Cinco reglas para el inversor pesimista que quiera ganar dinero en bolsa
Espero que sirva a alguien para tomar mejores decisiones
El pesimismo arraiga entre los españoles
Cuando se trata de finanzas personales, el pesimismo suele tener mala reputación. "La única excepción en la que los pesimistas suelen tener más éxito que los optimistas es en la gestión del dinero. Se preocupan más, así que tienden a ahorrar más", señala Allan Roth, columnista de MoneyWatch, portal financiero de la CBS.
Además de ahorradores, los pesimistas tienden a ser más cautelosos. Los diferentes estudios que han analizado los comportamientos de pesimistas, optimistas y aquellos con tendencias mixtas (los que más se encuentran en el mercado), han establecido que los primeros suelen tener menos expectativas a la hora de invertir, por lo que sus pérdidas suelen ser menores cuando alguna de sus apuestas sale mal. Así, ver el vaso medio vacío puede hacer que al final consigan un vaso totalmente lleno.
Ser pesimista tiene muchas cosas buenas, ya que sus características pueden ayudarles a conseguir carteras más estables y ahorros más abultados. Sin embargo, la clave para que el tiento no se vuelva en su contra es controlar la negatividad. He aquí algunas reglas que pueden ayudar.
Controla tus miedos
Hay un principio básico llamado aversión al riesgo que influye en las decisiones financieras: la alegría que se siente al ganar no es tan poderosa como la decepción de las pérdidas, y esto se exacerba cuando se trata de inversores pesimistas.
"Cuando llegan las pérdidas, los pesimistas se deprimen, y cuando arrecian las ganancias, no se ponen tan contentos como esperaban", apunta Dan Ariely, profesor de psicología y conductismo financiero de la Duke University, en declaraciones recogidas por la cadena estadounidense.
Así, los agoreros deberían intentar ver el riesgo como el coste que tiene el hacer negocios, y recordar que tiene sentido asumir parte de ese riesgo
Date permiso para gastar
"Siempre tengo que decirles a mis clientes pesimistas: tenéis permiso para gastar parte de vuestro dinero. Incluso aquellos con enormes ahorros tienen miedo a quedarse sin nada", comenta Roth.
Hay que tener en cuenta que hay una gran diferencia entre vivir de forma frugal y mantener congelados los ahorros hasta el punto de que empeora la calidad de vida. Al fin y al cabo, por muy abultados que sean los ahorros de una persona cuando tenga 80 años, no servirán para compensar el arrepentimiento de, por ejemplo, no haberse tomado esas vacaciones que se podría haber permitido perfectamente a los 40.
Un buen y evidente consejo es separar aquella cantidad de dinero destinada a gastar, incluso ponerla en una cuenta aparte, e ignorar esa cantidad cuando calcule el dinero disponible para sus necesidades futuras. Eso puede ayudarle a sentirse más cómodo con la idea de darle utilidad.
Asóciate
"Tener un compañero financiero con el que hablar las cosas antes de actuar puede ser de mucha ayuda", recalca Moshe Milevsky, profesor de finanzas de la Universidad de York.
Lo ideal sería encontrar una persona que ni potencie su pesimismo ni cubra todo de excesivo optimismo. Los agoreros más recalcitrantes pueden beneficiarse de la relación con un consejero sabio y neutral, ya sea su cónyuge, un amigo o un asesor financiero
Evalúa tu grado de cobertura
"Los pesimistas tienden a estar excesivamente asegurados, sobre todo en lo que respecta a seguros de vida. Haga un análisis racional de los seguros que tiene contratados y de lo que está gastando en primas", aconseja Milevsky.
La razón de ser de las pólizas de vida es proporcionar a los herederos estabilidad en caso de muerte del titular, así que lo más aconsejable es contratar un seguro que cubra sus necesidades, nada más.
Lo mismo sucede con las garantías extensibles, que tienden a ser caras, y muchas veces sirven de poco. Analice fríamente las probabilidades de que suceda algo que pueda hacer que las necesite, y si decide no contratar alguna, meta ese dinero en una cuenta de ahorro.
Deja de mirar constantemente tu cartera
"Si tiende a ver sólo el lado negativo, no mire con mucha frecuencia el estado de su cartera o lo único que conseguirá es deprimirse", señala Ariely. Y, lo que es más importante, no tienda a sobreactuar en función de lo que ve.
Es importante no dejarse llevar en la medida de lo posible las emociones, y tomar decisiones que estén motivadas por múltiples factores más allá del momento de mercado. Además, es fundamental tener una visión de largo plazo.