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Versos sueltos

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Versos sueltos
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#4505

Re: Versos sueltos

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LA VIDA ES SUEÑO - JORNADA III - ESCENA XIX
 

SEGISMUNDO

Es verdad, pues: reprimamos 
esta fiera condición, 
esta furia, esta ambición, 
por si alguna vez soñamos. 
Y sí haremos, pues estamos 
en mundo tan singular, 
que el vivir sólo es soñar; 
y la experiencia me enseña, 
que el hombre que vive, sueña 
lo que es, hasta despertar.

Sueña el rey que es rey, y vive 
con este engaño mandando, 
disponiendo y gobernando; 
y este aplauso, que recibe 
prestado, en el viento escribe 
y en cenizas le convierte 
la muerte (¡desdicha fuerte!): 
¡que hay quien intente reinar 
viendo que ha de despertar 
en el sueño de la muerte!

Sueña el rico en su riqueza, 
que más cuidados le ofrece; 
sueña el pobre que padece 
su miseria y su pobreza; 
sueña el que a medrar empieza, 
sueña el que afana y pretende, 
sueña el que agravia y ofende, 
y en el mundo, en conclusión, 
todos sueñan lo que son, 
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí, 
destas prisiones cargado; 
y soñé que en otro estado 
más lisonjero me vi. 
¿Qué es la vida? Un frenesí. 
¿Qué es la vida? Una ilusión, 
una sombra, una ficción, 
y el mayor bien es pequeño; 
que toda la vida es sueño, 
y los sueños, sueños son.


autógrafo

Pedro Calderón de la Barca, 1636-1673

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4506

Re: Versos sueltos

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  LOS DOS ESPEJOS

En el cristal de un espejo
a los cuarenta me vi,
y hallándome feo y viejo,
de rabia el cristal rompí.

Del alma en la transparencia
mi rostro entonces miré,
y tal me vi en la conciencia,
que el corazón me rasgué.

Y es que, en perdiendo el mortal
La fe, juventud y amor,
Se mira al espejo, y... ¡mal!
Se ve en el alma, Y... ¡peor!

autógrafo

Ramón de Campoamor

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4507

Re: Versos sueltos

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 LANDRE COMA [A] LANDRÚ

  Quién esconde palabras, quién escatima honra, 
quién calla como losa la condición del leño; 
y por culpa de todos hay mendigos de almendra, 
hay bocados de adán que 
piden misericordia de un ladrido 
a las luces en forma de bombilla en bodega.

    Mas por detrás del mundo hay otras veces 
en que ingresan miradas inocentes como manos de pez, 
desplazan en dos golpes de aleta dos nadas laterales, 
lo ignoran todo generosamente 
con el gesto fraterno del jabón, 
y así se desgañitan en continuum. 
Por el camino manso de naturalidad 
protenden su natura de ladrillo; 
si el reloj de ataúd da manchas de fatiga, 
ostentan más y más que son de arcilla 
y de curiosidad truncada a medio asombro. 
Por fin, contentos, se 
vuelven atrás de su propósito, 
hacen el águila imperial a levante y poniente, 
suben el abrigado cuello de la indiferencia 
y profieren joviales sin desplegar los labios: 
“Landre, coma, landrú. 
Yo soy todo inocente. Mira si lo eres tú”.

autógrafo

Luis Cañizal de la Fuente

 

 

 

¡¡Leed más y sed muy felices!!

 

 

 

 

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#4508

Re: Versos sueltos

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  EL QUE QUIERA LA PAZ

El que quiera la Paz
El que quiera la paz en la muerte,
que la halle en la vida.
Sólo rige en la ley de la suerte
la propia medida.

El que quiera silencio en la tumba,
llévelo ganado.
En la muerte se alarga y retumba
lo que ya ha sonado.

El que quiera encender el abismo,
borrar el pecado,
ilumínese y sea lo mismo
que cielo estrellado.

