El inmobiliario cotizado debe estar en cualquier cartera bien diversificada
A continuación, os dejo un comentario de sector inmobiliario realizado por Damien Marichal, gestor de Degroof Petercam AM. Damien explica las fortalezas del inmobiliario cotizado como herramienta de diversificación y qué ventajas aportan este tipo de activos a una cartera, como una fuente estable de ingresos, su elevada rentabilidad o la posibilidad de invertir en el sector inmobiliario sin exponerse a los riesgos que presenta el inmobiliario directo.
Opinión de Damien Marichal, gestor de Degroof Petercam AM
El inmobiliario cotizado ha ganado recientemente un puesto como sector independiente debido a su importancia cada vez mayor en los mercados mundiales, pero también tiene que estar presente en una cartera bien diversificada. Este potencial de diversificación procede de la naturaleza híbrida de la inversión en REITs, que posee características de la inversión en renta variable y otras más cercanas a la inversión en renta fija y además da acceso a una clase de activo más eficiente que la renta variable pura.
Así, la inversión en compañías inmobiliarias que cotizan en bolsa proporciona una fuente de ingresos estables a través de los activos subyacentes, combinados con altos dividendos. Sin embargo, mientras los bonos cuentan con un cupón fijo, los dividendos que ofrece el inmobiliario cotizado pueden aumentar en línea con los flujos de caja.
A esto se suma la búsqueda de rendimiento que hemos presenciado durante los últimos años. Los rendimientos más bajos han empujado a los inversores hacia activos capaces de generar ingresos alternativos como el sector inmobiliario, creando un sentimiento de fuerte correlación entre ambos tipos de activos. No obstante, los inversores no deberían llegar a esta conclusión demasiado rápido. Aunque se ha producido un claro incremento en las correlaciones durante los últimos cinco años, el panorama general revela que el inmobiliario cotizado está bastante descorrelacionado respecto a los precios de los bonos.
Durante los últimos años, la corriente estable de ingresos proporcionada por el inmobiliario cotizado se ha incrementado sustancialmente, mientras los rendimientos de los bonos han caído a niveles mínimos y la búsqueda de rentabilidad ha alimentado la demanda de real estate cotizado. Además, los bancos centrales han servido de impulso adicional a esta búsqueda de rendimiento a través del canal de transmisión monetaria.
Otra ventaja de los REITs es su elevada rentabilidad. Desde el año 2001, este tipo de activos han proporcionado un retorno anualizado del 10,9%, frente al 7,5% de las small caps, el 1,8% de las compañías de mediana capitalización y el 6,5% del bono alemán a diez años. Este sector también se ha visto favorecido por el incremento de la disciplina financiera tras la crisis, que ha reducido considerablemente la volatilidad de este tipo de activos.
¿Qué ocurre con la liquidez en el mercado inmobiliario? La liquidez ha vuelto a ser un tema importante recientemente, después del resultado del referéndum del Brexit en Reino Unido. Recordemos que tras la votación muchos accionistas de fondos inmobiliarios británicos decidieron vender su participación, forzando a tres fondos a suspender los reembolsos. Los inversores deben tener en cuenta que este tipo de fondos invierten un 80% en inmobiliario directo, por lo que son ilíquidos. Los fondos de real estate de Degroof Petercam AM invierten únicamente en sociedades inmobiliarias cotizadas con liquidez diaria, por lo que no están expuestos directamente al sector inmobiliario, mucho menos líquido por naturaleza.
Todas estas características hacen que el inmobiliario cotizado merezca una posición en cualquier cartera bien diversificada, ya que este tipo de activo mejora el perfil de riesgo-retorno de una cartera, proporciona una fuente de ingresos estables y evita los riesgos de inversión en inmobiliario directo.