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Versos sueltos

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Versos sueltos
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Versos sueltos
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#4449

Re: Versos sueltos

.

 INVIERNO

En rodillas de viento, galgo y huella
fuí tras de ti, mujer en mi presencia
transportado por ágil luz de estrella
de sentido en sentido hasta la ausencia.

Atravesaste, amor, los egoísmos
que en sílice de lágrimas desvelo
yuxtaponiendo abismos sobre abismos
en mi insoluble soledad de hielo.

La gran araña de la lluvia teje
con agua y viento telarañas móviles
¿qué mañana serán cuando despeje?

Superficie de vidrio sin quebranto,
como serán mis ojos cuando inmóviles
hayan llorado ya todo su llanto.

(París, de 1929 a 1932)
autógrafo

Miguel Ángel Asturias

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4450

Re: Versos sueltos

Broche de oro por hoy...

 

 

 

  EGO SUM

Al despuntar la mañana,
tras una noche serena
y en fecha ya muy lejana
nací en la Pola de Lena,
hermosa villa asturiana.

Como nací no lo sé;
no recuerdo la postura,
porque yo no me fijé;
pero hay gente que asegura
que yo he nacido de pie.

autógrafo

Vital Aza

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4451

Re: Versos sueltos

.

 

  LA TERTULIA CURSI

En la coronada villa,
Calle del humilladero,
número ochenta, tercero,
con honores de bohardilla,
vive doña Blasa Ortiz,
señora muy campechana,
muy gorda, muy charlatana,
muy pobre y muy infeliz;
viuda de un tal Silverio
Trigueras, que fue empleado
en no sé qué negociado,
de no sé qué Ministerio.
Lo cierto y seguro es
Que, por ir sin capa un día,
Se murió de pulmonía
el año sesenta y tres,
dejando el pobre Trigueras,
—como recuerdo sin duda—
varias deudas, una viuda
y tres niñas casaderas.
Tres que, si fueran bonitas,
hallaran colocación,
pero, por desgracia, son
muy feas las pobrecitas.
Y en vano para casarlas
doña Blasa corre y suda,
no encuentra la pobre viuda
el modo de colocarlas.
—¡Esto no ha de ser eterno!
(dijo la madre hace días),
es necesario, hijas mías,
pensar en que entra el invierno;
que si aquí solas estamos
cosiendo a todo coser,
ninguno puede saber
lo que todas deseamos.
Por consiguiente, decido
hacer lo que “Capuchín”,
a ver si a cabo y al fin
se presenta algún partido.
Y aunque nos cueste un derroche
de este invierno no pasa
“nos quedaremos en casa”
los domingos por la noche.
Hicieron la invitación,
llegó el día señalado,
y ni uno solo ha faltado
a tan grata reunión.
Nadie, por lo atenta vale,
lo que esta pobre mamá;
que anda de acá para allá,
y habla, y corre, y entra y sale.

                * * *

Componen el mobiliario
de la diminuta sala
un reloj que no señala,
una cómoda, un armario,
dos marquesitas tronadas
que así las puso el abuso,
cuatro sillas en buen uso
y siete perniquebradas;
un sofá (¡Que Dios sabrá!)
¡los muelles que tiene dentro!
y un velador en el centro
(del salón no del sofá).
Hay en una rinconera
Un acerico muy mono,
un busto de Pío Nono
y varias frutas de cera.
La cuestión del alumbrado
está a cargo de un quinqué,
con un tubo que no sé
si es que está roto o manchado.
Y tiene, en fin, doña Blasa
en la sala en que se engríe
una estera que se ríe
de la dueña de la casa.

                * * *

La gente a decir verdad,
por lo que yo he conocido,
es de lo mas distinguido
de toda la vecindad.
Una señora muy flaca
con una niña muy seca,
y otra como una manteca,
que va en busca de casaca.
Dos jóvenes delineantes
que buscan colocación;
un músico de afición
y cinco o seis estudiantes.
Una señora muy fina
que dicen que tiene estanco;
un sastre de sotabanco;
dos horteras de la esquina,
un señor que es oficial
cuarto o quinto de Fomento
y un cura de regimiento
que vive en el principal.

