El Banco de España y el Gobierno llevan semanas contactando con las principales entidades financieras del país. Su intención es conocer el grado de implicación que tendrían en caso de que se necesite rescatar a una caja de ahorros. Ahora se trata de la CAM, que ha pedido la ayuda del supervisor para encontrar un socio o un comprador. La predisposición inicialmente parecía ser positiva, siempre que el Gobierno garantizase algún tipo de blindaje ante una posible subasta de una caja de ahorros.
El Ejecutivo se resiste a aprobar un sistema de protección de activos que avale en un porcentaje la posible morosidad que pueda aparecer en una caja si esta, al final, es adquirida por otra entidad.
Ahora el futuro de CAM puede pasar por su venta a un tercero, tras inyectarle las ayudas públicas necesarias para su recapitalización a través del FROB. El miércoles solicitó su nacionalización, en una medida desesperada de su equipo gestor. Ahora tiene que presentar un plan viable inmediatamente si quiere evitar pasar a manos de otra entidad, pasando antes por el FROB. Hoy tiene consejo donde su presidente, Modesto Crespo, dará a conocer el plan de viabilidad y las decisiones que acordó ayer con el Banco de España.
Por encargo de la CAM, el banco japonés Nomura ha entregado una propuesta, que podría estar visada por el Banco de España, a bancos como Santander, BBVA, Sabadell y Popular. En ella sugiere una fórmula mixta que evite en todo caso la intervención, y que pasaría por el recurso al FROB junto con un banco privado.
El supervisor y el Gobierno, además, quieren tener cerrado un plan B por si surge otro descalabro. Tienen urgencia en llegar a una solución antes del 28 de abril. El 14 de este mes el Banco de España deberá aprobar los planes de recapitalización de todas las entidades y exigir, llegado el caso, modificaciones en los mismos para que el 28 de abril todas las entidades tengan aprobado su plan de viabilidad. En el caso de CAM, Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, cuyas asambleas rompieron el miércoles su proyecto de fusión, será la segunda fecha la única que cuenta. El 29 de abril el Banco de España tiene que tener ya en su poder las pruebas de estrés de todos los bancos y cajas españolas, cuyos resultados se publicarán en junio. La delicada situación de la caja alicantina desluce nuevamente la reforma del sistema financiero español.
A falta de confirmarse, CAM necesitaría más de 2.500 millones de euros. De momento, Santander es el banco que tendría más posibilidades de quedarse con esta institución si finalmente es subastada. BBVA o La Caixa parecen poco proclives a pujar por la CAM. Santander tampoco ha comentado su interés por esta caja, pero sobre el papel es al grupo que mejor le encaja, una vez que la entidad catalana ha reiterado que su proyecto pasa ahora por su salida a Bolsa con Caixabank. BBVA también está dispuesto a participar en una puja por alguna caja, pero su objetivo parece encaminarse en otras direcciones. Popular y Sabadell también han declarado su interés por crecer con la compra de cajas, pero la digestión de CAM puede ser bastante pesada para estas entidades y puede provocarles una indigestión.
El presidente de Santander, Emilio Botín, ya declaró a sus directivos la intención del grupo de comprar cajas tanto para Santander como para Banesto. Frente a la teoría existente cuando Ana Patricia Botín abandonó Banesto de que el banco estaba en venta, ahora el proyecto pasa por aprovechar oportunidades de crecer. El grupo cree que Banesto tiene suficiente músculo para dar el salto y convertirse en una de las grandes entidades financieras en el mercado español.
La red Santander también busca crecer con compras de cajas de ahorros. Tiene, de hecho, todo preparado por si surge la oportunidad. La división que dirige Enrique García Candelas tenía previsto cerrar 100 oficinas en España y prejubilar a 700 empleados, como ha sucedido en los últimos años. Este plan lo ha retirado, según comentó el directivo un mes después, y solo ha cerrado 25 oficinas que al parecer no estaban incluidas en este plan de ajuste. Varias fuentes del mercado afirman que esto parece que "es solo un retraso para abordar un ajuste más profundo tras la compra de otra entidad en España".
La caja salva del descalabro a las cuotas
Las cuotas participativas de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) no vivieron ayer la jornada negra que se presagiaba. Al cierre, la pérdida fue de solo el 1,74%. Las cuotas cerraron en 6,2 euros, frente a los 6,31 del día anterior. La clave estuvo en la movilización de la propia entidad, junto a BBVA y Espírito Santo. Gesamed, el bróker de la CAM se empleó a fondo y en términos netos adquirió 20.194 títulos. La actuación de Espírito Santo (12.536 títulos) y BBVA Valencia (7.832) también fue decisiva. La posible intervención del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) con una inyección que podría alcanzar los 2.000 millones de euros era la losa que pesaba sobre la entidad. Las cuotas comenzaron la sesión con una pérdida del 6,97% y estuvieron suspendidas durante dos horas y media ante la avalancha de órdenes de venta. Las órdenes solo empezaron a cuadrar cuando se ofrecían descuentos superiores al 24%. Al final, los brókeres salvaron los muebles.
La cifra
2.500 millones de euros es la cuantía del déficit de capital que, como mínimo, tendrá que afrontar la CAM en su nueva etapa tras romper con Banco Base.
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