A mí si me quitan lo de ser propietario (en la parte alícuota) de esos barcos que llevan gas de Yamal a China es como si me quitaran un riñón (exagerando un poco).
Suena a cachondeo, pero es que me rompen por el eje, me fastidian el discurso.
Habrá que defenderse de esta tropelía; a no ser que paguen más, claro está.