                * * *

Nada olvidó doña Blasa
—que ella no falta a la moda—
y par obsequiar a toda
la gente que honra su casa,
ha dispuesto con primor
—dándose a sí propia brillo—
en el oscuro pasillo
el “buffet” que es de rigor.
“Buffet” del que dan señales
una bandeja muy vieja,
y encima de la bandeja
cuatro copas desiguales.
Y a falta de buen Champaña
encuentra la reunión
agua pura a discreción
en un botijo de Ocaña.

                * * *

—Pero señores, ¿qué es esto?
(dice doña Blasa) ¿estamos?
en misa? ¡Qué! ¿no bailamos?
—¿Usted también?
—¡Por supuesto!
Vamos, pollos, ¿qué les pasa?
Niñas, quitad esa mesa.
¡Jesús, y cuanto me pesa
no tener piano en la casa!
Pero, no importa, ¡que diablo!
¡se tararea, y en paz!
¡Vamos! ¡si yo soy capaz!…
—¡Sepárese usted, don Pablo!
¡Señora!
—¡No quiero riñas!
¿Sabe usted que le digo?
—¿Qué?
—Que cante usted conmigo,
para que bailen las niñas.
—¡Si no se puede, mamá!
—¿Qué no se puede? ¿Por qué?
—¡Pues no lo está viendo usté!
Esto es muy pequeño
—¡Ya!
Pues entonces jugaremos
a juegos de prendas. ¡Sí!
¡Déjenme ustedes a mí
que proponga! A ver…¡Pensemos
Mi memoria es tan infiel
¡Por Dios! No arrimen ustedes
las sillas a las paredes
que se estropea el papel.
Conque, ¿que hacemos al fin?
¡Jesús! Ahora que se paró
Pues si está aquí Don Genaro.
¡Toque usted el violín!
—no lo he traído ahora!
—Vaya usted por él al punto
—Vivo muy lejos señora.
—¡Caramba! ¡Lo siento mucho!
¡De veras que lo lamento!
¿Quién con música se aburre?
Pero, hombre, ¿A quien se le ocurre
Venir sin el instrumento?
¡Pensemos en otra cosa!
¡no hemos de estarnos así!
¡Pues si no fuera por mí!
¡Ay! ¡Que juventud tan sosa!
¡No inventan nada! ¡Es chocante!
¿Qué es eso? ¿Han llamado? ¡Voy!…
Al punto de vuelta estoy
¡Si es don Frasquito! ¡Adelante!

                * * *

(El don Frasquito presente
es un señor malagueño,
muy rechoncho, muy pequeño,
muy feo y muy ocurrente).
—¡Pase usté aquí! ¡En que ocasión
tan oportuna ha llegado!
¡Es el hombre mas salado
¡Ya tenemos diversión!
¡Aquí! Tome usted asiento.
Niñas, señores, ¡chitito!
¡Vamos, señor don Frasquito,
cuéntenos usted un cuento!
—Señora, ¡si yo no se!
—¡El que usted quiera!
—Si yo!…
—No me diga usted que no,
porque me incomodaré;
ocupe usted esa silla.
¡Mucho silencio un momento!
—Pué señó, contaré er cuento
de un sordao de Sevilla.
—¡Ese mismo, sí, señor!
¡Venga el cuento del soldado!
Estando este hombre a mi lado
No comprendo el mal humos
—Pues señó ¡vamos allá!
Er sordao de mi cuento…
—¡Aguarde usted un momento!
usted me dispensará.
Luego seguirá contando
¡Niña!
—Mamá mande usté.
—Quítale luz al quinqué,
que ese tubo se está ahumando.
Prosiga usted, don Frasquito.
—Pues señó, que ocurrió un día
que mi sordao tenía…
—¡Espere un poquito!
Se me ha figurao oler
que se quema el estofado.
¡La chica se habrá olvidado!…
Con permiso, voy a ver…
¡Estoy de vuelta al momento!
¡Aguarde usted, don Frasquito!

