en esta materia, no puede considerarse que haya un pacto cerrado. Los republicanos admiten que deberán ser corresponsables de un ajuste de entre 3.000 y 4.000 millones de euros. Los números están sobre la mesa de negociación, y no hay fórmulas mágicas para domesticar una deuda que sigue asediando la hacienda de la Generalidad. Así, CiU no pone trabas a la recuperación del tramo del impuesto de sucesiones para las grandes fortunas y también estaría dispuesta a tocar al alza el impuesto de patrimonio. Otra tasa propuesta por ERC, la euroviñeta para los camiones que circulen por el Eix Transversal, también está en estudio. En este caso, sin embargo, el problema sería más bien de implementación de la medida, para asegurar que los vehículos que utilicen esta vía no puedan encontrar maneras de saltarse el pago. El acuerdo, a tocar.