Luego le respondo con más detalle, pero, a pesar de que yo también tengo épocas de idolatría Bogle -una forma de apuesta activa por aquel que, sin embargo, postula la pasividad-, no dejo de reconocer que tal confianza en los índices deriva de un sesgo de complacencia en unos últimos diez o doce años de subidas continuas.
En tendencia alcista, todos envidiamos la implacable frialdad del índice, la imparable inercia del mercado, un inmisericorde rodillo que aplasta a todos aquellos gestores que descreen de esa exuberancia irracional y que se niegan a participar de tal o cual moda, que es la que no puede sino marcar la pauta en los índices que, como dijo antes Alcasa, están ponderados por capitalización.
Pero, ¿qué pasa cuando la tendencia se agota y, no sólo aparece el mercado plano -que siempre aparece-, sino que también entramos en tendencia secular bajista -que ineluctablemente también llegará, que nadie lo olvide-? Pues que todo inversor -minorista, sobre todo- anhela un capitán al timón y necesita un gestor que haya comprado, en los tiempos de loca subida, aquello que bajaba y que estaba fuera del radar de la grandes capitalizaciones, aquella cola de la distribución. Porque eso será lo que suba entonces, en los tiempos -a veces demasiado largos, como décadas- en los que los índices quedan planos o bajan.
E ítem más, por dos motivos: el primero, psicológico, ya que en los tiempos de zozobra el inversor requiere, como digo, de una figura gestora que le aporte el sosiego de poder sostener la cartera rotando valores -cosa innecesaria en las subidas- a aquello que el mercado, irracional en bajadas como en subidas, más castiga por motivos espurios. El segundo motivo, porque necesariamente ha de producirse la rotación de aquello que en tendencia alcista subía -y ahora, en bajista, baja- a lo que en alcista bajaba y ahora en bajista debe subir. Esa rotación de sectores y empresas y ulterior sustitución se producirá en el índice y confirmará, paradójicamente, la teoría Bogle de que el índice a largo plazo siempre termina subiendo. Sí, del 2010 al 2020 gracias a las tecnológicas y, verbigracia, del 2020 al 2030 energía y materias primas. El índice, entonces, seguramente habrá subido, pero será otro.
El gestor, naturalmente, ha de compararse con el índice en el ciclo completo, 2010-2030. Y ahí se puede comprobar quien bate y quien no. Pero fotos parciales generan conclusiones incompletas. Y ahí incluyo, por supuesto, las mías.