                * * *

¡Lo que me olía era el frito!
¡Vamos! Siga usted el cuento.
—Pues eñó, que er caso fue
que mi sordao…
—¿Han llamado?
¡Sí, sí, no me he equivocado!
¿Quién será? ¡perdone usté!
¡Si son las de Zaragata!
¡Vengan ustedes acá!
¡¿Cómo queda la mamá?
¿Por qué no viene la ingrata?
¿Sigue peor del flemón?
¿Se ha quedado en casa sola?
¿Qué tal Rita? ¿Qué tal Lola?
¿Qué tal Luis? ¿Qué tal Ramón?
¿En donde está el otro hermano?
¿Se ha sabido de Mercedes?
¿Por qué no han venido ustedes
un poquito mas temprano?

                * * *

(Sigue la buena señora
con mil preguntas como estas
y en preguntas y respuestas
se pasa mas de una hora).

                * * *

¡Oigamos con interés
al andaluz mas salado!
Siga el cuento del soldado
—Pues señó, ee caso es
que mi general.
—¡Frasquito!
¡O ese es otro, o no lo entiendo!
No ha empezado usted diciendo
Que era un soldado?
—¡Er mesmito!
Era un soldao. Si tal
Pero dende que he empezao
Este cuento mi soldao,
ha ascendío a General.

autógrafo

Vital Aza

 

 

Y que hablen

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4452

Re: Versos sueltos

Einmal ist keinmal...

 

 

 

 

EGO SUM

Al despuntar la mañana,
 

tras una noche serena
 

y en fecha ya muy lejana
 

nací en la Pola de Lena,
 

hermosa villa asturiana.

 

 

Como nací no lo sé;
 

no recuerdo la postura,
 

porque yo no me fijé;
 

pero hay gente que asegura
 

que yo he nacido de pie.

autógrafo

Vital Aza

 

¿De Asturias? No podría ser de otro sitio, jajajaaa

 

 

¡¡¡Me encanta!!!

 

 

 

 

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4453

Re: Versos sueltos

.

        RESTITUCIÓN

Estas pobres canciones que te consagro,
En mi mente han nacido por un milagro.
Desnudas de las galas que presta el arte,
Mi voluntad en ellas no tiene parte:
Yo no sé resistirlas ni suscitarlas;
Yo ni aun sé comprenderlas al formularlas;
Y es en mí su lamento, sentido y grave,
Natural como el trino que lanza el ave.
Santas inspiraciones que tú me envías,
Puedo decir, esposa, que no son mías:
Pensamiento y palabra de ti recibo;
Tú en silencio las dictas; yo las escribo.

          *   *   *

Desde que abandonaste nuestra morada,
De la mortal escoria purificada,
Transformado está el fondo del alma mía,
Y voces oigo en ella que antes no oía.
Todo cuanto, en la tierra y el mar y el viento,
Tiene matiz, aroma, forma o acento,
De mi ánimo abatido turba la calma
Y en canción se convierte dentro del alma.
Y es que, en estas tinieblas donde me pierdo,
Todo está confundido con tu recuerdo:
¡Sin él, todo es silencio, sombra y vacío
En la tierra y el viento y el mar bravío!