El que quiera la gloria en el cielo,
¡hallar al Señor!
viva y muera vibrando de anhelo,
¡ardiendo en su amor!

autógrafo

Arturo Capdevila

 

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#4509

Re: Versos sueltos

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 ORACIÓN POR MARILYN MONROE

Señor 
recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con el nombre de Marilyn Monroe, 
aunque ése no era su verdadero nombre 
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años 
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar) 
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje 
sin su Agente de Prensa 
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos 
sola como un astronauta frente a la noche espacial. 
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta el Times) 
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo 
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas. 
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras. 
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno 
pero también algo más que eso...

Las cabezas son los admiradores, es claro 
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz). 
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox. 
El templo —de mármol y oro— es el templo de su cuerpo 
en el que está el hijo de Hombre con un látigo en la mano 
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox 
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones. 
Señor 
en este mundo contaminado de pecados y de radiactividad, 
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda 
que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine. 
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor). 
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos, 
el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo. 
Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros 
por nuestra 20th Century 
por esa Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado. 
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes. 
Para la tristeza de no ser santos 
                                                        se le recomendó el Psicoanálisis. 
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara 
y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena 
y cómo se fue haciendo mayor el horror 
y mayor la impuntualidad a los estudios.

Como toda empleadita de tienda 
soñó ser estrella de cine. 
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.

Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados 
que cuando se abren los ojos 
se descubre que fue bajo reflectores 
                                                              ¡y se apagan los reflectores! 
Y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico) 
mientras el Director se aleja con su libreta 
          porque la escena ya fue tomada. 
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río 
          la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor 
vistos en la salita del apartamento miserable. 
La película terminó sin el beso final. 
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono. 
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar. 
Fue 
como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga 
y oye tan solo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER 
O como alguien que herido por los gangsters 
alarga la mano a un teléfono desconectado.

Señor: 
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar 
y no llamó (y tal vez no era nadie 
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de los Ángeles) 
            ¡contesta Tú al teléfono!

autógrafo
Ernesto Cardenal

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4510

Re: Versos sueltos

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   DOLOR Y VIRTUD
AL DOCTOR NINIANO RICARDO CHEYNE, INSIGNE MÉDICO Y CIRUJANO ESCOCÉS

                        I

¡Oh! ¿quién no llorará sobre tu suerte,
Cheyne, ángel de bondad, sabio infeliz,
Que sabes del dolor y de la muerte
Salvará los demás, pero no a ti?

—Cuando en un día tropical de Enero,
Tendido el cielo de brillante azul.
Desde el cénit al universo entero
Derrama el sol calor, y vida, y luz;

Hacia ese cielo espléndido, encantado,
Levanta entonce alegre el corazón
Tanta víctima humana, que has salvado,
Bendiciéndote a ti, después de Dios.

¡Y tú la diestra, pálido, entre tanto,
Al pecho llevas con intenso afán.
Para contar, con gozo o con espanto,
De tus arterias el latir mortal!

El rico no te paga con el oro,
Que con la vida le conservas tú;
Más rico aún el pobre, con el lloro
Te paga de su santa gratitud.

Mas ¡ah! ni la opulencia generosa,
Ni el poder, ni el amor, ni la amistad...
¡Ay, ni tu misma ciencia prodigiosa
De tu destino te podrán salvar!

Más que la griega, firme y atrevida,
A los cielos pasmados arrancó
Tu inglesa mano el fuego de la vida...
¡Y un buitre te devora el corazón!

¡Oh! ¿quién no llorará sobre tu suerte,
Cheyne, ángel de bondad, sabio infeliz.
Que sabes del dolor y de la muerte
Salvar a los demás, pero no a ti?

                        II

¡Oh, no te enojes, no, con el poeta!
Si él no puede el decreto revocar,
Si él no puede arrancarte la saeta.
Tampoco viene a emponzoñarla más.

