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Me siento catalan y español......¿tan raro soy?

441 respuestas
Me siento catalan y español......¿tan raro soy?

Hilo cerrado

Me siento catalan y español......¿tan raro soy?
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#17

Re: Me siento catalan y español......¿tan raro soy?

Era solo una broma... espero que no te molestes.

Saludos

#19

Re: Me siento catalan y español......¿tan raro soy?

Me parece que eres catalán en España y español en Catalunya (siempre que no defiendas las raíces catalanas). Me explico su lengua y su cultura, sino no tendrías esta disyuntiva.
Perdona la frase, es un hecho histórico, a las personas que iban al pueblo de sus padres en España les repudiaban por ser catalán (simplemente por venir de un lugar llamado Catalunya y tener un acento raro) incluso les perseguían y les tiraban piedras (siempre me he preguntado si aquellos trogloditas que no sabían apenas leer e iban medio descalzos si realmente odiaban Catalunya porque les hacía daño o por los odiosa historias que contaban sus mayores. No podían ser otra que decir que allí tenían un trabajo, una casa incluso una nueva novia, quizás este el motivo de ese odio ancestral y rancio hacia Catalunya), ahora no tiran piedras pero nos chupan la sangre vía déficit fiscal. este grupo de Catalanes -españoles en el que te ubicas, en Catalunya se situaban siempre en el grupo de los castellano-parlantes, pero con la solemne afirmación que eran catalanes por encima de todo. Sin embargo, se estaban posicionando en su lugar. ¿el real o no?

Saludos y suerte te deseo que encuentres tu camino.

#20

Re: Me siento catalan y español......¿tan raro soy?

Bueno yo creo que a estas alturas de la película esto forma ya de un debate muy superado en Catalunya...(desde ya hace mucho tiempo). No "veo" ni intuyo que tenga ningún debate identitario el forero Rubito ni que tenga que superar ni encontrar su camino. Su opción es perfectamente válida e incluso me atrevería a decir que es la mayoritaria...es por ello que no llego a entender el sentido de la pregunta...por lo de raro?

pd: Felicidades Joan

#21

Re: Me siento catalan y español......¿tan raro soy?

un abrazo...
Reflexión de un escritor catalán con el corazón ‘partío’
Sergio Farras | abril 15, 2013

Carod Rovira dijo una vez: que su novela preferida era El Quijote. Igual, lo dijo para contentar al personal y como farol o de hábil jugada política. A saber. Y Sigmund Freud aprendió castellano por gusto propio, para ser capaz de leer la misma obra en su lengua original. Se conoce que el hombre quería alimentar su lucidez cultural.

En estos tiempos tan tensionados y de estrés político pasado de vueltas, andan agitadas las conciencias y confusas las ideologías que conviven en la misma fachada, de lo que parece el eterno debate soberanista sobre la lengua catalana. De esta lucha fatua, de un tira y afloja casi eterno en un tema excesivamente sensible que excita a las masas y aviva el conflicto. La lengua, como instrumento político puede ser herramienta peligrosa. Y su uso inconsciente de irracional manejar, puede producir un efectismo que enciende las pasiones que están a flor de piel en la sociedad catalana actual.

La última sentencia del TJSC ha encendido la “flama” que quema, que alienta las brasas del caldero que anda con el fogonazo profundamente vivo. Mientras, el castellano golpea martilleando sobre el yunque del catalán que se muestra peleón y batallador.

El TJSC lo resolvió así: “Podría argüirse, tal vez, que esta decisión afecta a los escolares que forman parte de la misma clase que el hijo de la parte actora [la familia castellanoparlante], y cuyos padres pueden querer y desear que el modelo lingüístico actual no se modifique. Ahora bien, ello no es óbice a lo acordado”.

Lo sensato no siempre es buena solución ni remedio del problema, y contentar a unos y otros es empresa de difícil agradar. No hay lenguas felices y lenguas enemigas. Porque lo poco práctico y excesivamente idealista, no suele llevar a la concordia y deseable conciliación que precisa un estado de diversidad cultural y de derecho moderno. Los catalanes podemos vestir barretina en la cabeza y hablar las dos lenguas. Tampoco pasa nada. Y la presencia del español en las aulas no es amenaza ni persecución y batida a la cultura de identidad catalana. Porque las aulas separadas con tabiquería sería manifestar locura y conflicto desmedido. Y esto de vehicular es palabra ambigua que suena a comunicar estados de ánimo o enfermedades, donde la presunta atención individualizada al singular precepto del niño apartado del grupo, no sería discreto ni tampoco virtud, donde la criatura se pudiera sentir excluida y desorientada, no consiguiendo más que enmarañar y menear más el problema. De las ambigüedades nada bueno se suele conseguir, y desenterrar viejos fantasmas del pasado nada tiene que ver con la cultura, ni mucho menos con la proporcionalidad del uso de la lengua al sometimiento del condicionamiento.

