Una idea muy sencilla y que ha funcionado en Francia es vender calcetines por Internet. Parece una tontería, pero el tío que lo montó creo una colección exclusiva de calcetines (de todos los colores), les fabrica en Francia y les vende por 6€ el par.
El año pasado en invierno, segundo año de existencia de la empresa, ya estaban vendiendo más de 5.000 pares al mes. Todo esto desde casa, sin empleados, con el único (e importante) riesgo de calcular bien la cantidad de producto (para no quedarse sin existencias ni con un montón de ropa sin vender).