Su misión, cual la tuya, es de consuelo;
Él sabe que en el valle del dolor.
Ni todo gozo es bendición del cielo,
Ni toda pena es maldición de Dios.

Tú sabio —simple yo— los dos cristianos.
Ambos sabemos que ante el Sumo Ser
Que pesa en su balanza a los humanos,
Prueba es el mal y tentación el bien.

—Si todo cesa aquí, si noche eterna
Es de justo y malvado el porvenir,
Si de las tumbas en la yerba tierna
El hombre entero se ha de transfundir;

¡Sabio entonce el malvado, y necio el justo!
¡Necio de ti, que con tan loco afán,
De negra muerte en incesante susto,
Sufres, y haces el bien sin esperar!

—Pero si nunca tu escalpelo ha hallado,
Cuando un cadáver fétido rompió,
En la albúmina del cerebro helado
La centella inmortal que la animó;

Si ese cerebro pesa cual pesaba,
Si sólo falta el pensamiento en él,
¡Oh! si ese pensamiento aquí no acaba....
¡Sufre y espera en tus dolores, Cheyn'!

¡Oh, no te enojes, no, con el poeta!
Si él no puede el decreto revocar,
Si él no puede arrancarte la saeta,
Tampoco viene a emponzoñarla más.

                        III

En el gran día en que de Dios la gloria
Se te presente en su verdad y luz,
Hallará el ángel, al abrir tu historia,
Bajo cada dolor una virtud.

Entre el justo y el malo hay un abismo:
El placer y el dolor, el bien y el mal,
Para el malo son fuentes de egoísmo.
Para el justo son fuentes de bondad.

Sí: cuando el malo en su carrera corta
Halla salud, prosperidad, honor,
Triunfa y dice en sí mismo: ¡Qué me importa
Que otros padezcan mientras gozo yo!

Y cuando al fin sobre su frente pesa
Con todo su rigor la adversidad,
Cae diciendo entre sí: ¡Qué me interesa,
Si yo sufro y aliviar a los demás!

De Caledonia bajo el turbio cielo,
De esos montes románticos al pie
De do ha tomado libertad su vuelo,
Bello tu madre te admiró al nacer.

Con un germen de muerte allí naciste,
Y con un germen de bondad en ti:
Los tesoros de ciencia que adquiriste
Aquí te vemos prodigar sin fin.

Sabio, puedes vivir para ti mismo;
Justo, quieres servir a los demás:
La ciencia que degrada el egoísmo,
La santifica en ti la caridad.

Y hoy vives pobre, enfermo... ¡y envidiado!
Mas bendito serás en tu dolor,
Que el don del desgraciado al desgraciado
Es el más aceptable para Dios.

En el gran día en que de Dios la gloria
Se te presente en su verdad y luz.
Hallará el ángel, al abrir tu historia,
Bajo cada dolor una virtud.

1845

autógrafo

José Eusebio Caro

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

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#4511

Re: Versos sueltos

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            HORA IV

      EL ARCA DEL DILUVIO

                        I

He vuelto solo al césped del collado
Do tú, Rogerio amigo,
Cuando la tarde halaga al mustio prado,
Ibas siempre conmigo.

¿Recuerdas? florecillas ignoradas
Buscabas en la hierba
Que, secas hojas hoy, pero sagradas,
Vivo el amor conserva.

Yo te hablaba ¿quién va a acordarse ahora?
Siempre a ti el alma mía,
Lo mismo a mí la tuya, soñadora,
Su panorama abria.

Serio haciéndose va mi pensamiento,
Pues como tú te fuiste,
Aunque todo está igual, no sé qué siento
Que está todo tan triste.

El mismo cielo azul, la torre oscura
Miro, la fuente misma;
Mas tu ausencia el paisaje desfigura
Empañándome el prisma.

Y a veces me pregunto en el sendero,
O allá, meditabundo:
¿Por qué esta amarga soledad prefiero
A los gozos del mundo?