Cultura y política deben ir paralelas pero no revueltas. Y solucionar las cosas por lo contencioso, suele salpicar a las almas más sensibles que se suelen transferir al sentido de una voz para que signifique figuradamente una cosa distinta; de lo que se dice, y de lo que se plasma luego en las urnas. Y el tema se va liando a medida que se va soltando lastre. Esto parece que va para largo y todavía queda mucha tinta por deslizarse en ásperas hojas de pliegos descosidos de desavenencias, donde muchas, se las llevará la palabrería y el silbador viento.

El “toma y daca” de las lenguas escolares en zonas bilingües existe y siempre existirá, por carecer de fórmula o ecuación que resuelva todos los dilemas. Y suavizar el escenario dentro de un marco de madura harmonía sería cosa deseable, de un bálsamo que barnizara a llamar a la calma que casi nadie hace caso.

Una cosa es que el catalán sea el centro de gravedad y otra que ocupe todo el espacio” y, seguidamente, afea que solo “se emplee el castellano tres horas semanales”. (Añadió el TSJC).

Unos pocos puede que estén desvirtuando lo que la lengua catalana ha conseguido en estos treinta últimos años de tonos cambiantes. Y meterse en batallas judiciales es dividir más que sumar. Porque la libertad de poder elegir a qué palo quedarse (con perdón), es albedrío tan legítimo como terco el que se obligue por rencor o aversión. Servidor cree, que el bilingüismo ha de ser instrumento reconfortante y conciliador. Pues en la vida real; en la calle, en los trabajos, en nuestros grupos de amistades…, conjugamos en simbiosis ambas lenguas si se tercia y tampoco nos vamos tirando cantos ni pedradas a la testa.

El modelo de aprendizaje de los alumnos catalanes debería de ser de cordial comprensión y entendimientos de ambas lenguas. Eso sí, la demanda de atención individualizada en la lengua castellana por unos pocos, es rizar el rizo y calentar al pueblo que ya va escaldado por una política de desbarajustes multiusos que va provocando malestares y angustias, creando abismos de furias y cóleras donde el litigio está asegurado y remachado con extrañas políticas contorsionistas.

La inmersión lingüística tiene menos enemigos de los que cree. Y a los que nos gusta escribir y expresarnos también en castellano, no somos sus enemigos, ni mucho menos capadores de sabidurías ni mutiladores del verbo ajeno. Enriquecedora tarea sería llegar a un equilibrio que satisficiera el vago sueño del entendimiento. Porque el blanco o negro difícilmente suele equilibrar la balanza, y los matices quedan entonces enquistados y adulterados por intereses políticos y desordenados por otros conceptos que hacen sombra y arrugan la esencia. Y luego, no se amoldan como una flecha en un arco. Vivimos en un mundo plural donde no deberíamos destruir, sino construir. Y no es demagogia lo que pretende el qué esto suscribe, sino el manifestar humildemente que es importante que los alumnos catalanes aprendan la lengua de Cervantes, que tampoco estorba ni traumatiza en exceso. Porque pasar la batalla a las escuelas dice muy poco de los adultos, que somos los que hemos de dar ejemplo vivo a los chavales que vienen empujando. Los mismos que han de construir el futuro mañana, con unas herramientas un tanto oxidadas y destempladas, de en un mundo que se presenta cada vez más pequeño y mucho más competitivo y plural.

Catalán y castellano deberían de convivir sin ser paradoja ni disparate volátil. Y uno, que tiene amistades por este agitado mundo, desea que se le entienda en otras lindes fuera de nuestras fronteras trazadas a escuadra y cartabón. Porque una mercancía ambulante y nómada a exportar son las palabras y el léxico que nos acerque a las demás culturas.