          *   *   *

Revueltos peñascales, áspera breña
Donde salta el torrente de peña en peña;
Corrientes bullidoras del claro río;
Religiosos murmullos del bosque umbrío;
Tórtola que en sus frondas unes tus quejas
Al calmante zumbido de las abejas;
Águila que levantas el corvo vuelo
Por el azul espacio que cubre el cielo;
Golondrina que emigras cuando el Octubre,
Con sus pálidas hojas el suelo cubre,
Y al amor de tu nido tornas ligera
Cuando esparce sus flores la primavera;
Aura mansa que llevas, en vuelo tardo,
Efluvios de azucena, jazmín y nardo;
Brisas que en el desierto sois mensajeras
De los tiernos amores de las palmeras
( ¡De las pobres palmeras que, separadas,
Se miran silenciosas y enamoradas!);
Pardas nieblas del valle, nieves del monte,
Cambiantes y vislumbres del horizonte;
Tempestad que bramando con ronco acento
Tus cabellos de lluvia tiendes al viento;
Solitaria ensenada, restinga ignota
Donde oculta su nido la gaviota;
Olas embravecidas que pone a raya
Con sus rubias arenas la corva playa;
Grutas donde repiten con sordo acento
Sus querellas y halagos la mar y el viento;
Velas desconocidas que en lontananza
Pasáis como los sueños de la esperanza;
Nebuloso horizonte, tras cuyo velo
Sus límites confunden la mar y el cielo;
Rayo de sol poniente que te abres paso
Por los rotos celajes del triste ocaso;
Melancólico rayo de blanca luna
Reflejado en la cresta de escueta duna;
Negra noche que dejas de monte a monte
Granizado de estrellas el horizonte;
Lamento misterioso de la campana
Que en la nocturna sombra suena lejana,
Pidiendo por ciudades y por desiertos
La oración de los vivos para los muertos;
Plegaria que te elevas entre la nube
Del incienso que en ondas al cielo sube
Cuando al Señor dirigen himnos fervientes
Santos anacoretas y penitentes:
Catedrales ruinosas, mudas y muertas,
Cuyas góticas naves hallo desiertas,
Cuyas leves agujas, al cielo alzadas,
Parecen oraciones petrificadas;
Torres donde, por cima de la veleta
Que a merced de los vientos se agita inquieta,
Señalando regiones que nadie ha visto
Tiende inmóvil sus brazos la fe de Cristo:
Luces, sombras, murmullos, flores, espumas,
Transparentes neblinas, espesas brumas,
Valles, montes, abismos, tormentas, mares,
Auras, brisas, aromas, nidos y altares,
Vosotros en el fondo del alma mía
Despertáis siempre un eco de poesía:
Y es que siempre a vosotros encuentro unido
El recuerdo doliente del bien perdido.
Sin él, ¿qué es la grandeza, qué es el tesoro
De la tierra y el viento y el mar sonoro?

          *   *   *

Ya lo ves: las canciones que te consagro,
En mi mente han nacido por un milagro.
Nada en ellas es mío, todo es don tuyo:
Por eso a ti, de hinojos, las restituyo.
¡Pobres hojas caídas de la arboleda,
Sin su verdor el alma desnuda queda!

Pero no, que aun te deben mis desventuras
Otras más delicadas, otras más puras:
Canciones que, por miedo de profanarlas,
En el alma conservo sin pronunciarlas;
Recuerdos de las horas que, embelesado,
En nuestro pobre albergue pasé a tu lado,
Cuando al alma y al cuerpo daban pujanza
Juventud y cariño, fe y esperanza;
Cuando, lejos del mundo parlero y vano,
Íbamos por la vida mano con mano;
Cuando, húmedos los ojos, juntas las palmas,
En una se fundían nuestras dos almas:
Canciones silenciosas que el alma hieren;
Canciones que en mí nacen y que en mí mueren;
¡Hechizadas canciones, con cuyo encanto
A mis áridos ojos se agolpa el llanto!

          *   *   *

Y aun a veces aplacan mis amarguras
Otras más misteriosas, otras más puras:
Canciones sin palabra, sin pensamiento,
Vagas emanaciones del sentimiento;
Silencioso gemido de amor y pena
Que, en el fondo del pecho, callado suena;
Aspiración confusa qué, en vivo anhelo,
Ya es canción, ya plegaria que sube al cielo;
Inquietudes del alma, de amor herida;
Vagos presentimientos de la otra vida;
Éxtasis de la mente que a Dios se lanza;
Luminosos destellos de la esperanza;
Voces que me aseguran que podré verte
Cuando al mundo mis ojos cierre la muerte:
¡Canciones que, por santas, no tienen nombres
En la lengua grosera que hablan los hombres!
Ésas son las que endulzan mi amargo duelo;
Ésas son las que el alma llaman al cielo;
Ésas de mi esperanza fijan el polo,
¡Y ésas son las que guardo para mí solo!

autógrafo

Federico Balart Elgueta

 

 

¡¡Sed felices!!