¿Será que el hombre, digo, desterrado
Lleva un impulso dentro
Que le estimula a repasar lo andado
Y a volver siempre a un centro?

Aspiración a eternidad es este
Poder que nos sujeta;
Preludio santo, inspiración celeste
Que modula el poeta.

                        II

Mas, ¿qué cosa inmortal ve la mirada?
Solo parece eterno
Este secreto abismo, o muerte, o nada
Lo llamemos, o infierno:

Este ser que invisible nos devora;
Que universal tributo
Cobra, y la flor respeta o la mejora
Para llevarse el fruto!

A. veces me parece la Natura
Tan llena de riquezas
Con esa rozagante vestidura,
Y con tantas bellezas,

Cual fuente de jardín: artificiales
Fascinan el sentido
Sus cristalinos arcos, siempre iguales,
Con perenne rüido:

Todo es animación; mas si los ojos
A examinarla fueren,
Verán que es vida a fuerza de despojos
¡Son mil gotas que mueren!

No bien el ser sus formas consolida,
De sí efímero dueño,
Átale sordo vértigo, y su vida
Se evapora en un sueño.

¡Naufragio universal! Cuando ese abismo
Calo en la mente y sondo
Vuelvo aterrado; a todo ser lo mismo
Traga, y no tiene fondo.

Corre la humanidad por mil senderos
Al ciego remolino
Allá mis padres van, mis compañeros;
Yo con ellos camino.

Y tú también: tu juvenil historia
Que de amor se atavía,
Mañana yacerá, desecha gloria,
Bajo la tumba fría.

Tantos gajes de amor correspondidos
Y lágrimas preciosas;
Y aquellas esperanzas y gemidos,
Y tantas, tantas cosas,

Serán cenizas. Duéleme su estrago;
Y el deseo que siente
Quien ve a un hijo morir, de ser un mago,
O genio omnipotente,

Por ti lo siento: milagrosas ramas
Quisiera entretejerte
Y oculto a par de la que tanto amas,
Hurtarte allí a la muerte.

"Yo también en Arcadia soy nacido",
Y puedo con mi lira
Tu nombre redimir a ingrato olvido;
Pero no a ti a la pira.

Podemos eso, eternizar un nombre,
¡Salvar una mortaja!
No disputamos a la muerte el hombre
Que ella encerró en su caja.

¡Eternizar un nombre, honor mezquino!
¡Y dice el mundo luego
Que el lauro del poeta es don divino
Y su alma sacro fuego!

¡Naufragio universal! Tambien nosotros
Que eterna nombradía
Dispensamos, morimos cual los otros
Cuando nos llega el día.

De la propia existencia a nuestra mente
¿Qué deja lo pasado?
Recuerdos, un despojo deficiente
Un busto inanimado.

Vuelve a mirar a tus antiguos días;
¿Qué ves? Allá el abrigo
De tu infancia y sus frescas alegrías
Tus padres y un amigo.

La escena va ensanchándose adelante:
Campos, ciudades, puertos...
¡Mírate! ¡no te ves muerto viandante
En un mundo de muertos!

                        III

Con este doloroso sentimiento
Ayer, muriendo el día,
Tornaba a mi mansión: el manso viento
En los sauces gemía.

Y una mística voz a su manera
Habló en secreto a el alma;
Voz que animando la piedad primera,
Me devolvió la calma.

Y te olvidas de mí (la voz decía)
Tú que antes en mi seno
Reclinabas con grata simpatía
Tu semblante sereno?

"El maléfico ser que ves al lado,
Que todo lo devora,
Es la muerte del alma, del pecado
Anciana servidora.

"Y la que desesperas en tu duelo
De hallar, dichosa suerte,
Es la vida beatífica del cielo;
Yo, que vencí a la muerte!

Envenenose el hombre de obcecado;
Dios al culpable hijo
Miró piadoso en su infelice estado,
Y, salvarele, dijo.

