Al invertir en un fondo monetario, la ecuación es sencilla: tipos de interés rozando el cero, menos rentabilidad de la deuda, o negativa en muchos casos, a la que han de restarse las comisiones de gestión y depositaria dan como resultado una rentabilidad negativa. Solo tienes que echar un vistazo a esta categoría de fondos para ver las paupérrimas rentabilidades que arrojan. Y eso que algunas gestoras han ido bajado comisiones para maquillar algo los datos.
Tampoco nada hace pensar que esta situación vaya a cambiar a corto plazo. Al contrario: las pérdidas previsiblemente se ensancharán de aquí a final de año. En los mejores casos las rentabilidades serán del 0% o muy ligeramente por encima, y una gran parte de este tipo de carteras arrojará pérdidas al cierre de 2015.
Su utilidad, a dia de hoy, es meramente estratégica para modular nuestra exposición a RV o RF sin tributar en los traspasos.