La deflación en la periferia incrementa la presión sobre Alemania
El presidente del BCE afirmó ayer que la eurozona está experimentando un prolongado periodo de baja inflación, que implica ciertos beneficios para la corrección de los precios en toda la zona. En relación a este tema, incluyo unos comentarios de Michael Collins, director asociado de Comunicaciones de Fidelity:
Una breve fase de deflación en los países de la periferia europea les ayudará a recuperar su competitividad internacional y hará atractivas sus exportaciones gracias a tasas de inflación más bajas que las de los países con superávit. Sin embargo, la deflación en los países periféricos amenaza con convertirse en una deflación dañina. Existen soluciones, pero conllevan que los países acreedores como Alemania acepten una inflación más alta. Desgraciadamente, existen pocas probabilidades de que Berlín acepte un objetivo de inflación más elevado. En este sentido, está aumentando la irritación ante la actitud de Berlín y su rechazo a las soluciones para toda la región. La presión sobre Berlín y otros países acreedores para que den un empujón a sus economías seguirá creciendo. En el caso de Alemania se vislumbra cierta esperanza, ya que la coalición formada a finales de 2013 por la democracia cristiana (centro derecha) y los socialdemócratas (izquierdas) ha prometido elevar las pensiones, los salarios y el gasto público.