"Yo a salvarle bajé; mi amor le llama;
Rebelde, se suicida;
El que a mi voz responde, el que me ama
Vivirá eterna vida.

"Mi amor viene a buscarte; de mis brazos
El orgullo te aleja
Vuelve a anudar los redentores lazos;
Ama, y recelos deja".

Pensé en mi infancia en dulce arrobamiento,
Y lloré mi extravío;
Y luego a ti volvió mi pensamiento,
Rogerio, amigo mío.

Mis lágrimas enviarte deseara
Con su muda elocuencia;
Y la no articulada, pero clara
Voz que oí en mi conciencia.

Ya libertarte del naufragio espero,
No en culta poesía,
Mas de mi fe lanzándote el madero:
¡Cree! ¡Ama! ¡Confía!

Al que a esa tabla náufrago se acoge,
Quien a la muerte dura
Venció en la cruz, acude y le recoge
Con paternal ternura.

Tantos gajes de amor correspondidos
Y lágrimas preciosas;
Y aquellas esperanzas y gemidos,
Y tantas, tantas cosas,

Asócialas con vínculo süave
A más alto destino;
¡Sálvate con tus glorias en la nave
Que a rescatarnos vino!

autógrafo

Miguel Antonio Caro

 

¡Qué casualidad, pedí en TOUS que me pusieran en una medallita, Cree, Ama y Confía... 

 

Por algo me gusta tanto Caro.

 

 

¡¡Un saludo cordial!!

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4512

Re: Versos sueltos

Este es de otro Caro, también fantástico.

 

A todos los sevillanos...

 

 

   A SEVILLA ANTIGUA, Y MODERNA

Salve, ciudad ilustre, honor de España,
que entre todas al cielo te levantas
como el ciprés entre menudas plantas;
del Libio Osiris la mayor hazaña,
ejemplar de valor y de grandeza,
teatro de la ciencia y hermosura,
de una y otra nación perfección pura,
y de todas primer naturaleza...

¡Oh suprema Metrópolis, quedando
A España el nombre y ser que ambiciosa
Guarda, siempre lo estás acreditando!
¡Oh tú, siempre leal, siempre animosa.
Aun en los casos donde el premio engaña;
De humana ley respeto soberano,
A quien no multitud de vulgo vano.

Solicitado de rumor reciente,
Que siempre nuevos príncipes aclama,
Solicitó. Lo raro de tu fama
Suspendido en tus armas noblemente
Admiran el Ocaso y el Oriente:
Dígalo el Orbe Américo vencido
De tu invencible gente;
Y el mar, con naves tuyas discurrido;
O el oro y plata que en un siglo solo
Te dio obediente el contrapuesto Polo,
Que al passo que tu mano lo derrama
Esparce tu valor parlera Fama.
Mas primero tu César te apellide
Último premio de su humana gloria.
Pues fuiste tú su última Vitoria:
O tú, igual población, desde el incierto
Fundador, ya sea Pan, Híspalo sea,
O Alcides, digno empleo de su idea.
Hasta el último huésped, cuyo acierto
Verá patria mejor quando te vea!
Siempre grande te vieron las edades
Independiente al cetro de los dias.
De los tiempos burlar las monarquías.
De los hados vencer las variedades.
Hoy se erigen ciudades
Que ayer desiertos fueron;
Hoy fábricas divinas.
Que a Olympo se atrevieron.
Venerables ruinas
O reliquias pequeñas
Apenas de su espíritu dan señas.
Tú sí te das (la antigüedad no engaña)
Lisonja siempre próspera de España:
O fértil (merced es del soberano
Clima) no solamente de aquel grano
Que coronó los méritos de Céres,
De Palas, de Pomona, de Lieo,
Que otros frutos más ínclitos adquieres;
Los hijos digo, que a la luz añades
Para vida inmortal de las edades:
Héroes repito tantos,
Que a Dios forman ejércitos de santos.
Alce Pío primero tu bandera,
Pues debes a su luz tu luz primera:
Florencios dos, que triunfan en la Zona;
y Eulalia, que dio a Mérida corona,
A ti confiesa su primero aliento.
Félix, Pedro Carpóforo y Abundio,
Iuan, Adulfo, Geroncio, Wistremundo,
Hermenegildos, Laureanos, Isidoros,
Leandros, Diegos, Instas y Rufinas,
Marías, Áureas, Verenes, Florentinas:
Que Dios, Sevilla en tus preciosas venas
Para el Cielo crió tantos tesoros
Cuantas esconde el ancho mar arenas,
Cuantas estrellas los celestes coros.
Tú, urna esclarecida de Fernando
Y teatro primero de sus glorias,
Miraste felizmente sus Vitorias;
y agora, libre del morisco bando,
De tu conquistador santo y valiente
Pyra eres poca, sí, pero decente.