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4454

Re: Versos sueltos

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COITUS NON INTERRUPTUS

Al preguntarle Zeus y Hera a Tiresias
quién gozaba más en la cama si el hombre
o la mujer, el adivino respondió: «si las
partes del placer se cuentan como diez, corresponden
tres veces tres a ellas y una sola
a los hombres». Hera, entonces, furiosa,
lo cegó convirtiéndolo en mitad hombre y
mitad mujer.

Ovidio

no basta ser /
                              la música ahora fluye
                                                              de tu sexo
y sobre ti
                  ya no soy algo extraño
                                        sino tu propio pensamiento /
                                                          un abatido coñac
                                                        duerme en la mesa
tus pechos distanciados
por motivos mundiales
aplauden mi derrota inminente
                                                          tu virgo
                                                          lenidad
                                                          se emperra
                                                          me estran
                                                          gula
y en medio de las sábanas
tú pronuncias mi nombre
                      —arrojándolo lejos / como la última ropa
para sentirme más desnudo

autógrafo

Juan Bañuelos

 

 

Muy gráfico, desde luego, eso hay que concederle...

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4455

Re: Versos sueltos

.

CONTINUAMENTE ENTRE LOS HOMBRES

La red que rompo y la prisión que muerdo

QUEVEDO

Sobre los bosques, sobre ciegos muros,
Sobre la espalda de la amada,
Sobre los yermos de mi patria
Yo me encendí de cólera
Y he grabado con vientos este despojo.

Un redoble de mares y de soles
Se oyó en el valle una mañana.
Salí a las calles, me interné en la vida
Y alcé mi puño como un mazo
De peso intolerable.
Pronto fui labio de la tierra,
Decidido metal de bayoneta,
La red que rompo
Para cantar más claro.

                                    Y respondí del día.

Plano sol, boca exacta.
Corrí hasta que yo mismo
Choqué contra mi rostro.

Oh altísima resaca,
Te reconozco, oh pueblo,

Te presiento en este rumor de cráneo
Tocado por un espeso odio contra ti.
Vientos de ultraje soplan. La palabra vivir
Está escupida. El hambre pesa en todo.
            No importa.

Tengo un abril de huesos cubierto de gargantas;
1910 es el comienzo.
Tengo la vida, tengo
Una sombra miseria de rodillas
Al fondo de las llamas.
¿Qué pueblo es éste, amigos, con su rostro de sílex?
¿Seguirá siendo un héroe amordazado?
Aquí se empeña el puño en la palabra.
Y sin embargo, el crimen
En tempestad de manos sangra
Y se acuesta en el lodo:
Y el alba es un rostro que aún no conocemos.
Tengo las manos del alma arrancadas
Y un pueblo con mi voz activamente arrastro,
Activamente humano
Arrastro el corazón por calles frías.

Sobre los bosques, sobre ciegos muros,
Sobre la espalda de la amada,
Sobre los yermos de mi patria
Yo me encendí de cólera
Y he grabado con vientos este despojo.

autógrafo

Juan Bañuelos

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4456

Re: Versos sueltos

.

¿A quién me quejaré de mi enemiga? 
¿Al tiempo? No es razón, que me ha burlado. 
¿Al cielo? No es juez de mi cuidado. 
Ni al fuego, pues el fuego me castiga.

¿Al viento? Ya no escucha mi fatiga, 
que está en mis esperanzas ocupado. 
¿A Amor? Es mi enemigo declarado 
y en condenarme piensa que me obliga.

Ya, pues ninguno de mi parte siento, 
Filis ingrata, a ti de ti me quejo; 
juzguen tus ojos, reos y testigos.

Y el tiempo, el cielo, el fuego, Amor y el viento 
lloren mi muerte, pues mi causa dejo 
en manos de mis propios enemigos.



Luis Barahona de Soto

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.