Esto pasa con la prensa también, que algunos para contentar y satisfacer al personal hacen tirajes de dos ediciones: catalán y castellano. Y aquí, hoy paz y mañana gloria. Y pensar que la lucha agitada de la lengua catalana pueda ser fácil senda para allanar el camino a la independencia, puede ser como una jugada tramposa y desestabilizadora donde sería pecar de iluso y de cándido soñador. Las cosas suelen ser más complejas y de laberínticos remedios en este nuevo orden mundial que nos amamanta.

Y los que son, o presumen de catalanofóbicos, -que es palabra que da aprensión y suele llevar a perder las amistades- de los que sienten repulsa y actúan como seres incendiarios; yo, les digo: soy catalán. Y lo digo en voz alta y por escrito. Aunque servidor, tenga el corazón partío con esto de bañarse entre dos aguas, de “los tira y afloja” y de las indignaciones que llevan a luctuosos hechos. Los escritores y escritoras no solemos ser gentes violentas, ni solemos tirar piedras en el fino techo de cristal qué es la convivencia plural y diversa, humilde y silenciosa que a todos nos cultiva. Porque las lenguas, han de estar limpias y relucientes como una buena conciencia y no ser la miseria de nadie.

Suplico que me perdonen los que no converjan con mi cavilación, por mi afición a la alquimia de mezclar lenguas y culturas. Y que no pague la buena intención con el desprecio, que siempre a los buenos ofende.

Sergio Farras, escritor tremendista.

http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=4&ved=0CDwQFjAD&url=http%3A%2F%2Fblogs-lectores.lavanguardia.com%2Fel-tremendismo-de-la-vida%2Freflexion-de-un-escritor-catalan-con-el-corazon-partio-99075&ei=wxfKUZHUIcqU0QW6n4CgCg&usg=AFQjCNFU4eTmkHjz6ugbCX0zXoskxrNmZA&bvm=bv.48340889,d.d2k&cad=rja

Quien tiene dinero tiene en su bolsillo a quienes no lo tienen

#22

Re: Me siento catalan y español......¿tan raro soy?

Gràcies. Pero me temo que es una utopía lo de que esté superado. Es un tema candente y cada vez lo será más. La diferencia de clases, en el hipotético caso de que se produjera la independencia, se vería muchísimo más acentuada. Recuerdas el libro de Francisco Candel: "Els altres catalans" . Quizás ahora no vienen tanto en el tren en mas procedentes del sur, vienen en en otros medios de transporte y de forma muy dramática (dentro del motor de los vehículos, en las hélices de los ferrys.

Afirmar que una opción es mayoritaria suena otra vez a utopía, y no querer ver ni oir la realidad propia. Cada uno es libre de pensar y decir lo que le apetezca.

La pregunta es la que se vienen haciendo Ciutadans y todos sus miembros en todas tertulias de Intereconomía y donde les invitan, 13TV.... Por su supuesto ninguna o muy pocas en Catalunya, sólo alguna vez en Catalunya Opina.

Saludos.

#23

Re: Me siento catalan y español......¿tan raro soy?

Todo tu comentario es respetable (es tu opinón) aunque no comparta en su mayoría lo que comentas. Nunca me he sentido atacado por el mero hecho de ser catalan cuando he estado en cualquier lugar de España.....incluso Madrid.....pero cada uno contará cómo le va.....a mi muy bien.

En cuanto a tu última frase, mi camino lo tengo muy clarito desde siempre....libre y sin coacciones.....por suerte estamos en un país hasta arriba de problemas.....pero libre.

Saludos;-)

#24

Re: Me siento catalan y español......¿tan raro soy?

Creo que nos has sido todo lo objetivo que debieras ya que deberíamos diferenciar entre sentir y sentimiento. Diferenciar lo meramente físico con lo psíquico. Podríamos ayudarnos de Unamuno y su obra "Del Sentimiento Trágico de la Vida" y de Kant con su visión fundamental de la estética como sentimiento. Como bien sabrás sentimiento etimológicamente sentire y aquí viene la critica te dejas la parte fundamental sus derivaciones como seso, del latín sensus de la raíz sentire y como no -miento. Por tanto estamos dentro de una complejidad enorme dado el sesgo que aplicamos al vocablo. La cuestión está en que se puede sentir en plural, en cambio el sentimiento es más singular más propio de la persona, el que combina sentir y ser, el que se pronuncia, no de forma dual, más bien con pasión. No tiene cabida la dualidad el sentimiento es único no es una forma de quedar bien, eso es un error. Un abrazo. -S2.