Entiendo que tu pregunta es con carácter general, así que con carácter general te respondo.
A mí no me gustan nada las comisiones de éxito (es decir, las variables sobre rentabilidad), aunque, claro, para gustos, colores. La principal razón por la que no me gustan es que porque pueden inducir comportamientos indeseados del gestor (indeseados para nosotros, claro). Ten en cuenta que si el fondo gana, ganáis los dos, pero si pierde, pierdes tú solamente (porque la comisión nunca es negativa), así que el gestor puede aventurarse en inversiones muy arriesgadas que si salen bien se lleva un pastón y si salen mal, el pagano serás tú. Al cabo, como el fondo ha ido tan mal, se cierra y vuelta a empezar con otro.
Sin llegar a ese extremo, supongamos que un fondo empieza con un valor liquidativo de 1.000 y pierde un 20%, con lo que queda VL=800. Ese año el gestor no cobra comisión de éxito, claro. Pero es que además, no la volverá a cobrar hasta que el VL supere los 1.000 (la llamada "marca de agua"), con lo que se verá impelido a recuperar esos 1.000 cuanto antes, induciéndole a inversiones más arriesgadas para conseguirlo (es como el jugador que pierde y dobla la apuesta para recuperarse).
Aun dejando aparte estos casos, ocurre que la "marca de agua" se resetea cada tres años ...
A mi modo de ver, si el fondo va bien y aumenta su valor liquidativo, aumentará también el importe de la comisión sobre tus participaciones, con lo que, si además hay comisión de éxito, estarías pagando dos veces por dicho aumento del VL.
En resumen, creo que la comisión de éxito no aporta nada positivo desde el punto de vista de motivar al gestor. Si consigue que el fondo vaya bien, aparte de su satisfacción y prestigio personal, aumentará el valor liquidativo y además atraerá más partícipes, con lo que incrementará el patrimonio bajo gestión y, en consecuencia (y por dos vías), el importe de la comisión fija que cobrará. Y si va mal, todo lo contrario. No hace falta para nada añadirle una comisión de éxito, con los potenciales efectos indeseados que mencioné antes.
Esta es mi opinión, que naturalmente estoy dispuesto a cambiar si escucho argumentos convincentes en contra.