De estos momentos tan duros es de donde salen experiencias para aplicar en el futuro y, si las consecuencias de hoy son nefastas, hacerlas incluso retroactivas.
Con la situación actual, no estoy pensando si habrá un milagro y al final Don Eduardo era un santo, sino si habrá posibilidades de llevarle ante los tribunales y reclamarle lo que se pueda, si al entrar en juego la famosa Caixa del Llobregat, podríamos los afectados cubrir la falta de capital que le exige el BdE para comprar el banco a cambio de garantías de cobro, si el FgD no se presenta como acreedor y la deuda del banco diminuye dando prioridad a los depositantes, si el FgD asume que, tras años de acumular fondos para cubrir estas situaciones, es el momento de indemnizar al 100% porque no prevé un nuevo escándalo bancario, si el magistrado considera que el banco estaba quebrado antes de la suspensión de pagos y la declara con efecto retroactivo, etc.
Hay muchas cosas que se pueden pensar, pero no tenemos conocimientos ni argumentos suficientes para saber si es posible un cambio en las instituciones ya sea por presión política o (aquí es donde nosotros entramos) popular.
Con las desesperadas situaciones de personas que estoy conociendo a lo largo de estos días, no sé como no han tomado medidas para solucionar el asunto y zanjarlo, yo como político o presidente de una institución como las que están inmersas en este asunto, no podría dormir sabiendo las circunstancias en que viven, no personas como los que estamos aquí luchando, sino aquellas que no pueden aparecer en público por si son reconocidas por sus familiares que no saben que podrían estar arruinados.