Cierto. Pasó del agnosticismo a ser pastor anglicano, casado y con familia numerosa. Cuando llegó a los cincuenta, aproximadamente, tras el horror de la I guerra mundial "se pasó" a la Iglesia Católica pero era profundamente crítico como siempre había sido. Simplemente su iglesia le había defraudado.
En concreto me cuesta imaginar al sesudo hombre que cuestionaba el cuerpo filosofal sobre el que se asentaban los inicios del S XX "exaltando la coherencia intelectual" de un ente que aún oficiaba en latín, de espaldas a los fieles, volcado en el Dogma por encima de las Escrituras y sin ninguno de los valores humanistas que no aparecerían hasta el Concilio Vaticano II.
Creo, simplemente, que fue un eterno insatisfecho. Igual podría haberse hecho Hare Krisna si le hubiera seducido la idea como hizo en sus años mozos con el ocultismo o el satanismo (el lo llamaba más tarde "juegos con el demonio").
Es un personaje complejo e hice mención a su nombre como autor de la cita, no por respaldo a su o sus múltiples y sucesivas visiones de la vida.
Yo sólo quería poner la cita en su sentido literal: entrar en un círculo religioso, el que sea, no debería bajo ningún concepto requerir desconectar el cerebro y eso es algo que se exige con rotundidad bajo la llamada de la fe, cuando exige que sea ciega.
Un abrazo,