¿Qué diré de tus hijos gloriosos
En quien no cupo el mundo lisonjero,
Dos Teodosios, Augustos, verdadero
Crédito de las armas españolas?

¿Qué del justo Trajano, en cuyas partes
Naturaleza usó todas sus artes?
¿Qué de Adriano valiente,
Sabio, Augusto, dichoso juntamente?

¿Qué de Silio, esplendor de la elocuencia,
Honor de Clío y gloria de Elicona?
Aun los Alarbes, que engendraste opresa,
Tu gimnasio heredaron,
Acreditando sabia medicina
Contra el Reino fatal de Libitina:
Dígalo un Avicena, hijo tuyo,
A quien Grecia deudora se confiesa,
No sólo Arabia feliz. ¡Oh qué tarde
Te restauró tu ley! Alguna empresa
Te pudo ajena hallar, mas no cobarde.
¿Vio, pues, edad alguna
(Desafíalas todas una a una)
Más varón, más fiel, menos ajeno
Que el mejor Guzmán bueno.
Que el valiente Andaluz, león de España,
Néstor en paz, y Aquiles en campaña?
¿Quién no me entiende? don Rodrigo Ponce.
Diga Ilíberis, diga si en su Alhama
Más sangre otra nación mejor derrama:
Occidentales Bárbaros valientes
Digan si no olvidaron
Su triste vencimiento,
Cuando en el vencedor acreditaron
Glorioso, aunque ofendido, atrevimiento;
Ya en los males se hallaron accidentes.
Por quien son, aunque trágicos, decentes.
Mas ¿qué ocioso me acuerdo
De tus valientes hijos, si los sabios
(A cuyo elogio la esperanza pierdo)
Prueban en mi silencio sus agravios?
Discreta suspensión, descuido cuerdo
Será el que selle presumidos labios.
Por no alabar entre cadencias mías
Los Montanos, los Foxes y Mejías.
En ti nacieron doctos, y letrados,
(Bien es que de sus méritos te acuerdes)
Alcázares, Pinedas, Maldonados,
Valderramas, Ruices, Castroverdes,
Ávilas, y gran copia que reserva
A mejor ocasión sabia Minerva.
Nuestro idioma en su beldad primera
Te aclama madre del divino Herrera,
Príncipe fácilmente
De las Musas iberas elocuente,
A quien siguen Pachecos y Medinas,
Y cubren los galeros rutilantes
ínsula sacra a Dexas, y Cervantes:
Preside al gran Senado de Castilla
Vázquez de Arce, a quien Themis le dio silla.

¡Salve, pues, religiosa,
Como fecunda madre en santo celo;
Eliotropio del Cielo,
A todas superior, cuanto piadosa.
Celosa induces en unión Cristiana
Cuanto la Fe para la Iglesia gana
Vínculo de ambos Orbes imperiosa,
Reina del Mar, eternamente salve!
¡Salve, primera fábrica Española,
Madre de todas, hija de ti sola!

autógrafo

Rodrigo Caro

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

En Sevilla es fácil...

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.